Pan de plátano con pepitas de chocolate

La semana pasada me encontré con un montón de plátanos en el frutero que habían madurado en exceso con las altas temperaturas que tuvimos. Lejos de ser un problema me pareció una buena excusa perfecta para preparar un pan de plátano, un banana bread. Los bizcochos de plátano quedan mucho más ricos cuando los plátanos estás muy, muy maduros, por lo que son geniales para aprovechar los plátanos que han madurado demasiado y que en mi casa por ejemplo no nos gustan mucho, casi los podríamos considerar una receta de aprovechamiento. Suelo alternar entre varias recetas de panes de plátano, con harinas normales, integrales o de espelta, con chocolate, sin chocolate, pero esta vez le ha tocado el turno a este pan de plátano con pepitas de chocolate.

El pan de plátano es en realidad un bizcocho, aunque tradicionalmente se emplee la denominación pan, traducción literal de su nombre en inglés: banana bread, pan de plátano. En la repostería americana este bizcocho se suele considerar como un pan, englobado dentro de la categoría de quick breads, o panes rápidos, que son panes que no llevan levadura de panadero, sino bicarbonato o levadura de repostería, como los bizcochos, por lo que no necesitan levado y son rápidos de realizar. Pertenecen también a esta categoría de panes rápidos por ejemplo el pan de maíz o el pan de soda.

Para preparar todos los panes de plátano se emplean plátanos muy maduros. No intentéis hacerlos con plátanos un poco verdes porque no quedan bien. Cuanto más maduros están los plátanos mejor queda, cuando la piel empieza a ponerse oscura están en su mejor momento para preparar cualquier tipo de pan de plátano. Casi podríamos considerarlos una receta de aprovechamiento que nos permite usar plátanos que ya no se va a comer nadie.

Este pan emplea unos 375-400 gramos de plátano, pero alguna vez he llegado a poner hasta 450 gramos, no hace falta ser muy preciso con la cantidad. La presencia del plátano hace que sea un bizcocho, o un pan, como más nos guste llamarlo, muy húmedo y jugoso, que se conserva bien bastantes días. Al ser panes muy húmedos cuando los pinchemos con un palillo para comprobar si están hecho hay que tener en cuenta que el palillo siempre va a salir un poco húmedo, en este caso lo que deberíamos vigilar es que el palillo no lleve pasa pegada, si lo horneamos hasta que salga completamente seco lo coceremos en exceso.

Normalmente dejo enfriar los bizcochos completamente antes de abrirlos, pero este me encanta empezarlo cuando todavía está un poco tibio y y los trocitos de chocolate están todavía fundidos. Los pequeños charquitos de chocolate entre la masa resultan deliciosos.

Si os gustan los panes de plátano en el blog hay varias versiones además de esta:

Ingredientes

• Un bizcocho alargado de 30 centímetros.

• 225 gramos de harina de todo uso.
• 175 gramos de azúcar.
• 7 gramos (medio sobre) de levadura de repostería.
• 2 huevos.
• 100 ml. de aceite de oliva suave o de girasol.
• 375-400 gramos de plátanos muy maduros.
• 100 gramos de pepitas de chocolate.
• Un pellizco de sal.
• Media cucharadita de canela (opcional).

Preparación

Preparar un molde de bizcocho alargado de 30 centímetros. Se puede untar con un poco de aceite y espolvorear con harina o podemos optar por forrarlo con papel antiadherente.

Poner en un bol los huevos y el azúcar. Batir hasta que estén espumosos.

Añadir el aceite y continuar batiendo hasta que se integre bien.

Triturar los plátanos. Si están muy blandos es suficiente con aplastarlos bien con un tenedor, en otro caso podemos usar la batidora.

Yo muchas veces para los panes de plátano uso la batidora en vez de las varillas para toda la preparación inicial, hasta que se añade la harina, así voy añadiéndolo todo al mismo bol y no tengo que machacar los plátanos en otro bol.

Añadir los plátanos triturados y la canela si se usa al bol y mezclar bien.

Poner en otro bol la harina, la levadura de repostería y un pellizco de sal. Remover con una cuchara para que se mezclen bien.

Añadir la harina al bol con los ingredientes húmedos. Lo ideal es pasarla por un tamiz o un colador al añadirla para evitar que haya grumos.

Mezclar bien con una cuchara o una espátula de cocina hasta que no quede harina suelta.

Añadir las pepitas y remover un poco para distribuirlas por toda la masa, pero sin mezclar mucho para evitar que se vayan al fondo. Las pepitas las añadiremos justo antes de poner la masa en el molde.

Poner la masa en el molde, alisando un poco la superficie para que quede nivelada.

Si se quiere se puede espolvorear un poco de azúcar (una cucharada poco colmada es suficiente) dibujando una línea a lo la largo de la parte central del bizcocho.

Mientras se prepara la masa precalentar el horno a 180 grados.

Colocar el molde en la parte central del horno, con calor arriba y abajo.

Hornear durante unos 55 minutos, hasta que este bien cocido. Para comprobar si está hecho clavar un palillo en la parte central, el palillo deberá salir limpio, sin masa pegada, aunque en este tipo de bizcochos siempre va a salir un poco húmedo. Si no está listo lo dejamos unos minutos más y volvemos a probar.

Cuando esté hecho sacar el molde del horno y dejar reposar sobre una rejilla 10 minutos.

Desmoldar el bizcocho para que no se humedezca en el molde y dejarlo sobre una rejilla hasta que se enfríe completamente.

Servir cortado en rebanadas.