Las tostas me parecen un formato estupendo para cenas informales, de picoteo o como entrantes. Como se pueden comer con la mano son comodísimas. Unas de mis preferidas son estas tostas de mozarella con tomates secos y anchoa. Yo muchas veces las llamo tostas caprese, porque son casi una ensalada caprese sobre pan: queso mozarella y tomate. La albahaca no se ve, pero mis tomates secos en aceite suelen llevar una cantidad generosa. Preparadas con tomates secos en aceite quedan de lujo, pero si no tenéis puede emplearse perfectamente una rodaja de un buen tomate de ensalada. También quedan muy ricas si se preparan empleando boquerones en vinagre en vez de anchoas.
El único secreto para preparar unas buenas tostas es emplear un buen pan. A mí me gustan más con pan de barra y suelo tostarlo siempre. Aparte de que me gusta el toque crujiente que da el pan tostado aguanta mejor la forma cuando colocamos encima ingredientes húmedos, alguna salsa o un chorro de aceite como en este caso. Para tostarlas podemos emplear el horno (simplemente extendidas sobre la bandeja) o la tostadora, lo que más cómodo nos resulte.
- 8 tostas.
- 8 rebanadas de pan de barra.
- Una bola de queso mozarella.
- 8 tomates secos en aceite.
- 8 anchoas en salazón.
- Aceite de oliva virgen extra.
Cortar las rebanadas al bies para que queden más anchas. No hacerlas demasiados gordas.
Tostar las rebanadas de pan en el horno o en la tostadora.
Cortar la bola de queso mozarella en 8 rodajas.
Colocar las rebanadas de pan sobre un plato de servir.
Colocar una rodaja de queso sobre cada rebanada de pan.
A continuación poner una anchoa bien escurrida y un tomate seco en aceite.
Verter unas gotas de aceite de oliva virgen extra sobre cada tosta.
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