El encurtido es un proceso culinario que consiste en sumergir los alimentos en una solución de vinagre o sal, de forma que se alargue su vida y se conserven durante un tiempo prolongado, manteniendo sus propiedades. Es una técnica empleada desde antiguo, especialmente con verduras y hortalizas, que además de conservar bien los alimentos da lugar a preparaciones muy ricas.
El proceso para preparar cebolla encurtida es muy sencillo y rápido, en 15-20 minutos está listo. La cebolla se corta en tiras finas, juliana, igual que cuando preparamos cebolla confitada. Se ponen las tiras de cebolla en un tarro que cierre bien y se rellena con una mezcla de agua y vinagre a partes iguales, a la que se pueden añadir hierbas aromáticas y especias al gusto. Luego se deja reposar al menos un par de horas y ya está listo para acompañar todos nuestros platos. Sencillo, ¿verdad?
Veamos uno por uno todos los elementos de esta receta.
Para preparar cebolla encurtida puede emplearse cualquier tipo de cebolla. Es frecuente emplear cebolla morada porque al sumergirla en la salmuera se liberan las antocianinas que dan color morado a la superficie de las capas de la cebolla, que además adquieren ese color rosa tan llamativo al entrar en contacto con el ácido del vinagre. Este tono rosa le da a este encurtido y a cualquier plato al que lo añadamos un aspecto espectacular y muy vistoso. Aunque no queda tan espectacular de color se puede encurtir perfectamente la cebolla blanca normal, la que usamos habitualmente en cocina, quedará más soso de aspecto, pero queda también muy rica.
Para encurtir la cebolla esta se sumerge en una mezcla de agua y vinagre a partes iguales, a la que añadiremos un poquito de sal y azúcar. Es importante mantener siempre esta proporción entre agua y vinagre, empleando la misma cantidad de los dos ingredientes. Normalmente se prepara la mezcla con agua caliente, que ayudará a romper las fibras de la cebolla.
Se puede emplear cualquier variedad de vinagre, aunque debemos tener en cuenta que si son muy oscuros el color rosa obtenido variará, por lo que en el caso de emplear cebolla morada conviene usar un vinagre más bien clarito de color. Yo suelo emplear vinagre de manzana, que además es más suave que los de vino y el encurtido no queda tan fuerte.
Es importante que la cebolla, en general cualquier alimento que vayamos a encurtir, quede completamente cubierto por el líquido para que se conserve correctamente y no se estropee.
Al preparar la cebolla encurtida podemos añadir al liquido de conservación todas las hierbas aromáticas o especias que nos gusten, de hecho podemos ir variándolas para conseguir encurtidos con sabores y matices distintos. Yo únicamente le añado únicamente unas bolitas de pimienta, pero la lista de aromatizantes que podemos añadir es muy amplia: mostaza en semillas, como en los pepinillo agridulces alemanes, cilantro, comino, laurel, un par de dientes de ajo, un clásico que no falla nunca, un poco de guindilla si nos gustan los sabores picantes, orégano, tomillo, lo que más os guste.
Una vez preparado es necesario dejar reposar la cebolla encurtida al menos 3 horas en la nevera, aunque yo prefiero dejarla al menos un día antes de usarla.
Para preparar la cebolla encurtida podemos emplear cualquier recipiente que cierre bien, aunque yo personalmente prefiero los frascos de vidrio. Los tarros clásicos de preparar conservas, los de la arandela de goma y el cierre metálico, son perfectos, pero nos vale cualquier tarro de cristal. A mi para esta receta me gustan mucho los tarros de cristal de mermelada o de otros encurtidos por una cuestión de tamaño. Los que uso yo tienen entre 300 y 350 ml, que es un tamaño estupendo para encurtir una única cebolla. En casa somos pocos y un tarro nos dura bastantes días. Aunque dura en buen estado más de un mes como se tarda tan poquito a preparar prefiero ir encurtiendo las cebolla de una en una, por lo que estos tarros me resultan perfecto. Si queremos preparar más cantidad de una vez podemos emplear botes más grandes.
En la receta indico en el listado de ingredientes una cebolla, pero podemos preparar de una vez tantas cebollas como necesitemos. La cantidad de líquido que se indica es orientativa, dependerá mucho del número de cebollas y el tamaño de los tarros que usemos, la que muestro es la que va bien para los tarros que empleo yo. Si encurtimos varias cebollas lógicamente vamos a necesitar más líquido, pero no aumentará proporcionalmente al número de cebollas. Yo suelo calcular a ojo la cantidad de líquido que necesito. Lo que suelo hacer es preparar primero la cantidad que me parece que se necesita (por ejemplo con 100 ml de agua y otros 100 de vinagre) y disolver la sal y al azúcar. Si no es suficiente voy preparando pequeñas cantidades adicionales hasta que se llenan los tarros, respetando siempre la norma de emplear la misma cantidad de agua y vinagre.
En la nevera se conserva en buen estado al menos un mes.
- Un bote de unos 350 ml.
- 1-2 cebollas.
- 100 ml. de vinagre de manzana.
- 100 ml. de agua hirviendo.
- Una cucharadita de azúcar.
- Una cucharadita de sal.
- Especias y hierbas arómaticas al gusto.
Partir la cebolla en tiras finas y ponerla en el tarro donde vamos a conservarla, intercalando las hierbas aromáticas y las especias con las tiras de cebolla.
Poner en un bol 100 ml. de agua hirviendo (medirla después de calentar).
Añadir la cucharadita de azúcar y de sal y remover hasta que se disuelvan completamente.
Añadir el vinagre y mezclar bien.
Verter la mezcla de vinagre sobre la cebolla laminada.
La cebolla tiene que quedar completamente cubierta. Si fuese necesario se debe añadir más líquido, respetando siempre la proporción de agua y vinagre (la misma cantidad de cada una). No es necesario añadir más sal o azúcar.
Cerrar el tarro y dejar que se enfríe completamente antes de ponerlo en la nevera.
Dejar reposar al menos 3 horas antes de usar la cebolla encurtida.
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