Las empanadillas son un alimento muy versátil que admite todo tipo de relleno, es imposible aburrirse de ellas. Estas empanadillas de pollo llevan un relleno a base de pollo y setas, con un sofrito de cebolla y tomate que. además de darles mucho sabor, hace que queden muy jugosas. Hechas al horno o fritas quedan deliciosas para una cena, una salida campestre o para cualquier ocasión en la que nos apetezca algo sencillo y rico.
Me gustan las empanadillas. Están buenas, son una opción perfecta para aprovechar restos de comida (hay todo un universo más allá de las empanadillas de atún) y si se hacen empleando obleas comerciales son rápidas de preparar, pero nunca les había dado demasiada importancia, hay temporadas en las que las preparo con frecuencia y hay veces que me olvido de ellas durante meses.
Por eso me llamó la atención meses atrás cuando se desató una pequeña crisis porque la masa de empanadillas de toda la vida, esa que nos viene a la cabeza cuando pensamos en empanadillas y que nos ha acompañado desde siempre, había desaparecido de los lineales del supermercado. La ausencias no era definitiva (ya están de vuelta) y estuvo motivada por falta de abastecimiento de la harina empleada para prepararlas y la dificultad de encontrar una sustituta con las especificaciones técnica que permitieran garantizar la calidad el producto. La marca suplió su ausencia con un par de variedades de obleas distintas, ppero aunque están ricas no han conseguido reemplazar a las originales.
En estos meses se ha lamentado su ausencia largo y tendido en redes sociales y se ha respirado con alivio por su vuelta, es curioso que la desaparición de un producto tan humilde haya generado tal reacción. Me da la sensación de que más que las obleas en sí es el hecho de que la mayoría las recordamos desde nuestra más tierna infancia casi sin cambios. Siguen siendo las mismas (o al menos muy parecidas, yo las recuerdo algo más pequeñas y se rompían más) y sobre todo tienen el mismo envase, son de esas cosas que parece que permanecen inalterables y que cuando no están siempre echamos de menos. Afortunadamente ya están de vuelta.
El pollo es el principal ingrediente del relleno de estas empanadillas. A la hora de escoger el pollo para prepararlo tenemos varias opciones. Si compramos pollo para preparar el relleno la pechuga parece una opción obvia por ser una carne muy magra y sin hueso, por lo que es ideal para trocearla. Yo personalmente prefiero los contramuslos, ya que es una carne más jugosa que la pechuga. Si pedimos en la pollería que nos los deshuesen son comidísimos de manejar. Con los contramulsos deshuesados salen unos filetes estupendos, más toscos en apariencia que los de pechuga pero muy jugosos, aunque en este caso bastaría con que los deshuesen, no necesitamos filetes. Para prepararel relleno necesitaremos unos 350 gramos de carne de pollo pesada limpia, más o menos sería un par de contramuslos hermosos o 3 más pequeños.
Las empanadillas son también magníficas recetas de aprovechamiento, estas empanadillas de pollo son una opción estupenda para aprovechar restos de pollo de otras recetas. En invierno preparo muy a menudo caldo de pollo, una sopa calentita resulta muy apetecible para cenar, y suelo ponerle un cuarto trasero de pollo. Si no voy a hacer otra cosa simplemente trincho la carne y la añado a la sopa como tropezones, pero podríamos usar esa carne, que además está supertierna, para rellenar las empanadillas. También podemos emplear restos de un pollo asado, que además le da un sabor fantástico al relleno, el pollo que pongamos a un cocido, en fin, cualquier resto cortado en trocitos pequeños nos puede servir.
En caso de usar carne que ya estaba cocinada esperaremos a que las setas estén completamente cocinadas y entonces añadimos la carne troceada junto con la salsa de tomate, para que no se haga en exceso.
Me gusta añadir unas setas a este relleno. Normalmente empleo las que son como las setas de cardo, pero se pueden usar también champiñones. Si no os gustan las setas pueden suprimirse, pero en ese caso habría que añadir otros 100 gramos de pollo.
Para preparar las empanadillas temernos dos opciones: freírlas en la sartén o hacerlas en el horno. Yo diría que lo más clásico es freírlas, es sencillo y quedan ricas, con esa apariencia de la masa tan característica. Otra opción es hacerlas al horno, quedan también riquísimas de sabor y mucho más ligeras, al no emplear aceite. Si no las vamos a comer calientes o si sobran y las vamos a comer otro día a mi me parece que aguantan mejor hechas al horno. Como la masa está más seca se mantiene crujiente más rato, las fritas, aunque están ricas cuando se enfrían, tienden a ablandarse un poco. Yo hace años que las preparo casi siempre al horno, las de las fotos son al horno.
Las empanadillas se pueden comer recién hechas, calentitas, y están riquísimas, pero son recetas estupendas también para comerlas frías. Son perfectas para picnic, salidas campestres, para dejar preparados con antelación y también para el tupper. Estas empanadillas acompañadas de una ensalada verde son una comida estupenda para llevar al trabajo.
Habitualmente preparo las empanadillas con masa comprada, es cómodo y rápido, pero si os animáis a prepararla en casa podéis usar la masa de estas empanadas criollas. Requiere algo más de tiempo que la masa comprada pero es sencilla. Una ventaja de la masa casera es que podemos hacer las obleas un pelín más grandes y así tendremos margen para cerrarlas haciendo un cordoncillo o repuljo, que queda muy vistoso.
Con las cantidades de la receta sale relleno para 16 empanadillas con obleas del tamaño habitual o 12 más grandes. Estas están hechas con uno de los formatos que aparecieron durante la crisis, que eran un poco más grandes y gorditas.
- 4 personas.
- 16 obleas de empanadillas normales o 12 obleas grandes.
- 350 gramos de pollo limpio (ver comentarios en introducción).
- 150 gramos de setas de cardo (se pueden sustituir por champiñones).
- Una cebolla mediana.
- Un vasito (100 ml.) de vino blanco.
- 150 ml. de salsa de tomate.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
- Pimienta negra molida.
- Un huevo para pintar las empanadillas si las hacemos al horno.
Partir el pollo en trocitos pequeños.
Limpiar las setas. Si no están muy sucias se puede hacer simplemente con un paño (o papel de cocina) húmedo, en caso de que estén muy sucias las limpiamos bajo el grifo, pero sin dejarlas en remojo.
Partir las setas en tiras finitas.
Picar la cebolla en cuadritos pequeños.
Poner al fuego una sartén con el fondo cubierto de aceite.
Cuando se caliente añadir la cebolla picada y un pellizco de sal.
Bajar el fuego y dejar que se poche a fuego lento hasta que comience a ponerse transparente, unos 10 minutos.
Añadir las setas cortadas en tiras, subir el fuego y dejar que se hagan un par de minutos.
Incorporar el pollo troceado a la sartén.
Poner sal y pimienta negra molida al gusto.
Remover de vez en cuando para que se haga todo por igual.
Cuando el pollo esté casi hecho añadir el vino y dejar que se evapore el alcohol durante un par de minutos.
Añadir la salsa de tomate y dejar que se cocine todo a fuego medio durante 10 minutos.
Apartar del fuego y dejar que se enfríe un poco antes de rellenar las empanadillas.
Extender las obleas de las empañadillas sobre la encimera, cada una sobre su papel.
Repartir el relleno entre las empanadillas, colocando una cucharada de relleno en una mitad de la oblea, sin llegar al borde.
Para cerrar cada empanadilla doblar la masa sobre el relleno, formando un semicírculo.
Sellar la empanadilla presionando con un tenedor a lo largo de todo el borde. Las empanadillas quedan muy bonitas si para sellarlas se hace un cordoncillo, el repuljo, con el borde de la masa, pero el tamaño de las obleas comerciales no suele ser suficiente para hacerlo.
Si vamos a hornear las empanadillas colocar una hoja de papel antiadherente sobre una bandeja de horno y colocar las empanadillas ordenadas sobre la bandeja.
Batir el huevo como para tortilla junto con una cucharada de agua.
Pintar las empanadillas con el huevo batido.
Precalentar el horno a 190 grados.
Colocar la bandeja con las empenadillas en la parte central.
Hornear hasta que estén bien doraditas, unos 30 minutos.
A mi me gustan más horneadas, pero también se pueden freír.
Poner abundante aceite en una sartén. Cuando se caliente freír las empanadillas por tandas hasta que estén doraditas. Sacarlas de la sartén y colocarlas en un plato cubierto con papel de cocina para eliminar el exceso de aceite.
Se pueden servir recién hechas, aunque también están ricas cuando se enfrían.
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