En estas semanas de primavera los espárragos verdes llenan nuestras fruterías a un previo muy asequible. Es un momento perfecto para disfrutar de ellos. Me encantas simplemente a la plancha con unas escamas de sal Maldon y también formando parte de todo tipo de salteados de verduras, pastas y arroces. Si buscamos opciones un poco más sofisticadas quedan perfectos también en todo tipo de tartas saladas, como esta quiche de espárragos tan primaveral.
Las tartas saladas y quiches me parecen platos muy versátiles. Son recetas muy resultonas y elegantes con las que siempre se queda bien, pero no son complicados de realizar una vez que tenemos controlada la masa quebrada, que tampoco es difícil de preparar, y además siempre se puede usar comprada. Además como se puede servir caliente, recién sacada del horno, o del tiempo resulta muy cómoda para poder prepararla con antelación y no tener que estar pendientes de ella en el último momento. Es de esos platos que siempre quedan perfectos, igual en una comida formal (son bonitas, elegantes y muy chic) que en eventos más informales o de picoteo, donde resultan también muy cómodas porque con la base de masa quebrada se comen muy bien con las manos, sin necesidad de cubiertos.
La quiche de espárragos está formada por una base de masa quebrada y un relleno muy cremoso compuesto de nata, huevos y un buen manojo de espárragos. La base se hornea primero a ciegas o en blanco, eso es, sin el relleno. A continuación se añade el relleno y se termina de hornear para que cuaje.
A mí me gusta preparar la masa quebrada en casa. Una vez que la hemos preparado un par de veces es muy fácil y rápida de realizar. Normalmente lo que hago es preparar la noche anterior la masa, que apenas lleva 15 minutos, y luego dejarla reposar toda la noche en la nevera (aguanta perfectamente un par de días). Así el día que preparo la quiche sólo tengo que extender la masa y honrnearla. Si a pesar de todo os da pereza prepararla se pueden preparar las quiches perfectamente con masa quebrada precocinada. Si os animáis a prepararla en casa hace tiempo publiqué un completo post sobre la elaboración de la masa quebrada y la técnica de cocción en blanco o a ciegas. Podéis encontrarlo aquí: masa quebrada.
- 6-8 personas (un molde de 24-26 centímetros).
- 110 gramos de mantequilla.
- 220 gramos de harina.
- 1/2 cucharadita de sal.
- 3 cucharadas de agua muy fría.
- Mantequilla para untar el molde.
- Un manojo grandecito de espárragos (unos 400 gramos).
- 4 huevos.
- 250 ml. de nata para cocinar.
- 25-50 gramos de parmesano rallado (según os guste el queso).
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal, pimienta negra y nuez moscada.
En primer lugar vamos a preparar la masa quebrada. Si se emplea masa quebrada precocinada nos saltamos este paso.
Poner en un cuenco la harina tamizada. Hacer un volcán en el centro y añadir la mantequilla cortada en cubos (la habremos sacado de la nevera con un poco de antelación para que esté más manejable) y la sal.
Comenzar a mezclar los ingredientes, pinzándolos entre los dedos, hasta obtener una masa con aspecto de arena gruesa.
Añadir el agua fría y mezclar un poco más.
Volcar la masa sobre la encimera. Trabajarla aplastándola bien con la mano y volviendo a doblarla tres o cuatro veces, hasta que al recogerla se pueda formar una pelota más bien compacta. No amasar mucho, la masa quebrada debe ser arenosa y suelta.
Envolver bien la masa en papel de film y guardarla en la nevera al menos una hora. Este reposo es fundamental para que se pueda extender bien.
A mí me gusta dejarla toda la noche en la nevera, aunque en este caso hay que tener la precaución de sacarla de la nevera un rato antes de usarla para evitar que esté demasiado dura y cueste extenderla.
Espolvorear ligeramente la encimera con harina y colocar la masa recién sacada de la nevera sobre ella. Con el rodillo comenzar a extender la masa desde el centro hacia los bordes. De vez en cuando levantar la masa para asegurarse de que no se pega a la encimera, espolvoreando un poco más de harina si fuera necesario, pero no mucha, porque sino poco a poco vamos añadiendo demasiada harina extra a la masa. Extenderla hasta formar un círculo de tamaño suficiente para cubrir la base y las paredes del molde.
Si se usa masa precocinada seguimos las instrucciones de la receta desde este punto.
Engrasar con mantequilla la base y las paredes del molde.
Pasar la masa al molde. La forma más fácil es hacerlo con el rodillo. Poner el rodillo en un extremo de la masa y enrollarla sobre él. Desenrollarla a continuación sobre el molde, procurando que quede centrada.
Ajustar bien la masa al fondo y las paredes del molde pero sin estirarla, sólo apretando un poco para que quede bien pegada. Es muy cómodo ayudarse de un pedacito de masa sobrante con la que haremos una bolita con el que iremos apretando la masa.
Una vez que está bien ajustado eliminar el sobrante. Si el molde es de metal lo más cómodo es pasar el rodillo sobre el molde, con lo que se cortará la masa que sobra. En otro caso la eliminamos con un cuchillo.
Yo los recortes de masa que sobran los suelo espolvorear con un poco de azúcar y los horneo junto con la quiche. También se puede expolvorear con un poco de queso rallado.
Pinchar varias veces con un tenedor la base de la tarta para asegurarnos de que no quedan bolsas de aire. Ponerla en la nevera (o mejor aun en el congelador) un rato antes de hornearla para que esté bien fría. Así evitaremos que se encoja y deforme en el horno.
Precalentar el horno a 190 grados.
Vamos a hornear la masa en blanco o a ciegas. Cubrir el molde con papel de aluminio o de hornear. Rellenar con legumbres secas o con pesas de hornear para evitar que se deforme. Hornear durante 20 minutos. Retirar el papel y las legumbres y hornear durante 10 minutos más.
Mientras que se hornea la base vamos a preparar el relleno.
Eliminar la parte dura del tallo de los espárragos verdes y partirlos en trozos de 3-4 centímetros de largo.
Poner una gota de aceite en el fondo de una sartén. Saltear los espárragos hasta que estén tiernos.
En un bol batir los huevos junto con la nata, un pellizco de sal, pimienta molida y nuez moscada al gusto, que en mi caso significa siempre mucha nuez moscada.
Añadir el queso rallado y los espárragos salteados y remover para que se mezcle bien.
Sacar la base de la quiche del horno y rellenarla con la mezcla anterior.
Volver a poner en el horno, en la parte central.
Hornear durante 25 minutos hasta que se vea que el relleno está bien cuajado y doradito. A mí me gusta pincharlo en el centro con un palillo para comprobar si está hecho. En caso contrario hornear 5 minutos más.
Sacar del horno.
Cuando se enfríe un poco desmoldar y pasar la chiche de espárragos a un plato de servir.
Servir cortada en porciones. Se puede servir caliente o del tiempo.
Excelente respeta, muchas gracias
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