Si os gusta el sabor a limón tanto como a mí estas galletas craqueladas de limón (lemon crinkle cookies) os van a encantar. Son unas galletas llamativas y con una presentación bonita, con las superficie craquelada que deja ver la masa entre parches blancos de azúcar, y que además están riquísimas, con una textura blandita y un intenso sabor a limón.
La manera de proceder con todas las galletas craqueladas es similar. Se forman bolitas con la masa fría que se "rebozan" en azúcar glass hasta que están completamente cubiertas y a continuación se colocan en la bandeja de horno bastante separadas. Al cocerse en el horno las bolas de masa se aplanan, y al hacerlo se abren grietas en el azúcar y se quedan zonas cubiertas y otras sin cubrir, dando lugar a ese aspecto craquelado.
El azúcar glass puede hacerse fácilmente en casa pulverizando el azúcar con un molinillo de café o un robot de cocina. Para la mayoría de las recetas se puede usar perfectamente el casero en lugar del comprado, aunque debemos tener en cuenta que el comercial suele llevar una pequeña cantidad de almidón de maíz (la popular maicena) que hace que su comportamiento en algunas recetas sea un poco diferente. Suele llevar alrededor del 3% de almidón.
Hace años usaba siempre azúcar glass casero y me funcionaba muy bien en casi todas las recetas, pero al preparar estas (galletas blanco y negro (galletas craqueladas de chocoalte)), que emplean una técnica similar a estas de limón, no acababan de quedar bien, era como si la masa absorbiera todo el azúcar de la superficie, con lo que no se veía el blanco al salir del horno. Posteriormente las hice alguna vez empleando azúcar glass comprado y salieron bien, así que atribuí el problema al azúcar casero, bien porque el molido sea distinto o por el almidón añadido. Después he probado alguna vez a poner un poquito de maicena en el azúcar glass casero (3 gramos de maicena en 100 gramos de azúcar) y queda bien.
Para poder formar las galletas la masa debe estar fría. Si no está fría se expanden mucho en el horno y quedan demasiado finas. Además la masa se pega mucho a las manos al formarlas y es incómoda de manejar. Recién hecha es una masa muy blandita. Es necesario dejarla enfriar al menos 3-4 horas antes de formarlas, aunque es preferible dejarla toda la noche. Yo la tuve en la nevera un poco menos de 4 horas y estaba al límite para poder manejarse bien, de hecho la segunda tanda, que estuvo un rato más en la nevera, se trabajaba bastante mejor.
La receta lleva un poco de almidón de maíz (maicena) en la masa. En teoría el almidón de maíz ayuda a que las galletas se desparramen menos en el horno aunque la masa no esté muy fría. Yo no acabo de ver que ayude frente a otras galletas que solo llevan harina, pero tampoco se pierde nada por ponerlo. Si no tenéis a mano se puede sustituir por otros 25 gramos de harina.
La receta emplea tanto zumo como ralladura de limón para obtener una galletas con un marcado sabor a limón. Se necesitan 60 ml. de zumo de limón (4 cucharadas soperas). Un limón grande puede proporcionar algo más de esa cantidad. Respecto a la ralladura si os gusta un sabor más suave se añade la ralladura de un limón. Si sois entusiastas del limón como en mi casa y os encanta un sabor más marcado se puede añadir la ralladura de dos limones, quedan genial. Recordad siempre que cuando vamos a usar tanto la ralladura como el zumo del limón es más cómodo obtener primero la ralladura con el limón entero y exprimirlo después.
Con las cantidades de la receta salen 24 galletas de unos 25 gramos, que se hornean en dos tandas de 12 galletas. Al formar las bolitas su pequeño tamaño nos puede hacer pensar que se pueden poner más galletas en cada bandeja, pero recordad que se expanden mucho, por lo que necesitan estar muy separadasa para no pegarse entre sí.
Estas galletas se conservan muy bien, duran más de una semana en una caja de metal hermética.
- 24 galletas.
- 215 gramos de harina.
- 25 gramos de almidón de maíz (maicena). Se pueden sustituir por otros 25 gramos de harina.
- 175 gramos de azúcar. He usado azúcar vainillado.
- 110 gramos de mantequilla.
- 60 ml de zumo de limón.
- Ralladura de un limón (2 limones para un sabor más intenso).
- 1 huevo.
- 1/2 cucharadita de levadura de repostería.
- 1/2 cucharadita de sal.
- Azúcar glass. He empleado unos 75 gramos.
Poner en un bol el azúcar, la sal y la ralladura de limón.
Fundir la mantequilla lentamente en un cazo al fuego o en el microondas a media-baja potencia.
Dejar enfriar un poco.
Añadir al bol la mantequilla fundida, el huevo y el zumo de limón.
Batir (se puede hacer con un tenedor) hasta que esté todo bien mezclado.
Poner en otro recipiente la harina, el almidón de maíz (maicena) y la levadura. El almidón de maíz se supone que ayuda a que la masa sea manejable con menos rato de reposo, pero si lo preferís se puede usar solo harina, sustituyéndolo por otros 25 gramos de harina. Remover un poco para que se mezcle bien.
Añadir la harina al primer bol y mezclar bien hasta que la harina esté completamente integrada. Es una masa muy blandita, se mezcla bien simplemente con un tenedor.
Tapar el bol con film de cocina y ponerlo en la nevera. Necesitará un mínimo de 3-4 horas para enfriarse y poder hacer bolitas, aunque es preferible si se deja toda la noche.
Con las cantidades de la receta salen 600 gramos de masa, con los que haremos 24 galletas de unos 25 gramos cada una. Las vamos a hornear en 2 tandas, poniendo 12 galletas en cada tanda. Cuando se forman parecen pequeñitas, pero al hornearse se aplastan bastante, por lo que necesitan mucho espacio entre ellas.
Poner una hoja de papel de horno o un silpat sobre una bandeja de horno.
Poner el azúcar glass en un bol pequeño.
Sacar el bol con la masa de la nevera.
Es bastante recomendable retirar la mitad de la masa (300 gramos) y volver a poner el resto en la nevera mientras preparamos la primera tanta.
Hacer 12 bolitas de masa de unos 25 gramos con la mitad de la masa. Para formar las galletas haremos rodar las porciones de masa entre las palmas. La masa es más bien blandita, pero si está fría se forman bastante bien, aunque se pega un poco. Mi recomendación es mantener las manos frías enjuagándolas con agua con frecuencia. Poner un poco de azúcar glass en las palmas también funciona.
Según vayamos formando las bolitas ponerlas en el bol con el azúcar glass. Rebozarlas bien hasta que queden completamente cubiertas de azúcar glass.
Colocar las bolitas de masa bien rebozadas de azúcar glass sobre la bandeja de horno, dejando bastante espacio entre ellas, pues se aplanan en el horno.
Mientras formamos las galletas precalentar el horno a 175 grados.
Poner la bandeja con las galletas en la parte central del horno.
Hornear durante 14-15 minutos, hasta que el borde comience a dorarse muy ligeramente y la superficie aparezca craquelada. El centro seguirá blando al tacto, son galletas blanditas.
Sacar la bandeja del horno y dejar reposar un 5 minutos.
Pasar las galletas a una rejilla y dejar que se enfríen completamente.
Mientras se hornea la primera tanta formar las 12 galletas de la segunda tanda y hornear de la misma forma.
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