El calabacín es una verdura que uso con muchísima frecuencia. Me parece un producto muy versátil, ya que como su sabor es muy suave combina bien con casi todo. Queda muy bien en todo tipo de salteados y asado a la plancha resulta una guarnición perfecta para carnes y pescados. Aunque está presente en el mercado todo el año su temporada de máximo apogeo es el verano y por lo tanto la mejor época para consumirlo. Estas tortitas de calabacín o fritos de calabacín son una forma fantástica de emplear los calabacines. Son ricas, ligeras y fáciles de preparar y muy útiles con cualquiera un poco reacio a comer verdura, disfrazados en forma de tortita tienen una apariencia tan apetitosa que nadie podrá resistirse.
Los calabacines, como casi todas las verduras, tienen un porcentaje de agua muy elevado. Ese montón de agua es un problema a la hora de preparar las tortitas, ya que quedarían demasiado húmedas y no se doran bien. ¿La solución? Eliminar el exceso de agua de los calabacines. Se consigue fácilmente dejando el calabación rallado durante 10 minutos en un colador con un poco de sal, como se hace con las berenjenas, y luego envolviéndolo en un trapo y estrujándolo bien hasta que pierda todo el agua posible. Es increíble la cantidad de agua que sueltan. De 750 gramos de calabacín después de eliminar todo el agua quedan apenas 250 gramos. Si tenéis un trapo de muselina de los que se emplean para filtrar líquidos es perfecto. En otro caso se puede emplear un trapo de cocina limpio. A mí me gusta más emplear los que son lisos, pero un de rizo sirve igual.
Las tortitas pueden servirse como entrante o como acompañamiento de cualquier plato de carne y pescado. Yo los suelo servir sin ninguna salsa, pero si queréis alegrarlos un poco se pueden acompañar con un poco de mayonesa, ketchup o una buena salsa de tomate
- 8-10 tortitas.
- 2 calabacines medianos (750 gramos o un poco más).
- Un huevo.
- 60 gramos de harina.
- Media cucharadita de levadura de repostería.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal y pimienta negra molida.
Lavar los calabacines y despuntarlos. Para esta receta no se pelan.
Rallar los calabacines empleando un rallador manual o un procesador de alimentos, empleando siempre el accesorio de rallar de agujeros grandes.
Poner el calabacín rallado en un colador. Añadir una cucharadita de sal. Remover para distribuir bien la sal.
Dejar reposar 10-15 minutos. En seguida empezarán a soltar agua.
Para eliminar el máximo de agua de los calabacines una vez transcurrido el tiempo de reposo se pueden apretar con el dorso de una cuchara contra el colador, aunque lo más efectivo es envolverlos en un trapo limpio o una muselina.
Envolver el calabacín en el trapo o muselina, cerrarlo como si fuera un hatillo y apretar bien para extraer el máximo posible de agua.
Poner el huevo en un bol y batirlo como para tortilla. Añadir un poco de pimienta negra molida.
Aunque al principio añadimos sal al calabacín la mayor parte se habrá perdido junto con el agua que se ha eliminado, por lo que probablemente habrá que añadir un poquito más. Lo mejor es probar un trocito de calabacín y si vemos que está soso (que será lo más probable) añadir un poco de sal al huevo.
Añadir el calabacín rallado al bol con el huevo.
Mezclar en otro recipiente la harina junto con la levadura y añadir al bol.
Remover bien la preparación hasta que todo esté bien mezclado.
Poner al fuego una sartén con un chorro de aceite, sólo lo imprescindible para cubrir el fondo. Es mejor usar una sartén de fondo grueso y bastante amplia, que nos permita preparar varias tortitas a la vez.
Cuando se caliente el aceite coger porciones de masa con una cuchara y depositarlas en la sartén, aplástándolas un poco con el dorso de la cuchara para que queden bastante planitas. Yo en la sartén de 26 cm. las suelo hacer de tres en tres.
Dar la vuelta a las tortitas con ayuda de una espátula cuando se doren por la parte inferior. Cuando estén doradas por los dos lados sacarlas de la sartén y colocarlas en un plato con papel absorbente.
Continuar formando tortitas hasta finalizar con toda la masa, añadiendo un poquito más de aceite entre tandas si es necesario.
Servir recién hechas.
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