Las magdalenas de nata son uno de los grandes recuerdos de mi infancia. Cuando yo era pequeña en mi casa comprábamos la leche directamente al vaquero, y después de cocerla se formaba una generosa capa de nata que mi madre usaba muchas veces para hacer bizcochos y magdalenas. Ahora las preparo con nata de montar comprada, pero están tan ricas y esponjosas como las que recuerdo.
Soy una fan absoluta de las magdalenas. Me gustan en general todos los bizcochos, pero el formato magdalena me encanta. Me parecen monísimas, con su copete bien doradito, pero además como son en formato individual y no hay que cortar porciones me parecen comodísimas.
La forma de preparar estas magdalenas de nata es la misma que emplean en general todas las recetas de magdalenas. Primero se baten los huevos y el azúcar en en bol hasta que espuman. A continuación se añaden el resto de los ingredientes líquidos, en este caso el aceite y la nata, batiendo bien después de incorporar cada uno. Por otro lado, se mezclan la harina con la levadura de repostería y la sal, y se añaden al primer bol, mejor si las tamizamos para eliminar grumitos. Como siempre con bizcochos y magdalenas es importante remover la masa solo lo justo para que se mezcle bien la harina, sin trabajarla en exceso, ya que hace que queden más pesados.
Una de las ventajas de las magdalenas es que son muy rápidas de preparar, como necesitan poco tiempo de horno en apenas tres cuartos de hora podemos tener la masa lista y las magdalenas horneadas. Esto es estupendo cuando tenemos antojo de algo dulce, pero si no tenemos prisa yo prefiero dejar reposar la masa una noche en la nevera. Si la masa está muy fría cuando entre en el horno crecerá mejor y ayudará a que se forme el característico copete. La espera merece la pena.
Además de la masa fría, para conseguir un copete alto y hermoso ayudarán un horno a temperatura elevada y moldes un poco rígidos que no se abran hacia los lados en el horno, obligando a las magdalenas a crecer a lo alto. Como los papelillos de magdalena son bastante endebles es buena idea colocarlos dentro de moldes más rígidos. Las bandejas de magdalenas con huecos para poner las cápsulas con muy cómodas, además de impedir que se abran facilitan mucho la tarea de meter y sacar las magdalenas del horno.
En este post tenéis recopilados todos los trucos y consejos para lograr el deseado copete: magdalenas de Xavier Barriga.
Con las cantidades de la receta salen 18-20 magdalenas de tamaño normal. Se conservan en buen estado durante bastante días en una caja metálica hermética.
- 18-20 magdalenas.
- 250 gramos de harina.
- 150 gramos de azúcar.
- 100 ml. de aceite de oliva suave.
- 3 huevos grandes (o 4 medianos).
- 200 ml. de nata de montar (mínimo 35% de materia grasa).
- 8 gramos de levadura de repostería.
- La ralladura de un limón (o de otro cítrico).
- Un pellizco de sal.
Poner en un bol los huevos y el azúcar.
Batir con unas varillas hasta que estén bien espumosos.
Añadir el aceite y la ralladura de limón y continuar batiendo hasta que esté bien integrado.
Incorporar la nata y batir bien hasta tener de nuevo una mezcla homogénea.
Poner en otro bol la harina, la levadura y un pellizco de sal.
Remover bien para que se distribuyan por igual.
Añadir la harina al primer bol con los ingredientes húmedos, preferiblemente a través de un tamiz para que no haya grumos.
Mezclar con una lengua de cocina o una cuchara hasta que no quede harina suelta, sin trabajar la mezcla en exceso.
Se pueden hornear las magdalenas inmediatamente, pero a mi me gusta preparar la masa el día anterior y dejarla toda la noche en la nevera, cuando la masa entra en el horno muy fría las magdalenas crecen más en el horno.
En este caso tapar la masa con film de cocina y meterla en la nevera toda la noche.
Colocar las cápsulas de papel de magdalenas sobre la encimera o dentro de los huecos de un molde para magdalenas. Mi molde tiene 12 huecos y las horneo en dos tandas. Si empleamos los moldes sueltos puede ser útil colocarlos sobre una bandeja de horno para facilitar la tarea de meterlos y sacarlos del horno.
Si hemos tenido la masa en la nevera toda la noche darle un par de vueltas con una cuchara.
Rellenar las cápsulas de papel hasta los dos tercios de capacidad. Si tenéis una cuchara de helado, de las de la cazoleta redonda, son comodísimas para llenar los huevos, se puede hacer también con una cuchara o un cazo, pero la cuchara de helado es muy limpia y cómoda.
Mientras que rellenamos las cápsulas precalentar el horno a 210 grados.
Bajar la temperatura del horno a 200 grados.
Colocar la bandeja con las magdalenas en la parte central del horno, con calor arriba y abajo.
Hornear durante 22 minutos, hasta que suban y estén doraditas, sin abrir la puerta del horno en ningún momento.
Sacar las magdalenas del horno y colocarlas sobre una rejilla hasta que se enfríen completamente. Si hemos empleado una bandeja de magdalenas las sacamos inmediatamente de la bandeja y las colocamos sobre la rejilla para evitar que se humedezcan.
Si se hornean las magdalenas en dos tantas preparar y hornear la segunda tanda de la misma forma.
Comentarios
Publicar un comentario