La salsa rosa es una salsa fría originada en el Reino Unido que se usa con frecuencia para acompañar platos de marisco y pescado, resultando imprescindible su presencia en el cocktail de gambas. Fue creada en los años 60 por la cocinera Fanny Cradock. La salsa se elabora a base de mayonesa a la que se añaden salsa de tomate o ketchup, que le dan su característico color rosado y otros ingredientes como zumo de naranja o limón, whisky (u otro tipo de alcohol), salsa Worcestershire, mostaza o unas gotas de tabasco cuando se le quiere dar un toque picante. En el Reino Unido se denomina Marie Rose sauce, algo así como Salsa María Rosa, y es también habitual denominarla salsa cocktail (cocktail sauce), especialmente en Estados Unidos, donde el término salsa rosa se emplea para denominar otra salsa distinta elaborada con tomate y rábanos.
La base de la salsa rosa es una salsa mayonesa. Podemos emplear una mayonesa casera o la socorrida mayonesa de bote. Sobre esta base se añaden ketchup o salsa de tomate frito para dar sabor y el característico color rosado de la salsa. Dependiendo de la cantidad que añadamos el color de la salsa variará de un elegante rosa pálido a un tono anaranjado más subido. Como curiosidad indicar que la salsa elaborada con mayonesa y una generosa cantidad de salsa de tomate se ha denominado tradicionalmente como salsa golf.
Con estos dos ingredientes tendríamos la salsa rosa más simple que podamos elaborar, aunque la salsa rosa es mucho más que una mayonesa con ketchup y la receta tradicional incorpora otros ingredientes que aportan muchos más matices y sabor a la salsa. En general todos los demás ingredientes son opcionales y podemos mantenerlos o eliminarlos según nuestro gusto personal, pero la verdad es que todos ellos hacen que la salsa sea mucho más rica.
Habitualmente la salsa lleva también un poco de zumo de naranja (algunas recetas emplean zumo de naranja y de limón), que además de aportar frescura a la salsa contribuye a que su textura sea más ligera y fluida que la de la mayonesa.
No puede faltar tampoco un poco de alcohol en la receta. El whisky es una de las opciones más tradicionales, aunque puede sustituirse perfectamente por cognac, ron o incluso vino blanco. Junto con el zumo de naranja ayudan a aligerar la textura. Si hay niños entre los comensales se puede eliminar de la receta. Yo en este caso lo sustituyo por un poco más de zumo de naranja, para mantener la textura de la salsa.
La salsa rosa tradicional incluye habitualmente un poco de salsa Worcestershire o salsa Lea & Perrins. Se trata de una salsa inglesa a base de vinagres, ajo, cebolla, anchoas, azúcar y diversas especias, muy popular en la cocina británica de la que procede la salsa rosa. Yo reconozco que no la añado nunca. No la uso para ninguna receta más y me da un poco de pereza tener un bote sólo para la salsa rosa.
La mostaza es también un ingrediente habitual de muchas recetas de salsa rosa, aunque a mí me da la sensación de que no forma parte de la receta original. A mí la verdad es que me gusta la mostaza (de Dijon o a la antigua, dependiendo del plato) y como no le pongo salsa Worcestershire le añado su dosis de mostaza, que le da un sabor muy rico.
Por último si sois amantes de las comidas picantes se pueden añadir unas gotas de tabasco a la salsa rosa. Yo no se las suelo poner nunca. Me gusta el sabor más suave que tiene la salsa rosa sin el tabasco y que me parece que combina bien con los sabores delicados del pescado blanco o el marisco.
- 4 personas.
- 250 ml de mayonesa.
- 3 cucharadas de ketchup (puede usarse también tomate frito).
- 3 cucharadas de zumo de naranja (opcional).
- 2 cucharadas de whisky, cognac o ron. Eliminarlo si lo vamos a servir a niños.
- 1 cucharadita de mostaza de Dijon (opcional).
- 1 cucharadita de salsa Worcestershire (opcional).
- Unas gotas de tabasco (opcional, sólo para aficionados al picante).
- Pimienta negra molida.
Poner la mayonesa en un bol.
Añadir el ketchup o la salsa se tomate y mezclar bien (siempre en círculos, para que no se corte la mayonesa) hasta que se integre completamente con la mayonesa y quede de un color homogéneo. Con las cantidades de la receta queda con un color rosa claro muy delicado. Si os gusta que tenga el color un poco más subido se puede añadir un poco más de ketchup.
Añadir el resto de ingredientes que empleemos (zumo de naranja, whisky, mostaza, salsa Worcestershire) y unas vueltas de molinillo de pimienta negra. Mezclar bien hasta que se integre completamente con la mayonesa. Al añadir los ingredientes líquidos la textura se aligera mucho y queda mucho más fluida que una mayonesa.
Si nos gusta el picante se pueden añadir también unas gotas de tabasco.
Guardar en la nevera bien tapada (en un recipiente que cierre bien o cubierta con film de cocina), hasta la hora de servir.
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