Cuando era pequeña mis pasteles preferidos eran sin duda la costrada, una preparación muy típica de las pastelería de Soria, y las tartitas de manzana, las que tenían la base de hojaldre, crema pastelera, láminas de manzana y estaban coronadas habitualmente con una guinda. De las tartitas de manzana me encantaba que además de estar muy ricas eran fáciles de comer para un crío. Mis tartaletas de hojaldre con crema pastelera y manzana son un homenaje a estas tartitas de mi infancia, una versión simplificada y muy sencilla de preparar en casa a la que solo le fata la guinda.
Las tartaletas que recuerdo de mi infancia tenían la base de hojaldre más honda, horneada en molde pero en esta versión las tartaletas se hornean directamente sobre la bandeja, sin molde, como otras muchas preparaciones clásicas con hojaldre, Simplemente se cortan círculos de hojaldre, se cubren con masa pastelera y las láminas de manzana y se hornean. Una preparación muy sencilla para unas tartaletas absolutamente deliciosas.
Una de las cosas más ricas de estas tartaletas es el contraste entre el hojaldre crujiente y la crema pastelera suave y cremosa, es fantástico.
La crema pastelera es una de las preparaciones más básicas de la pastelería, una preparación muy versátil que se puede utilizar en multitud de tartas y rellenos. Como las tartaletas no llevan borde la cantidad de crema pastelera que se necesita no es muy grande, con medio litro de leche es suficiente.
Para preparar la crema pastelera se usan únicamente las yemas de los huevos. Si no se tiene pensado usar las claras en los próximos días se pueden congelar perfectamente, es una forma muy útil de conservarlas para preparaciones que requieran claras extras. Yo las suelo congelar en tarritos de cristal. Se conservan de esta forma bastante tiempo. Cuando acumulo unas cuantas preparo un bizcocho de claras o de vez en cuando unos merengues.
Prefiero preparar la crema pastelera el día anterior, además de que resulta más sencillo organizarse para montar las tartaletas a última hora en general cuando uso crema pastelera para preparar tartar prefiero que esté fría.
Me encanta preparar estas tartaletas en formato individual, en general me encantan las tartitas en formato individual, pero también se puede preparar en formato grande para partir, ya sea en redondo, similar a esta tarta fina de manzana, o en rectangular, como esta otra tarta de fresas con crema pastelera. En el caso de las tartas de manzana y hojaldre es muy habitual la presentación en bandas, más que en rectángulo, en este caso simplemente partiríamos primero el hojaldre a lo largo para obtener dos tiras largas y hornearíamos dos piezas.
He preparado las tartaletas con hojaldre comercial. Si queréis unas tartaletas de auténtico lujo se puede preparar con un hojaldre rápido casero, pero con el comercial el resultado es muy bueno con muy poquito trabajo.
Una vez que se sacan del horno las tartaletas se pintan con un glaseado de mermelada diluida en agua que les da brillo y un aspecto muy atractivo. Para este glaseado se suele usar mermelada de melocotón o albaricoque, que tienen un color similar a la manzana horneada. Si es posible es preferible usar mermelada lisa, sin tropezones.
El glaseado de mermelada es el más sencillo y da muy buen resultado. Puede parecer el paso más trivial de la preparación, pero su importancia para conseguir una buena presentación de las tartaletas es enorme, no tenéis más que comparar en las fotos de la receta el aspecto que tienen recién sacadas del horno, bastante mate, con el aspecto tan brillante y atractivo que adquieren en cuanto las pintamos con el glaseado.
Si queremos un aspecto más sofisticado se puede emplear el glaseado para tartas de gelatina, tal y como se detalla en la tarta de fresas con crema pastelera. En este caso se consigue un glaseado con una capa más gruesa, más similar al que yo recuerdo de las tartitas de manzana, pero hay que tener en cuenta que necesitará unas 3 horas de nevera como mínimo para solidificar.
A la hora de cortar la base de las tartaletas intentaremos aprovechar al máximo la plancha de hojaldre, probando distintos tamaños. Con las planchas de hojaldre que uso habitualmente lo que mejor me funciona es estirar ligeramente la masa con el rodillo y emplear como cortador una taza de desayuno que tiene unos 9 centímetros de diámetro. De esta forma me salen 9 tartaletas (3x3) y apenas sobra hojaldre entre ellas.
Me encantan estas tartaletas con forma redonda, es la que asocio con tartas de manzana y crema pastelera, pero si lo preferís se pueden cortar también en rectangular, como estos hojaldres de fresa con crema de queso.
- 8-12 tartaletas, dependiendo del tamaño.
- Una lámina de hojaldre. Puede ser comprado o usar hojaldre rápido
- 2 cucharadas (30 gramos) de mantequilla.
- 2 manzanas golden.
- 2 cucharadas de mermelada de melocotón o albaricoque (sin tropezones).
- Azúcar y canela para espolvorear.
- 250 ml. de leche.
- 2 yemas de huevo.
- 50 gramos de azúcar.
- 20 gramos de almidón de maíz (maizena).
- La cáscara de un limón.
- Un palito de canela.
En primer lugar vamos a preparar la crema pastelera. Se puede elaborar el día anterior y guardarla en la nevera hasta el momento de usarla.
Poner en un bol las yemas, el azúcar y la maicena.
Mezclar bien hasta conseguir una crema homogénea y que hayan desaparecido los grumos de la maicena.
Poner en un cazo al fuego la leche con la cáscara de limón y el palito de canela.
Cuando comience a hervir apartar del fuego y retirar la cáscara de limón y el palito de canela.
Verter poco a poco la leche en el bol con la mezcla de las yemas, mientras removemos constantemente para evitar que se cuajen las yemas. No hace falta añadir toda la leche, con poner algo más de la mitad es suficiente.
Volver a poner la mezcla en el cazo y calentar a fuego medio, removiendo constantemente con unas varillas o una cuchara de madera hasta que espese. No debería hervir en ningún momento para evitar que se corte y se formen grumos.
Seguir removiendo sin parar hasta que espese, llevará poco más de 5 minutos.
Apartar del fuego.
Si no la vamos a usar inmediatamente pasarla a un bol. Cubrir con film de cocina de modo que esté en contacto con la crema, de esta forma evitamos que se forme una telilla en la superficie de la crema.
Cuando se enfríe guardar en la nevera hasta el momento de usarla.
Extender el hojaldre sobre la encimera, sobre una hoja de papel antiadherente. Sirve la que normalmente envuelve el hojaldre.
A continuación vamos a cortar las bases de las tartaletas.
Para cortar las tartaletas podemos emplear un cortador redondo o cualquier vaso o taza del diámetro requerido. Yo he empleado una taza que tiene un pelín más de 9 centímetros de diámetro.
Antes de empezar a cortar es buena idea probar qué tamaño de tartaleta nos permite aprovechar mejor la superficie del hojaldre.
Si lo vemos necesario se puede extender un poquito el hojaldre empleando un rodillo. Mi pancha de hojaldre medía 30 x 27 centímetros. En el lado más corto me faltaba un pelín para sacar 3 tartaletas y la he extendido un poco para llegar a 30x30 centímetros, así me han salido 9 tartaletas de unos 9 centímetros.
Cortar círculos de hojaldre del tamaño deseado.
Retirar el hojaldre sobrante.
Colocar los círculos de hojaldre en una bandeja de horno cubierta con papel antiadherente, separándolos un poquito para evitar que se peguen en el horno, aunque no crecerán apenas a lo ancho.
Sacar la crema pastelera de la nevera y removerla un poco con un tenedor.
Con ayuda de dos cucharas colocar un montoncito de crema en cada tartaleta, dejando un pequeño borde alrededor, es suficiente con un dedo más o menos, y procurando que la crema quede con una altura similar en toda la tartaleta.
Partir las manzanas en cuartos, pelarlas y eliminar el corazón.
Partir cada cuarto en láminas. Esta vez he partido la manzana en láminas más bien gruesas, pero también pueden cortarse más finitas y solaparlas más en las tartaletas.
Cubrir la crema pastelera de cada tartaleta con láminas de manzana que colocaremos de forma ordenada. Como es habitual en este tipo de tartas colocaremos las láminas de modo que se solapen. Sobrará algo de manzana.
Fundir la mantequilla en un cacito al fuego o en el microondas a media potencia.
Con ayuda de un pincel pintar cada tartaleta, tanto la manzana como el borde libre de hojaldre, procurando que no se desordene la manzana.
Poner en un bol pequeño o en una taza un poco de azúcar y de canela molida. Mezclar bien.
Espolvorear cada tartaleta con un poco de esta mezcla de azúcar y canela.
Si nos sobra se puede poner en un tarrito y guardar para otras preparaciones.
Mientras montamos las tartaletas precalentar el horno a 190 grados.
Poner la bandeja con las tartaletas en la parte central del horno.
Hornear hasta que el hojaldre esté dorado y la manzana se vea cocida. Normalmente estará listo en 30 minutos, pero dependiendo de las manzanas puede necesitar un poco más, yo lo tuve en total 40 minutos.
Sacar la bandeja del horno y colocar sobre una rejilla.
Poner en un cacito (si lo hacemos al fuego) o en una taza (si usamos el microondas) la mermelada y dos cucharadas soperas de agua.
Calentar y mezclar bien.
Pintar con esta mezcla las tartaletas, tanto la manzana como el borde de hojaldre.
Yo prefiero esperar a que se enfríen del todo antes de servirlas, pero también se pueden servir templadas.
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