Brochetas de langostinos crujientes

Estas brochetas de langostinos crujientes son un éxito total cada vez que las preparo. Rebozados con quicos de maíz triturados y fritos los langostinos quedan muy crujientes y el rebozado de quicos aporta un sabor muy rico y sorprendente. La presentación en brochetas, casi como si se tratara de piruletas, resulta divertida y es muy cómoda para servir y para comerlos untando en una salsa. Servidos con salsa rosa, salsa tártara o simplemente con mayonesa son un entrante fantástico que gusta a todo el mundo.

Estas brochetas de langostinos crujientes tienen todo para triunfar como entrante, tanto para el que la va a cocinar como para los que lo van a disfrutar en la mesa: es sencilla y rápida de preparar, está rica, tiene una presentación original y un sabor sorprendente y además es cómoda de comer.

La presentación en brochetas es siempre resultona, pero en el caso de los entrantes y aperitivos resulta además muy cómodo porque permite comerlas con las manos sin mancharse. En esta receta me gusta mucho como queda cuando se inserta el langostino estirado en la broqueta, tiene un aire como de piruleta que las hace muy vistosas y además permite mojarlas fácilmente en una salsa al comerlas.

Si os da pereza insertar los langostinos en la brocheta (es sencillo pero hay que hacerlo con algo de cuidado) también se pueden montar simplemente atravesando con la brocheta los langostinos, que quedarían con su forma curvada más habitual.

El rebozado de estos langostinos se prepara con quicos triturados. A mi siempre me ha gustado mucho el maíz y la verdad es que la idea de emplearlo para empanar cualquier alimento me parece muy atractiva. Queda un rebozado muy crujiente y con un color dorado muy atractivo, más dorado que cuando se empana con pann y con un sabor fantástico, el sabor de los quicos se percibe bien en el rebozado pero no enmascara el sabor de los langostinos, que son los protagonistas de la receta.

Para triturar los quicos se puede emplear cualquier procesador de alimentos. Yo empleo el pequeño que viene con muchos modelos de batidora. La primera vez que probé a triturar quicos me daba miedo que fueran demasiado duros para las cuchillas, pero la verdad es que masticamos los quicos con los dientes, por lo que no son problema para las cuchillas.

Al triturarlos se puede ajustar fácilmente el grosor del maíz. Me gusta que queden algunos trocitos menudos pero un poco más grandes, eso dará más textura al rebozado y permite que se note mejor el crujiente al morder. Tampoco conviene que queden trozos muy grandes porque al pesar más se despegan y se caen con más facilidad.

Sirvo estas brochetas de langostinos acompañadas de una salsa en la que untarlas según las vamos comiendo. Me gustan mucho las salsas a base de mayonesa, me parece que combinan muy bien con el marisco. Podemos usar una salsa rosa, salsa tártara o incluso una mayonesa sin más. También quedan estupendos servidos con una salsa agridulce, para conseguir un toque más exótico.

Ingredientes

• 4 personas.

• 16 langostinos.
• 50-60 gramos de quicos.
• Un huevo.
• Aceite de oliva virgen extra.

Sugerencias para acompañar

• Salsa rosa.
• Salsa tártara.
• Mayonesa.
• Salsa agridulce.


Preparación


Quitar la cabeza de los langostinos, pelarlos y eliminar el intestino.

Insertar cada langostino en una brocheta, empezando por la cola hasta que esté a punto de aparecer por la parte superior, con cuidado para enderezarlos sin que se rompan.

A mi me parece que quedan curiosos así, pero si se quiere basta con atravesarlos con la brocheta, dejándolos con su forma curvada.

Batir el huevo como para tortilla.

Triturar los quicos hasta que queden muy menudos. Yo lo he hecho con el procesador de alimentos que viene con la batidora. Podemos variar el grueso a nuestro gusto. A mi me gusta que quede algún trocito más grande que cruja, sin que quede todo reducido a la textura de pan rallado, pero tampoco conviene dejarlo demasiado grande porque con el peso no se agarra bien a los langostinos y se caerá.



Poner los quicos en un plato.

Poner al fuego una sartén con aceite para freir las brochetas.

Pasar los langostinos primero por huevo y a continuación por el plato con los quicos, dándoles la vuelta para que queden bien cubiertos (o lo mejor que se pueda) por los dos lados.

Poner las brochetas por tandas en la sartén, hasta que estén doradas por los dos lados.

Sacar las brochetas de la sartén y colocarlas en un plato con papel de cocina para eliminar el exceso de aceite.

Para servir colocar las brochetas en un plato o dentro de un vaso alto, acompañadas de la salsa elegida en salsera aparte.



Servir inmediatamente.