El otoño es época de calabazas. Yo la uso mucho para hacer cremas y purés y también en numerosos bizcochos y magdalenas. Nunca se me había ocurrido combinarla con chocolate, pero en las últimas semanas he visto muchas recetas que empleaban los dos ingredientes juntos y comentaban que hacían buena pareja y he decidido probarlo. El resultado ha sido este bizcocho de calabaza y chocolate, un bizcocho marmolado que además de rico queda muy vistoso con el efecto veteado o amarmolado de la masa.
El uso de calabaza en repostería es bastante frecuente. Cuando pensamos en repostería y calabaza solemos asociarla con el cabello de ángel, que se extrae a partir de la cidra, una variedad de calabaza, pero la pulpa de la calabaza "normal" de color naranja y forma redonda o de cacahuete se emplea también en la elaboración de masas y dulces. Su sabor muy suave y ligeramente dulzón pasa desapercibido en las masas dulces, pero aporta mucha humedad, lo que permite obtener masas muy jugosas sin necesidad de añadir elevadas cantidades de huevos y mantequilla o aceite, que son las fuentes habituales de humedad en las masas dulces. La presencia de una verdura en una masa, como en este bizcocho o en este otro bizcocho de calabacín no hace que por arte de magia el bizcocho pase a ser saludable, pero lo cierto es que nos permite hacer bizcochos un poco más austeros, que están ricos y jugosos sin emplear grandes cantidades de aceite o mantequilla.
La calabaza se añade al bizcocho en forma de puré. Como ya comenté al hablar de los panecillos de calabaza tenemos dos opciones para preparar el puré: asar la calabaza en el horno o cocerla en cazuela de la forma “tradicional”.
- Puré de calabaza asada: Abrimos la calabaza por la mitad y retiramos las semillas, que también se pueden asar acompañadas de algunas especias (pipas de calabaza especiadas). Asamos la calabaza en el horno a 200 grados hasta que esté blandita, unos 30 minutos. Una vez que esté hecha retiramos la pulpa con una cuchara y trituramos con la batidora. Necesitaremos la mitad de una mitad de una calabaza cacahuete.
- Puré de calabaza "tradicional": En este caso pelamos la calabaza, retiramos las semillas y troceamos la pulpa. La ponemos en una cazuela con agua que apenas la cubra y cocemos hasta que esté blandita, unos 30 minutos. Cuando esté cocida escurrimos todo el agua que podamos para que quede lo más seca posible y trituramos hasta obtener un puré liso. Necesitaremos unos 300 gramos de calabaza en crudo.
Con cualquiera de los dos métodos es preferible elaborar el puré con algo de antelación para que esté frío cuando preparemos el bizcocho. Si nos sobra puré después de preparar el bizcocho podemos aprovecharlo para un puré de calabaza, os dejo dos ideas: crema de calabaza y crema de calabaza con naranja y jengibre.
La masa de este bizcocho de calabaza está especiada con canela, jengibre, nuez moscada y clavo. Es la mezcla de especias que habitualmente se emplea en los países anglosajones para la tarta de calabaza, a la que a veces se añade también pimienta de Jamaica, que tiene un sabor que recuerda a la canela, nuez moscada y clavo molidos combinados en una sola especia (si tenéis se puede poner también un poco). Es una mezcla de especias que se usa mucho en repostería en los países anglosajones, pero en Estados Unidos está tan asociada a la tarta de calabaza típica de Acción de Gracias que muchas veces se denomina directamente "Pumpkin pie spice", "especias de pastel de calabaza". Es una mezcla que me encanta para bizcochos y galletas, sobre todo en los meses fríos.
Me gustan mucho los bizcochos marmolados por lo vistosa que resulta la mezcla de los dos colores, este me parece que ha quedado precioso, con las vetas naranjas y color chocolate haciendo remolinos, pero a partir de esta misma receta se puede preparar un bizcocho que sea totalmente de chocolate. Simplemente nos saltaríamos el paso de dividir la masa y se añadiría el cacao a la harina antes de incorporar al resto de ingredientes. En este caso necesitaríamos un poco más de cacao, unos 30 gramos.
- 8-10 personas (un molde alargado de 25-30 centrímetros).
- 250 gramos de puré de calabaza.
- 225 gramos de harina.
- 125 gramos de azúcar.
- 2 huevos.
- 75 ml. de aceite de girasol o de oliva suave.
- 75 ml de leche.
- 20 gramos de cacao en polvo.
- 10 gramos de levadura de repostería.
- 1/2 cucharadita de sal.
- 1 cucharadita de canela.
- 1 cucharadita de jengibre.
- 1/2 cucharadita de nuez moscada.
- 1/4 cucharadita de clavo.
Poner en un bol los huevos y el azúcar.
Batir con unas varillas hasta que esté espumoso.
Añadir el aceite y batir hasta que esté bien mezclado.
Incorporar el puré de calabaza y la leche y continuar mezclando hasta que esté completamente integrado.
Poner en otro recipiente la harina, la sal, la levadura y las 4 especias: canela, jengibre molido, nuez moscada y clavo molido. Remover un poco para mezclarlo todo.
Tamizar la harina sobre el primer bol y mezclar hasta que no quede harina suelta, sin trabajar demasiado la mezcla.
Pasar la mitad de la mezcla a un segundo recipiente. Hay en total unos 850 gramos, por lo que cada mitad tendría 425 gramos más o menos. No hace falta que las dos mitades sean idénticas, es suficiente con que cada una sea aproximadamente la mitad.
Añadir el cacao en polvo a una de las dos mitades. Es buena idea tamizarlo porque suele hacer grumitos. Remover hasta que toda la mezcla tenga color uniforme.
Forrar con papel de horno un molde de plum-cake de 25-30 centímetros de largo. Si el molde es antiadherente se puede untar con mantequilla (o aceite) y espolvorear con harina, sin forrar, pero a mi cada día me gusta más forrar todos los moldes, así nos aseguramos de que no se pega nada.
Mientras preparamos la masa del bizcocho precalentar el horno a 180 grados.
Verter la masa en el molde. Lo haremos de alternando de forma irregular las dos masas, para que quede una distribución poco uniforme.
Para acentuar el efecto marmolado de la masa hundir hasta el fondo del molde un cuchillo de punta roma o el mango de una cuchara de madera (que no sea muy grueso). Dar un par de pasadas de un extremo a otro de la masa haciendo un dibujo como de diente de sierra o de ochos. Así la masa queda más veteada.
Poner el molde con la masa en la parte central del horno con calor arriba y abajo.
Hornear hasta que al pinchar con un palillo en el centro salga limpio. Dependiendo del horno y el molde necesitará entre 55-60 minutos.
Sacar el molde del horno y dejarlo enfriar sobre una rejilla durante 10 minutos.
Desmoldar el bizcocho y retirar el papel si hemos forrado el molde.
Dejar enfriar el bizcocho completamente sobre una rejilla.
Servir cortado en rebanadas.
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