Mermelada de limón

Esta receta de la mermelada de limón está basada en la descrita por Nostradamus en su época. Sí, Nostradamus el de las profecías. Aunque Michel de Nôtre-Dame (14 de diciembre de 1503 – 2 de julio de 1566) es popularmente conocido por unas profecías escritas en cuartetas en las que profetizaba acontecimientos que debían suceder mucho después de su época, fue médico y químico y por lo que se ve aficionado a la cocina, o al menos tenía bastante interés en los métodos existentes para conservar los alimentos. En 1555 publicó un libro llamado Traité des fardemens et confitures, que es básicamente un libro de cocina que contienen gran cantidad de recetas de confituras y mermeladas (empleadas muchas veces como método para conservar frutas y verduras), además de recetas de ungüentos y consejos de belleza. Ninguna de las técnicas contenidas es original de Nostradamus, más bien es un compendio de métodos ya conocidos en su época.

La receta es algo laboriosa ya que es necesario que los limones estén varios días en remojo como forma de eliminar la acidez, pero más allá de tener que estar pendientes de cambiar el agua no tiene gran complicación.

Ingredientes

• Limones
• Azúcar (necesitaremos el mismo peso que la pulpa de los limones).
• Un pellizco de sal.

Preparación

Partimos los limones con piel en varios gajos (4 ó 6 gajos por limón) y los ponemos en un recipiente cubiertos con agua. Los dejamos en agua durante 3 días, cambiando el agua cada 12 horas (2 veces al día).

Transcurridos los 3 días separamos la pulpa de los limones de la cáscara. Podemos añadir a la configura también un poco de la piel del limón con cuidado de coger lo menos posible de la parte blanca, ya que amarga. Yo he añadido la piel de uno de los limones cortada en tiras muy finitas. Desechamos el resto de las pieles.

Pesamos la pulpa de los limones. En mi caso la pulpa pesaba 550 gramos.

Ponemos en una cazuela la pulpa de los limones junto con la piel que hemos cortado y un pellizco de sal. Añadimos una cantidad de azúcar igual al peso de la pulpa de limón. En mi caso he añadido 550 gramos de azúcar, que es lo que pesaba la pulpa de los limones.

Ponemos la cazuela al fuego y dejamos cocer durante unos 45 minutos. Al principio es aconsejable remover frecuentemente hasta que se disuelva todo el azúcar. Una vez que está bien disuelto basta con remover de vez en cuando para evitar que se pegue la mermelada.

Por último ponemos la mermelada en tarros de cristal. Si vamos a tardar a consumirla es conveniente esterilizar los tarros en la olla express para cerrarlos al vacío y que la mermelada se conserve durante un largo tiempo.