De pequeña no me gustaba demasiado el helado de fresa, me parecía demasiado rosa, pero hace unos años me decidí a preparar helado de fresa casero y mi opinión cambió totalmente. No ha desbancado al helado de chocolate como mi sabor preferido, pero me gusta mucho, me encanta prepararlo en primavera para aprovechar la temporada de los fresones que está casi a punto de acabar.
Preparar helado en casa es sencillo y se obtienen helados de muy buena calidad, además de que nos permite preparar helados de sabores que no se encuentran habitualmente en las heladerías. Si disponemos de una heladera el proceso de mantecar el helado es muy sencillo, pero si no disponemos de una tampoco es un impedimento para hacer helado en casa. El proceso es un poco más engorroso porque nos obliga a remover cada poco rato hasta que esté totalmente congelado pero sigue siendo sencillo y el resultado merece la pena.
Aunque hay muchos sabores de helados pueden clasificarse en dos variedades principalees:
El helado de estilo francés o europeo (French Style) se prepara usando como base una crema a base de yemas y nata, muy similar a la crema pastelera pero sin espesante y con nata en vez de leche. Sobre esta base se añaden los ingredientes que dan sabor. Es el tipo de los helados clásicos, como el helado de vainilla. Las yemas y la nata aportan una buena cantidad de grasa, lo que hace que después de congelado sea más cremoso y suave.
El segundo tipo de helado se denomina estilo Filadelfia o estilo americano (Philadelphia Style). Es mucho más sencillo que el de estilo francés, ya que como base usa simplemente nata, con lo que nos evitamos preparar la crema. Al no llevar huevo no se enmascara el sabor de los ingredientes usados, por lo que a mi me parece fantástico para helados de frutas como el helado de fresa o este helado de cereza. A cambio de esta simplicidad en su preparación es un poco menos cremoso que el clásico de estilo francés y se queda un poco más duro al congelar, pero sigue siendo un helado muy rico.
El mayor problema del proceso de fabricación del helado es la formación de cristales, que hacen que el helado no sea tan cremoso y agradable de comer. La mejor forma de evitar la formación de cristales es batir la mezcla constantemente, pero como eso no es posible, al fabricar helado hay que buscar otras formas de mantener los cristales controlados.
Tanto la grasa como el azúcar dificultan la formación de cristales, por lo que la mayoría de las recetas de helado llevan una generosa cantidad de ambos. Por eso en la preparación de este helado de fresa y de otros empleamos nata de montar aunque no la vayamos a montar, porque necesitamos la elevada cantidad de grasa que contiene para evitar los cristales.
En cuanto al azúcar resulta todavía más eficaz para evitar los cristales si se sustituye una parte del azúcar normal por azúcar invertido.
El azúcar invertido puede prepararse fácilmente en casa añadiendo ácido cítrico o ácido tartárico y bicarbonato a una almíbar espeso. Aunque suene un poco complejo y casi de laboratorio estamos hablando simplemente del contedido de los sobrecitos de gasificante blancos y amarillos que ya usaban nuestras abuelas para hacer magdalenas.
La miel es también un azúcar invertido, por lo que en helados con sabores que no desentonan con el sabor de la miel podemos añadir un poco a la base del helado. Si la miel está muy espesa suelo calentar un poco la leche para que se disuelva bien.
Antes de comenzar a preparar el helado la mezcla debe estar muy fría, por lo que deberá reposar en la nevera varias horas antes de comenzar a mantecar el helado. A mi me resulta muy cómodo preparar la base del helado un día, dejarlo en la nevera toda la noche y mantecar al día siguiente.
Para que el helado quede cremoso es necesario batir con frecuencia mientras se va congelando. Si tenemos una heladera no hay problema porque ella se encarga de batir constantemente hasta que el helado está congelado, pero si no tenemos una heladera tendremos que batir el helado con frecuencia nosotros mismos para evitar que se formen cristales. Es necesario batir el helado cada media hora y tres cuartos de hora hasta que esté duro. Cada vez que batamos (simplemente con un tenedor o con las varillas manuales) romperemos bien los cristales que se hayan empezado a formar, así conseguiremos que el helado quede cremoso.
Es un proceso que requiere algo de atención pero tampoco es muy trabajoso. Puede parecer engorroso lo de necesitar batir cada poco rato, pero la verdad es que apenas nos llevará 5 minutos cada vez. Se hace muy bien mientras estás haciendo otras tareas en casa o simplemente una tarde de sábado mientras ves una peli, la paramos unos minutos, removemos el helado y continuamos con la peli.
Para preparar este helado de fresa se emplea el tipo Filadelfia. La base es bien simple. Empezamos cortando las fresas y dejándolas macerar con el azúcar, como cuando se preparan estas fresas maceradas con azúcar y vinagre, para que suelten todo su jugo. Luego se tritura, se mezcla con la nata y se congela. Sencillo, ¿verdad?
- 1 litro de helado.
- 400 gramos de cerezas.
- 150 gramos de azúcar.
- El zumo de medio limón (opcional).
- 400 ml. de nata para montar.
- 100 ml. de leche.
- Una cucharada sopera de miel o 25 gramos de azúcar invertido.
Lavar las fresas sin dejarlas en remojo.
Eliminar el pedúnculo, partirlas en trozos y ponerlas en un bol.
Añadir el zumo de medio limón y el azúcar.
Remover para mezclar bien el azúcar con las fresas.
Dejar reposar en la nevera un par de horas para que las fresas suelten todo el jugo. Se pueden dejar perfectamente toda la noche.
Si la miel está muy espesa calentar un poco la leche y añadir la miel, removiendo bien hasta que se disuelva completamente.
En cuanto se enfríe ponerla en la nevera para que esté bien fría cuando preparemos el helado.
Triturar las fresas con la batidora.
Añadir la nata, la leche y la miel.
Mezclar bien hasta que la mezcla tenga un aspecto homogéneo.
Poner la mezcla varias horas en la nevera para que esté bien frío cuando comencemos a preparar el helado.
Si usamos una heladera poner la mezcla en la cubeta de la heladera (que habremos enfriado si es necesario siguiendo las instrucciones del fabricante) y mantecar siguiendo las instrucciones del fabricante.
Cuando esté listo pasarlo a un recipiente con tapa y ponerlo en el congelador hasta el momento de consumir.
Si no tenemos heladera poner el helado en un recipiente para meterlo al congelador. Lo ideal es usar uno metálico, ya que transmite mejor el calor y el frío y ayuda a que se enfríe más rápido, pero si no tenemos uno adecuado puede usarse cualquier recipiente. A mi me gusta que tenga tapa y suelo ponerlo directamente en el recipiente en el que lo voy a dejar luego en el congelador, pero si os resulta más cómodo usar otro recipiente mientras se manteca no hay problema.
Para congelar el helado suelo reutilizar las barquetas de plástico de helado comprado, aunque con esta receta sale algo más de helado, con lo que no cabe en las cubetas normales de litro.
Poner el recipiente con el helado en el congelador.
Transcurridos 45 minutos o una hora sacar el helado del congelador. El helado seguirá casi líquido y habrá comenzado a congelarse un poco en la parte superior alrededor de las paredes.
Batirlo bien para romper todos los cristales, procurando llegar a todas las esquinas para que no se nos vayan quedando cristales.
Se puede batir con un tenedor o unas varillas manuales, no es necesario usar unas varillas eléctricas.
A partir de ahora repetir la operación de batir el helado cada 30 o 45 minutos, hasta que esté casi congelado y ya no se pueda batir.
Dejar el helado en el congelador hasta la hora de servir.
Sacar del congelador 10 minutos antes de servir para que se ablande un poco y sea más fácil hacer bolas.
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