Me gustan mucho las frutas de verano, pero entre que están tan buenas simplemente comidas a mordiscos y que en verano no enciendo mucho el horno las suelo utilizar poco en recetas de repostería. Pero en la últimas semanas he visto algunas recetas de bizcochos con melocotones y albaricoques con una pinta estupenda y me he animado a preparar este bizcocho de melocotón, un bizcocho suave y esponjoso cuajado de gajos de melocotón. Yo a este tipo de bizcochos de fruta los suelo llamar bizcocho-tarta, porque la presencia de la fruta les da un aire mucho más sofisticado, casi como si fueran una tarta sencilla.
La inspiración para este bizcocho de melocotón procede principalmente de dos recetas. Hace unas semanas Zorra vom Kochtopf (la organizadora del Día Mundial del Pan) publicó este bizcocho de albaricoque que tenía una pinta estupenda. Con el traductor se entiende bastante bien. Es un bizcocho en formato rectangular, más extenso y planito, tachonado con albaricoques de su jardín. Me encantó en cuanto lo vi. El domingo pasado, Yokin Carrillo, de The Cooking Lab publicó en su Instagram un bizcocho de melocotón y arándanos que también tenía una pinta estupenda. Fusioné las dos recetas cogiendo cosas de una y de otra y así surgió este bizcocho de melocotón. Se podría preparar la misma receta también con albaricoques, simplemente abiertos por la mitad y sin el hueso y colocados con el corte hacia abajo.
La estrella de este bizcocho son los melocotones, que se añaden pelados y cortados en gajos grandes. La verdad es que pelar y partir los melocotones es la parte más tediosa de la receta.
El melocotón no es de las frutas más cómodas de pelar, especialmente cuando se empieza a arrugar un poco. Una opción para facilitar la tarea es escaldarlos en agua hirviendo. Los melocotones se sumergen en agua hirviendo después de hacer un corte en forma de cruz en la base y se dejan 30 segundos en el agua hirviendo. A continuación se sacan con una espumadera y se sumergen en otro recipiente con agua muy fría para detener rápidamente la cocción. Se pueden añadir unos hielos al agua para asegurarnos de que está muy fría. El escaldado no es tan efectivo como con los tomates, que casi se pelan solos, pero facilita bastante la tarea.
Otro de los problemas del melocotón es que dependiendo de las variedades la pulpa se pega mucho al hueso y resulta un poco complicado separar las dos mitades sin romperlas, especialmente si los hemos pelado primero. Si son de los que no se pegan después de hacer un corte profundo hasta el hueso aprovechando la hendidura que tienen se suelen desprender bastante bien simplemente haciendo girar las dos mitades en sentidos opuestos (como cuando se abre un tarro) o simplemente ayudando un poco con la punta del cuchillo, pero cuando son de la variedad que se pega, la cosa es más complicada. Los míos eran de los que se pegan, de los que se pegan mucho. Después de destrozar el primero lo que hice fue hacer cortes hasta el hueso para dividir el melocotón en 8 gajos y luego con ayuda de un cuchillo de punta fina iba separándolos del hueso. Los dos primeros gajos cuesta un poco, el resto como ya tienen una cara libre se hace mejor.
La fruta se coloca simplemente sobre la masa. Al crecer el bizcocho en el horno queda casi escondida entre la masa. Al partirlo el corte queda así de rico con los gajos de melocotón.
En invierno podemos preparar este mismo bizcocho empleando melocotón en almíbar. Bueno, en verano también podemos hacerlo así, pero teniendo fruta fresca es una pena no aprovecharla en la receta.
Para finalizar el bizcocho le he añadido unas almendras laminadas y un poco de azúcar justo antes de ponerlo en el horno. Son opcionales, pero queda una costra crujiente muy rica.
He horneado el bizcocho en un molde redondo de 26 centímetros. Salen 8 raciones generosas.
En verano me da un poco de miedo dejar estos bizcochos con tanta fruta a temperatura ambiente, porque se ponen malos en seguida. Si lo vamos a comer en el día no hay problema, pero si sobra de un día para otro prefiero ponerlo en la nevera. No me gusta guardar los bizcochos en la nevera, especialmente los que llevan mantequilla, porque con el frío la mantequilla se solidifica y la textura es más seca, pero cuando llevan tanta fruta prefiero perder un poco de textura y que no se estropee. Es conveniente sacarlo de la nevera un rato antes de comerlo para que se atempere y recupere la textura.
- 8-10 personas (un molde redondo de 26 centímetros).
- 200 gramos de harina de todo uso.
- 115 gramos de mantequilla a temperatura ambiente.
- 150 garmos de azúcar.
- 3 huevos.
- 125 gramos de yogur natural (un vasito).
- 3-4 melocotones (unos 750 gramos).
- 7 gramos (medio sobre) de levadura de repostería (polvos para hornear).
- Un pellizco de sal.
- Una cucharada de almendras laminadas (opcional).
- Una cucharada de azúcar para espolvorear el bizcocho (opcional).
En primer lugar vamos a preparar los gajos de melocotón.
Pelar los melocotones. El melocotón no es de las frutas que mejor se pelan, la verdad. Para facilitar la tarea puede ser buena idea escaldarlos en agua hirviendo. Se hace un corte en forma de cruz en la base y se sumergen 30 segundos en agua hirviendo. A continuación se pasan a otro recipiente con agua muy fría (se puede añadir hielo para que esté muy fría). El escaldado no tiene en el melocotón un efecto tan acusado como en el tomate, que casi se puede pelar con los dedos, sin cuchillo, pero ayuda bastante.
Partir los melocotones por la mitad a lo largo de la hendidura que tiene la fruta y separar las dos mitades del hueso. Cortar cada mitad en 4 gajos.
Si los melocotones son de los que tienen la pulpa adherida al hueso (los míos eran de los que no están dispuestos a separarse de ella de buen grado) puede resultar un poco complicado separar las dos mitades peladas del hueso. En este caso a mí me ha resultado más práctico dividir el melocotón entero en 8 gajos y luego irlos separando con cuidado del hueso. No importa que algún gajo se rompa, no los vamos a colocar ordenados como en una tarta de manzana.
Reservar el melocotón.
Antes de empezar con la masa del bizcocho me gusta preparar el molde.
Habitualmente forro la base con papel de horno, luego unto la base y las paredes con mantequilla y espolvoreo con harina, pero en esta ocasión he forrado el molde completo con una hoja de papel de horno. He empleado una hoja entera, haciendo pliegues en el lateral para adaptarla, por eso el lateral se nota poco uniforme. Es un sistema completísimo porque al ser una hoja entera sin cortes el molde sale completamente limpio.
Poner en un bol la mantequilla y el azúcar. Sacaremos la mantequilla de la nevera con antelación para que esté blandita.
Batir bien con unas varillas hasta que esté cremoso.
Añadir uno a uno los huevos, batiendo hasta que esté completamente integrado antes de añadir el siguiente. Es importante que estén a temperatura ambiente, si están fríos la mezcla se cortará ya que con el contraste de temperaturas las gotitas de mantequilla solidificarán y la crema adquiere un aspecto poco homogéneo. En este caso hay que continuar batiendo hasta que vuelva a homogeneizarse.
Añadir el yogur y batir hasta que se integre. Como en el caso de los huevos es importante que esté a temperatura ambiente.
Poner en otro bol la harina, la sal y la levadura y remover con una cuchara para que se mezcle bien.
Añadir la harina al primer bol, preferentemente a través de un tamiz.
Mezclar hasta que no quede harina suelta, sin trabajar la mezcla en exceso.
Verter la masa en el molde que teníamos preparado. Es una mezcla muy espesa. Alisar la superficie con una espátula para que quede a una altura uniforme.
Colocar los gajos de melocotón sobre la superficie del bizcocho. No es necesario ponerlos ordenados, simplemente los repartimos por toda la superficie. No hace falta hundirlos, se hundirán ellos solos al crecer la masa en el horno.
Repartir las almendras laminadas sobre la superficie y espolvorear con una cucharada de azúcar.
Mientras se prepara la masa precalentar el horno a 180 grados.
Colocar el molde con el bizcocho en la parte central del horno.
Hornear unos 45 minutos. Para comprobar que esta hecho pinchar con un palillo en el centro. Si el palillo sale limpio y seco (asegurarse de pinchar donde haya masa, no melocotón), estará listo, en caso contrario hornear unos minutos más y repetir la prueba.
Sacar el bizcocho del horno y dejar reposar 10 minutos sobre una rejilla.
Desmoldar con cuidado (en los puntos donde hay mucho melocotón la capa de bizcocho es muy finita y no aguanta bien el peso) y dejar sobre la rejilla hasta que se enfríe completamente.
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