Llega septiembre y como cada año celebramos el cumpleaños del blog con una tarta. Hoy hace justo 8 años que publiqué la primera entrada del blog. ¡Cómo ha pasado el tiempo! Parece que fue ayer cuando comencé esta aventura, que 8 años y más de 600 recetas nos ha traído hasta aquí. En realidad la tarta la preparo todos los años para el cumpleaños de mi hermana, pero la comparte amigablemente con este otro miembro virtual de la familia que ya es el blog. En este caso la elegida ha sido una tarta de zanahoria o carrot cake, tan popular en la repostería americana y británica. Una tarta de capas con una base de bizcocho de zanahoria rellena y cubierta con un glaseado de queso crema.
La base de la tarta de zanahoria es un bizcocho de zanahoria, un bizcocho fantástico, con una textura densa y muy húmeda por la presencia de la zanahoria y un sabor fantástico por las numerosas especias que se suelen añadir. Es frecuente añadirle nueces troceadas, que crean un contraste muy rico entre la textura más suave del bizcocho y los trocitos más duros de nuez. A mucha gente la primera vez que oye hablar de los bizcochos de zanahoria les suelen parecer un poco raros, como que no les casa mucho la idea de poner una verdura en un bizcocho, aunque sea una tan dulce como la zanahoria, pero una vez que los pruebas te enamoras de ellos, por su sabor, por la textura tan jugosa, por todo.
En el blog hay un bizcocho de zanahoria casi desde los inicio y se han mantenido desde entonces como una de las recetas mas populares y vistas. Lo hago muy a menudo porque es un bizcocho fantástico, pero para la base de la tarta he empleado una receta un poco modificada de este bizcocho, con algo más de aceite y azúcar.
Para conseguir la textura húmeda de la miga del bizcocho se emplea, además de la zanahoria, claro, azúcar moreno, que le da además un ligero toque tostado. Yo combino siempre azúcar moreno y blanco en la receta, pero para conseguir esa miga tan jugosa es importante que la mayor parte del azúcar sea moreno. Si se quiere se puede emplear solo azúcar moreno. Si se emplea solo azúcar blanco va a quedar también rico, aunque la miga tendrá una textura un poco menos húmeda.
En los bizcochos a capas americanos es muy frecuente hornear cada capa por separado en vez de hornear un solo bizcocho que se corta en capas. A mí me gusta hornear un sólo bizcocho y abrirlo. Podéis elegir la opción que os resulte más cómoda. Únicamente hay que tener en cuenta que si lo horneamos en dos moldes al ser más bajito necesitará menos tiempo de cocción. En la receta están indicados los tiempos necesarios para las dos opciones.
El bizcocho se puede preparar perfectamente el día anterior y dejarlo reposar bien envuelto en papel de film. Este reposo de hecho le vendrá bien para que se asiente la miga y sea fácil patirlo sin que se desmigue.
La cobertura o glaseado que se emplea para rellenar y cubrir la tarta de zanahoria es la cobertura de queso crema (cream cheese frosting), tan habitual en la repostería americana. Es una cobertura a base de mantequilla, queso crema (de tipo Philadelphia) y azúcar glass, mucho azúcar glass. No me gusta prepararlo a menudo por la cantidad de azúcar que lleva, pero para hacerlo esporádicamente es una cobertura estupenda. Es sencillo de preparar y de manejar para cubrir la tarta aunque no se tenga mucha experiencia y está muy bueno, a pesar de la cantidad de azúcar que lleva no tiene un sabor insoportablemente dulce. La receta la tengo copiada de hace bastante tiempo de algún blog americano, de hay las cantidades "raras" al traducir onzas y libras a gramos. No se requiere tanta precisión en la preparación de la cobertura, pueden redondearse las cantidades.
La cobertura la preparo justo antes de decorar el bizcocho, ya que se tarda muy poco a hacerla, en menos de 10 minutos está lista. Eso sí, acordaos de sacar la mantequilla de la nevera un par de horas antes para que esté blandita y se trabaje bien. La textura de la cobertura a temperatura ambiente es muy blanda, pero tras media hora en la nevera la mantequilla se vuelve a endurecer y adquiere una consistencia más dura que hace que mantenga bien la forma.
He servido la tarta simplemente con la cobertura, pero si queréis decorarla un poco más queda genial adornada con unas nueces, ya sea con nueces enteras (bueno, mitades de nueces enteras) colocadas alrededor del borde o con nueces troceadas.
Las cantidades de la receta están son para un molde de 20 centímetros (es el que he usado yo) o 22 cm. Uno de 18 cm. podría servir también. En este caso el bizcocho quedaría más alto y podrían incluso hacerse 3 capas. Con un tamaño mayor el bizcocho quedaría quedaría demasiado plano.
En mi opinión es una tarta que llena mucho y conviene no hacer porciones excesivamente grandes. Salen perfectamente 10 raciones de un tamaño adecuado para servir de postre.
- 8-10 personas.
- 250 gramos de harina de repostería.
- 250 gramos de zanahoria rallada (4-5 zanahorias medianas).
- 4 huevos grandes.
- 225 ml. de aceite de oliva suave.
- 175 gramos de azúcar moreno.
- 50 gramos de azúcar blanco.
- 8 gramos de levadura de repostería (medio sobre).
- Un pellizco de sal.
- Una cucharadita de canela molida.
- Media cucharadita de nuez moscada molida.
- 100 gramos de nueces peladas (opcional).
- Un pellizco de sal.
- Aceite y harina para el molde.
- 113 gramos de mantequilla a temperatura ambiente.
- 225 gramos de queso crema.
- 450 gramos de azúcar glass.
- Un pellizco de sal.
Bizcocho de zanahoria
Eliminar los extremos de las zanahorias y pelarlas. Rallarlas empleando un rallador muy fino. Se hace muy bien con un robot de cocina con el rallador fino. También puede hacerse con uno manual, pero es más engorroso. Reservar.
Retirar la cáscara de las nueces y picarlas en trocitos. Reservar.
Preparar el molde o los dos moldes que vayamos a utilizar. Untar todo el interior con un poco de aceite y espolvorear con harina, moviéndolo un poco para que se reaparta la harina por toda la superficie. Sacudir a continuación el molde para eliminar el exceso de harina. También se puede colocar papel antiadherente en el fondo y engrasar y enharinar las paredes.
Poner en un bol los huevos y los dos tipos de azúcar. Batir (mejor con varillas eléctricas) hasta que esté espumoso.
Añadir el aceite, la canela y la nuez moscada y batir hasta que se mezcle bien.
Añadirla zanahoria rallada y mezclar. Remover con una espátula o una cuchara hasta que se mezcle bien.
Mezclar en un bol la harina, la levadura y la sal. Tamizar sobre la mezcla anterior. Mezclar con una espátula hasta que no se vea harina suelta.
Añadir por último las nueces picadas. Remover lo justo para que se distribuyan por toda la masa, pero sin trabajarla en exceso porque hará que las nueces se vayan al fondo.
Verter la masa en el molde, alisando un poco la superficie si es necesario. Si vamos a hornear las dos capas por separado dividir la masa entre los dos moldes.
Mientras se prepara la masa precalentar el horno a 190 grados.
Poner el molde con el bizcocho (o los dos moldes) en la parte central del horno.
Hornear hasta que esté bien cocido. Necesitará entre 50 y 60 minutos si horneamos un solo bizcocho, unos 35-40 minutos si horneamos las dos capas por separado. A los 50 minutos probar si está hecho insertando un palillo en el centro. Si sale limpio está listo, si sale con algo de masa pegada (lo más probable) dejamos el bizcocho 10 minutos más en el horno y volvemos a probar hasta que salga limpio.
Sacar el molde del horno y dejar reposar 10 minutos sobre una rejilla.
Desmoldar el bizcocho, eliminando también el papel de la base si lo hemos usado y dejar sobre la rejilla hasta que se enfríe completamente.
Cobertura de queso fresco (cream cheese frosting)
Poner la mantequilla en un bol. La mantequilla tendrá que estar blandita (aunque no derretida), por lo que habrá que sacarla de la nevera un par de horas antes de preparar el glaseado.
Batir con unas varillas eléctricas hasta que esté cremosa.
Añadir el queso crema y un pellizco de sal y continuar batiendo a media velocidad hasta que presente un aspecto suave y esponjoso.
Incorporar el azúcar glass poco a poco mientras se continúa batiendo. Procurar no añadirlo sobre la varilla en movimiento porque saldrá disparado y acabaremos con azúcar glass por todas partes.
Cuando todo el azúcar esté bien incorporado subir la velocidad y batir un par de minutos más.
Si hace mucho calor taparlo y guardarlo en la nevera hasta el momento de usarlo.
Montaje de la tarta de zanahoria
Poner el bizcocho sobre una superficie lisa, la encimera por ejemplo.
Si al hornear el bizcocho ha crecido más por la parte central vamos a retirar parte del copete para que quede la superficie quede más lisa. Emplearemos para ello un cuchillo de sierra.
Yo no lo he igualado completamente. He retirado solo la parte del copete del centro para rebajarlo un poco. He montado la tarta sobre un plato llano amplio. Como la tarta asienta sobre el borde que está un poco más elevado no se nota que en el lateral era un poquito más bajo, sobretodo teniendo en cuenta que lo vamos a cubrir de glaseado.
Si hemos horneado un solo bizcocho abrirlo en dos capas más o menos igual de altas empleando una lira o un cuchillo de sierra.
Para que el plato en el que presentamos la tarta quede perfecto y no se manche de glaseado se pueden poner 4 tiras de papel de horno o aluminio (me gusta más el de horno, se rompe menos al retirarlo) formando un cuadrado, de modo que parte de la tira quede debajo del bizcocho y parte cubra el plato. Así si se nos cae glaseado caerá sobre las tiras de papel. Al acabar la tarta bastará con retirar las tiras con cuidado y el plato quedará impoluto.
La tarta la vamos a montar con el bizcocho del revés, de modo que la base, que está completamente lista, quede en la parte superior.
Poner la mitad superior del bizcocho sobre el plato o fuente en el que vayamos a servir la tarta. Lo colocamos con la parte superior hacia abajo. Si hemos horneado dos bizcochos colocamos uno de ellos en el plato dado la vuelta, con la base mirando hacia arriba.
Colocar en el centro varias cucharadas de glaseado. Con ayuda de una espátula distribuirlas por todo el bizcocho, intentando que quede una capa de grosor uniforme. Añadir más glaseado si lo consideramos necesario, distribuyéndolo de la misma forma. Con un molde de 20 centímetros puede ponerse una capa más gordita que la que se ve en las fotos, al final me sobró glaseado.
Colocar la segunda capa de bizcocho sobre el glaseado, de modo que la base quede hacia arriba. Si hemos horneado dos bizcochos colocaremos el segundo bizcocho sobre la tarta, siempre dado la vuelta.
Cubrir la superficie y los laterales de la tarta con el resto del glaseado. Con ayuda de una espátula pequeña distibuirlo de forma uniforme. No hace falta que quede superliso, la cobertura de esta tarta suele tener un aspecto bastante rústico, pero queda mejor si el aspecto es similar en todos los puntos. La parte superior queda muy bien si le damos los últimos toques con movimientos circulares, en los laterales me gusta como ha quedado distribuida.
Poner la tarta en la nevera al menos 30 minutos antes de servirla. Con el frío la mantequilla de la cobertura se endurece y queda más consistente, lo que ayuda a que guarde la forma al cortarla.
Retirar las tiras de papel que hemos puesto sobre el plato antes de servir.
Servir cortada en cuñas.
Comentarios
Publicar un comentario