Me gusta preparar mermeladas caseras. Me parece una forma perfecta de aprovechar las frutas de temporada cuando están en su mejor momento de sabor y precio para poder disfrutarlas todo el año, pero la verdad es que nunca se me había ocurrido hacer mermelada de cereza. Entre que la temporada no es muy larga, que nos gustan mucho y comemos tantas como podemos y por qué no decirlo, que me daba un poco de pereza retirar los huesos, no estaba entre mis planes. Pero hace unos días preparé este helado de cereza que lleva como base una mermelada de cereza o compota de cereza, como más os guste llamarlo, y me pareció tan increíble de sabor que he decidido publicarla como receta independiente para que sea más fácil de localizar. Me parece perfecta para comer sobre unas tostadas, acompañar un helado o rellenar un bizcocho, convirtiéndolo en una tarta de lujo.
Lo más laborioso de la mermelada de cereza, y de todos los postres con cereza en general, es la necesidad de retirar los huesos de la fruta. Con las cantidades que he preparado no es mucho trabajo, pero si preparamos una buena cantidad de mermelada se lleva un ratito.
Esta receta tiene la particularidad de que la mermelada se preparar con las cerezas enteras, con sus huesos, que se retirarán una vez que la fruta esté cocida. El motivo es el mismo que en la deliciosa clafoutis de cerezas, los huesos al cocer aportan un delicioso y sutil sabor a la mermelada. Una vez que la fruta está cocida y blandita los huesos se retiran con facilidad, simplemente apretando cada cereza entre los dedos salen sin problema, aunque eso sí, pringa un poquillo.
He visto también muchas recetas que primero eliminan los huesos y luego cuecen las cerezas con el azúcar. En este caso eliminaremos el hueso partiendo las cerezas por la mitad con un cuchillo o con la técnica de la pajita, de la que se pueden encontrar abundantes vídeos en internet.
He empleado la mermelada como base para un helado de cereza y la he triturado completamente para que quedara lisita y sin tropezones. Dependiendo del uso que queramos darle se puede triturar más o menos. Entera, sin triturar las cerezas, puede ser también un acompañamiento perfecto. En un punto intermedio podemos apartar algunas cerezas, triturar completamente el resto y añadir después las que hemos reservado, triturando solo un poco más para que se rompan pero queden algunos tropezones.
Con las cantidades de la receta sale más o menos un tarro de mermelada, unos 300 ml. Es una cantidad pequeña que se conserva bien en la nevera. Pero si preparamos una buena cantidad de mermelada y queremos que se conserve durante largo tiempo es una buena idea esterilizar bien los frascos en la olla a presión para que queden bien cerrados al vacío. De esta forma se conservan durante muchos meses sin necesidad de nevera.
- Un tarro de 300 ml.
- 500 gramos de cerezas.
- 150 gramos de azúcar.
- El zumo de medio limón.
Lavar las cerezas y quitar los rabitos si tienen.
Poner las cerezas con el hueso en una sartén o una cazuela. Yo prefiero hacerlo en una sartén porque quedan más extendidas, pero se puede hacer igual en un cazo.
Añadir el azúcar y el zumo de limón.
Poner el recipiente con las cerezas al fuego.
Al principio es necesario remover con frecuencia para que se disuelva bien el azúcar y evitar que se pegue y se queme.
Cuando todo el azúcar esté bien disuelto y las cerezas hayan comenzado a soltar jugo bajar un poco el fuego y dejar que se haga hasta que las cerezas estén blanditas, removiendo de vez en cuando. Yo lo he tenido unos 30 minutos al fuego.
Veremos que cada vez se van poniendo más arrugaditas.
Cuando estén blanditas apartar el recipiente del fuego y dejar que se enfríen un poco para poder quitar los huesos sin quemarnos.
Los huesos se quitan muy bien una vez que están cocidas. Como están tan blanditas salen mucho más fácilmente que con las cerezas frescas, aunque hay que reconocer que mancha bastante. Simplemente apretando un poco se rompe la cereza y sale el hueso con facilidad. No importa que se rompan las cerezas puesto que las vamos a triturar.
Dependiendo del uso que vayamos a darles se pueden dejar enteras o triturarse.
Para triturarlas poner las cerezas junto con todos los jugos que han soltado al cocer en el vaso de la batidora.
Triturar hasta obtener la consistencia deseada. Yo las he triturado completamente, hasta obtener una compota muy lisa. Si se quiere que haya algún tropezón de mayor tamaño se pueden dejar unas pocas cerezas sin pasar y una vez que esté todo triturado las añadimos al vaso y damos un golpe con la batidoras para que se rompan un poco pero sin triturarse del todo.
Pasar la mermelada a un tarro que cierre bien.
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