Tortitas de plátano

Hace unos días tenía en el frutero un par de plátanos que se habían puesto demasiados maduros, con la piel casi negra. No nos gustan para comer cuando están tan maduros, pero son geniales para preparar postres. Era poca cantidad para preparar un pan de plátano y buscando una idea sencilla para emplearlos surgieron estas tortitas de plátano. Tan esponjosas y sencillas de preparar como las tortitas clásicas y con un rico sabor a plátano, perfectas para desayunos y meriendas.

Para preparar postres es mejor emplear plátanos muy maduros, esos a los que se les ha puesto la piel ya de color marrón o casi negro son perfectos. Es entonces cuando dan a las preparaciones esa textura tan húmeda y rica, además ser también cuando aportan más sabor. En mi casa cuando están tan maduros no se los suele comer y añadírselos a un bizcocho o unas tortita es una opción fantástica para aprovecharlos.

Ingredientes

• 12 tortitas.

• 2 plátanos muy maduros.
• 200 gramos de harina.
• 2 huevos.
• 275 ml. de leche.
• 2 cucharadas soperas de azúcar.
• 40 gramos de mantequilla fundida.
• 1/2 cucharadita de sal.
• 1/2 sobre (unos 8 gramos) de levadura de repostería.

Preparación

Poner en un bol los dos plátanos pelados y aplastarlos bien con un tenedor hasta que estén hechos puré.

Añadir los dos huevos y el azúcar y batir hasta que esté bien mezclado.

Incorporar la leche y batir hasta que esté bien mezclado. Tened en cuenta que los trocitos de plátano aplastado se notan en la mezcla, no va a quedar completamente lisa.

Poner en otro bol la harina, la levadura y la sal. Mezclar un poco para que se distribuya homogéneamente.

Añadir la mezcla de los plátanos con el resto de ingredientes al bol con la harina y mezclar con una espátula hasta que no quede harina suelta. Se obtiene una mezcla espesa y que normalmente tendrá grumos.

No es conveniente batir en exceso la mezcla para eliminar todos los grumitos porque entonces las tortitas quedan un poco correosas. Los grumos que queden se desharán luego en la sartén, por lo que no hay que preocuparse por ellos.

Añadir por último la mantequilla fundida y mezclar.

Poner al fuego una sartén con una gotita de aceite en el fondo. Yo uso una antiadherente y normalmente no hace falta volver a poner aceite antes de poner cada nueva tortita, con ponerlo la primera vez es suficiente, pero si veis que alguna se agarra un poco lo mejor es volver a untar un poquito de aceite antes de poner la próxima, mejor si se hace con un pincel para dejar una capa muy finita.

Cuando el aceite se caliente verter un poco de masa en la sartén con ayuda de un cazo. No poner el cazo completo, con medio cazo más o menos quedan unas tortitas de un tamaño muy adecuado. La masa no debería llenar toda la sartén.

Yo las cocino a fuego medio (6-7) para que dé tiempo a que se hagan sin que se tueste demasiado la superficie.

Dejar que se haga la tortita hasta que la superficie se llene de burbujitas.

Levantar la tortita con ayuda de una espumadera o una espátula de cocina y darle la vuelta para que se haga por el otro lado.

Cuando estén doradas por los dos lados sacar la tortita de la sartén. Según las vamos sacando de la sartén se apilan en un plato. Se pueden mantener tapadas con papel de aluminio para que no se enfríen.

Como sucede con las crêpes es fácil que la primera quede un poco más fea, pero en cuanto se coge el tranquillo a la temperatura de la sartén y la cantidad de masa quedan perfectas.

Continuar haciendo tortitas de la misma forma hasta que se acabe la masa.

Servir recién hechas. Se pueden acompañar de mantequilla, mermelada, nata, sirope, lo que se nos ocurra. Y por supuesto con una buena taza de café con leche o bebida de cacao.