Un budin es una especie de flan de huevo al que se incorpora pan o bollería, entre otros ingredientes. Creo que he contado varias veces que me encantan todos los postres similares al flan de huevo y los búdines no iban a ser una excepción. Postres caseros sencillos y ricos que además vienen de maravilla para aprovechar restos de bollería que han quedado un poco secos. Nos gusta especialmente este budin de manzan en el que se intercalan capas de compota de manzana entre las distintas capas de bollería. Queda superjugoso y con un sabor riquísimo.
Para elaborar el budin empleo normalmente bollería: croissants, suizos, media noches, pan de leche, brioche y otros bollos parecidos, pero podría elaborarse perfectamente con restos de bizcochos y magdalenas. En cualquier caso es conveniente que no sean del día sino que estén un poco secos y asentados, ya que así aguantan mejor cuando se empapan con la mezcla de leche y huevos. Vamos, lo mismo que con las torrijas. Es una receta perfecta para aprovechar restos de bollería que ya no son tan apetecibles para comer solos, pero si alguna vez he comparado ex-profeso para prepararlo lo que suelo hacer es dejarlos por la noche sobre la encimera sin tapar para que se sequen un poco.
Para preparar el budin yo suelo emplear el molde de soufflé, el molde de flan redondo de paredes rectas, más que nada porque como lo asocio al flan uso el mismo molde, pero queda también muy bien si se prepara en un molde alargado de plum cake, como el sobrio e igualmente rico budin de pan, que además es un formato que resulta muy cómodo para partir porciones.
- 4 huevos.
- 450 ml. de leche.
- 100 gramos de azúcar.
- 3 manzanas medianas.
- 250-300 gramos de bollería un poco seca.
- 4 cucharadas de azúcar para el caramelo.
- 2 cucharadas de agua para el caramelo.
En primer lugar vamos a cocer las manzanas para preparar una compota. Para ello partir las manzanas en cuartos, pelarlas y eliminar el corazón. Cortarlas a continuación en láminas finas. Cocerlas en una cazuela al fuego o en el microondas hasta que estén blandas. En el blog existen dos entradas muy completas sobre la compota de manzana: compota de manzana clásica y compota de manzana rápida en microondas. Reservar y esperar a que se enfríe antes de ponerla en el budin.
Para preparar el caramelo poner en un cazo la cuatro cucharadas de azúcar junto con las dos cucharadas de agua. Se pueden añadir también unas gotas de zumo de limón, que ayuda a que no cristalice. Remover para mezclar bien y cocinar hasta que coja color dorado. Vigilarlo bien porque en cuanto coge color se tuesta muy rápido y corre el peligro de quemarse.
Verter el caramelo en el molde y moverlo para que el caramelo cubra el fondo y parte de la pared. Cuidado al manipular el caramelo porque quema mucho.
Se puede emplear también el caramelo del que venden en bote. Yo no lo empleo porque no me agrada demasiado el sabor, pero si os gusta la verdad es que es comodísimo.
Partir los bollos en rebanadas un poco gruesa. Vamos a necesitar en total rebanadas para formar tres capas.
Poner una capa de rebanadas de bollería en el fondo del molde.
Cubrir con una capa de compota de manzana bien escurrida, la mitad más o menos.
Poner otra capa de bollos sobre la manzana, a continuación el resto de la compota bien escurrida y por último otra capa de bollos.
Batir los huevos en un bol. No batirlos mucho, lo justo para mezclarlos, de modo que no queden demasiado espumosos.
Incorporar el azúcar y la leche y mezclar para batir.
Añadir poco a poco la mezcla de leche, azúcar y huevos a la flanera con los bollos y la manzana. Al principio como las rebanadas están bastante secas no absorben bien la leche, pero si lo dejamos reposar un poco y vamos añadiendo la mezcla poco a poco se irá empañando y llenará todo el molde.
Precalentar el horno a 180ºC.
Poner el molde dentro de otro recipiente para hacer el baño María. Añadir agua caliente al recipiente de modo que llegue a la mitad del molde del budin. No debemos superar esa altura para evitar que entre en el molde al hervir.
Poner el molde en la parte central del horno. Hornear entre 50 y 60 minutos, hasta que lo veamos cuajado.
Para desmoldarlo, mejor cuando se enfríe, pasar un cuchillo de punta roma alrededor de la flanera. Poner un plato o fuente invertido sobre la flanera, y darle la vuelta para que caiga sobre el plato. Si no se desprende ayudar con un movimiento seco.
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