Todos los años aprovechamos al máximo la temporada de fresas, ya sea para comerlas simplemente como fruta o formando parte de numerosos postres. Si buscáis algo rápido y sencillos estos hojaldres de fresa con queso crema son una opción perfecta. Están preparados con una base de hojaldre cubierta de fresas y una crema de queso con un toque de naranja con un sabor muy fresco y son tan rápidos de preparar que estarán listos casi en el mismo tiempo que necesitamos para calentar el horno. Además por su formato individual son muy cómodos de servir y de comer.
El hojaldre comercial me parece una de las preparaciones más cómodas y versátiles que podemos encontrar. No es igual que el hojaldre casero, desde luego, pero existen hojaldres de muy buenas calidad que nos permiten realizar preparaciones muy vistosas casi sin esfuerzo. Me gusta usar siempre planchas de hojaldre fresco, pero todas las recetas se puede hacer también con hojaldre congelado. En este caso simplemente necesitaremos dejarlo descongelar lentamente en la nevera antes de usarlo.
La crema de queso que sirve de base a las fresas no podría ser más simple de preparar: queso crema y un poco de azúcar, a los que se añade la ralladura de una naranja (se pueden ver las pequeñas motitas naranjas en la crema) para darle un toque cítrico muy agradable. La ralladura de naranja no es imprescindible, se puede omitir, pero me gusta mucho el toque que le da. Esta mezcla simplemente se trabaja con un tenedor hasta que está todo bien mezclado y cremoso. Sencillo y rapidísimo. El contraste entre ese toque ligeramente ácido que siempre mantiene el queso y el dulzor de las fresas resulta muy fresco y agradable.
Antes de colocarlas sobre la crema y hornearlas las fresas se cortan en trocitos y se dejan macerar con un poco de azúcar, así sueltan todos sus jugos y están mucho más dulces.
Estos hojaldres se presentan en formato individual, lo que hace que sean muy cómodos de servir y de comer. Se pueden comer perfectamente con las manos, lo que hace que sean ideales también para ocasiones menos formales. Yo suelo cortar la plancha de hojaldre en 12 porciones, me parece un tamaño adecuado. Tienen un tamaño suficiente para disfrutar del postre pero sin que resulte empalagoso.
Para montar los hojaldres la crema de queso y las fresas se colocan en el centro de los rectángulos de hojaldre, dejando libre todo el borde. De esta forma al meterlos en el horno el borde que hemos dejado vacío crecerá y se hinchará, mientras que el centro al tener peso se quedará planito y no crecerá, dando lugar a la forma habitual en este tipo de preparaciones, en los que el relleno está rodeado por un cerco de hojaldre.
Como todas las preparaciones con hojaldre está mejor recién hecho. Al día siguiente siguen estando buenos, pero la crema de queso y las fresas humedecen el hojaldre y ya no está tan crujiente y pierden un poquito, la verdad, aunque de sabor están igual de buenos.
- 12 hojaldres individuales.
- Una lámina de hojaldre rectangular.
- Medio kilo de fresas.
- 200 gramos de queso crema estilo Philadelphia.
- 100 gramos de azúcar.
- La ralladura de una naranja (opcional).
- Un huevo para barnizar.
Lavar las fresas sin quitarles el pedúnculo.
Retirar el pedúnculo y partir las fresas en trozos. Poner los trozos en un bol.
Añadir la mitad del azúcar (50 gramos) y remover bien con una cuchara.
Dejar macerar las fresas con el azúcar durante una media hora.
Poner el queso crema en otro bol.
Añadir el resto del azúcar (50 gramos) y la ralladura de la naranja. La ralladura se puede omitir si se quiere, pero le da un toque muy rico.
Mezclarlo bien hasta que esté cremoso. No es necesario usar unas varillas, basta con trabajarlo bien con un tenedor.
Extender el hojaldre sobre la encimera.
Cortarlo en 12 rectángulos (una cuadrícula de 4 x 3) empleando un cuchillo afilado o un cortador de pizza.
Mi hojaldre es de 30x30 centímetro, por lo que salen 12 piezas de 10x7,5 centímetros.
Preparar una bandeja de horno cubierta con una hoja de papel antiadherente o un silpat.
Colocar los 12 rectángulos de masa en la bandeja, un poco separados para que no se peguen al hornearse.
Poner un poco de crema de queso en cada hojaldre, colocándolo en el centro de cada rectángulo y dejando alrededor del borde un dedo de masa libre más o menos. Así esta parte sin relleno subirá en el horno.
Distribuir toda la crema entre los 12 rectángulos, una cucharada de crema en cada uno más o menos.
Repartir las fresas maceradas colocándolas sobre la crema de queso. Hundirlas un poco en la crema si es necesario para que no se muevan. De nuevo dejaremos el borde libre.
En la foto puede verse cómo deberían quedar colocadas la crema de queso y las fresas sobre el hojaldre.
Batir el huevo junto con una cucharada de agua.
Con un pincel de cocina pintar con el huevo batido el borde que habíamos dejado libre en los hojaldres.
Mientras preparamos los hojaldres precalentar el horno a 190 grados.
Colocar la bandeja con los hojaldres en la parte central del horno.
Hornear durante unos 30 minutos, hasta que los bordes estén dorados y se hayan hinchado un poco.
Sacar del horno y dejar enfriar un poco antes de servirlos.
Comentarios
Publicar un comentario