En estos días de invierno con tanto frío apetece mucho una sopa o crema bien calentita. Con la invernal calabaza se consiguen unas cremas y purés que además de estar buenísimos tienen un colorido precioso que las hace muy apetecibles. Esta crema de calabaza con naranja y jengibre resulta muy ligera y deliciosa por el contraste de sabores entre el toque cítrico tan fresco que proporciona la naranja y el punto ligeramente picante del jengibre.
A mí personalmente no me suelen gustar mucho las cremas de verduras como primer plato de una comida festiva porque suelen resultar un poco sosas de presentación con sus colores claritos y un poco apagados, pero esta crema de calabaza resulta tan vistosa con su intenso color naranja que me parece preciosa como primer plato en cualquier reunión familiar. Al ser tan ligera es un paréntesis muy refrescante entre la abundancia de entremeses y un segundo plato más fuerte que muchas veces se agradece en este tipo de comidas tan copiosas.
Lo más delicioso de esta crema de verduras es el contraste entre el suave picante del jengibre (un toque muy sutil, no os asustéis los poco amantes del picante) y el toque cítrico y fresco de la naranja. Podemos modular perfectamente estos dos matices modificando la cantidad de jengibre y cáscara de naranja de la crema para adaptarla a nuestras preferencias.
- 4 personas.
- 750 gramos de calabaza (pesada después de pelar y quitar las semillas),
- 1/2 cebolla mediana.
- 1/2 puerro.
- El zumo de 2 naranjas.
- La piel de una naranja (sin la parte blanca).
- Una cucharadita de jengibre en polvo,
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal y pimienta negra molida.
Pelar la calabaza, eliminar la semilla y partirla en trozos pequeños.
Eliminar las raíces y la capa superficial del puerro y partirlo en rodajas.
Trocear la cebolla en trozos pequeños. No hace falta que sean regulares ya que lo vamos a triturar todo.
Con ayuda de un pelaverduras retirar la piel de una naranja. Es la forma más fácil de hacerlo para no llevarnos la parte blanca que amarga y nos daría buen sabor. Si no disponemos de uno retirar la capa superficial de la piel de la naranja con un cuchillo afilado, intentando no cortar mucha capa blanca. A mí me resulta más cómodo retirar primero la piel y luego exprimir la naranja, pero si os resulta más fácil también se puede hacer al revés.
Exprimir las dos naranjas. Reservar el zumo.
Poner al fuego una cazuela con un chorro de aceite.
Añadir la cebolla y el puerro picados y cocer a fuego lento hasta que se pongan transparentes, unos 10 minutos.
Incorporar la calabaza troceada y rehogar un par de minutos, removiendo con frecuencia para que no se pegue.
Añadir 500 ml. de agua (dos tazas), sal, pimienta negra molida, la piel de naranja y el jengibre en polvo.
Dejar cocer a fuego suave unos 20 minutos a fuego medio, hasta que la calabaza esté blandita.
Con ayuda de la batidora triturar la crema hasta que quede lisa y uniforme. Si no se quiere que el sabor a naranja sea tan pronunciado se puede retirar parte de la corteza de naranja antes de triturar. Añadir el zumo de naranja y continuar batiendo hasta integrarlo. Queda una crema muy lisa y sin grumos sin necesidad de pasarla por el chino.
Rectificar de sal y pimienta.
Calentarla de nuevo justo antes de servir si se ha enfriado y repartirla en 4 platos hondos o 4 cuencos.
Para adornar la crema tenemos varias opciones. Una posibilidad muy sencilla es añadir unos costronoes de pan frito. La nata da también mucho juego para adornar las cremas. Podemos hacer una espiral o cualquier otro motivo o simplemente dejar caer una cucharada de nata en el centro de la crema con un poco de gracia.
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