Crumble de manzana

En los países anglosajones los términos crumble y cobbler denominan a una familia de postres caseros compuestos de fruta horneada cubiertas de una costra crujiente, como de galleta o base de tarta hecha a base de azúcar, harina y mantequilla, y a que puede incorporar también otros ingredientes como frutos secos o avena. Serían una especie de tarta al revés, con la fruta en el fondo y la masa en la parte superior. Pueden elaborarse con cualquier fruta que se cueza bien: manzana, peras, ciruelas, melocotón, albaricoque. Son también muy populares los de ruibardo, aunque aquí no sea un producto muy habitual, o los frutos rojos. También pueden elaborarse combinando más de un tipo de fruta. No es difícil imaginar que mi favorito es el que contiene la fruta que más me gusta emplear en repostería: el crumble de manzana.

La principal diferencia entre un crumble y un cobbler es la textura de la masa que cubre la fruta. En el caso del crumble la fruta se recubre con una masa de aspecto arenoso, suelto. Es precisamente lo que significa crumble, romperse, o estar roto, en porciones pequeñas. En repostería este recubrimiento suelto y crujiente de una preparación se denomina muchas veces streusel. Por su parte la masa que recubre el cobbler es menos suelta, más parecida a una masa para hacer galletas o bases de tarta. De hecho muchas veces se extiende con el rodillo o incluso se corta con formas de galleta antes de ponerla sobre la fruta.

Se trata de postres caseros muy sencillos y rápidos de preparar, pero sabrosos y reconfortantes. Como se pueden preparar con muchas variedades de fruta y se pueden mezclar varias son una opción estupenda para aprovechar un exceso de fruta que corre peligro de estropearse.

La masa de crumble más sencilla se elabora únicamente con harina, azúcar y mantequilla, aunque es frecuente que incluya frutos secos más o menos triturados. A mí me encanta la variedad que incluye almendra molida. Bueno, la verdad es que me encanta la textura y el sabor de las masas con almendra. Si se prefiere la versión más sencilla bastaría con sustituir la almendra molida por la misma cantidad de harina. También me gusta mucho añadir unas pasas.

A mí me gusta mucho frío, pero es muy típico servirlo reciente, cuando todavía está templado. En este caso queda de vicio con una bola de helado de vainilla, el contraste de temperaturas es fabuloso.

Ingredientes

• 4-6 personas. Un molde cuadrado de 20 cm. de lado.

• 4 manzanas medianas (reineta, golden o cualquier otra variedad que se cueza bien).
• 50 gramos de azúcar blanco para la fruta.
• Una cucharadita de canela molida.
• Un puñado de pasas (opcional).
• 80 gramos de mantequilla.
• 80 gramos de almendra molida.
• 40 gramos de azúcar moreno.
• 40 gramos de azúcar blanco.
• 100 gramos de harina.

Preparación

Poner en un bol los 50 gramos de azúcar blanco y la canela. Remover un poco para que se mezclen.

Partir las manzanas en cuartos, pelarlas y eliminar el corazón. Partirlas en trocitos más bien pequeños.

Poner la fruta troceada en el bol con el azúcar y la canela. Añadir las pasas si se usan. Remover para mezclar con el azúcar.

Pasar la manzana a una fuente de horno. Yo he empleado una de cristal cuadrada de 20x20 centímetros. Con 4 manzanas troceadas la fruta llega casi hasta el borde, pero al hornear baja un poco.

Poner la mantequilla en trocitos, el resto del azúcar (40 gramos de azúcar moreno y otros 40 de blanquilla), la harina y la almendra en un bol. Amasar pellizcando con los dedos hasta que todos los ingredientes estén mezclados de manera homogénea y la masa tenga un aspecto como de arena o serrín grueso.

Distribuir la masa sobre la manzana, procurando que cubra bien toda la superficie de la fuente. No hay que apretar, basta con depositarla sobre la manzana.

Mientras se prepara el crumble precalentar el horno a 190 grados.

Colocar la fuente con el crumble en la parte central y hornear con calor arriba y abajo durante unos 45 minutos, hasta que la masa se vea doradita.

Sacar la fuente del horno y colocarla sobre una rejilla para que se enfríe un poco.

Se puede servir templado o dejarlo enfriar completamente antes de servir.