Yo cuando escucho la palabra pudding o budin referida a un postre suelo pensar en una especie de flan al que se ha añadido pan duro o cualquier otro tipo de bollo dulce o bizcocho, como este buding de pan.
Sin embargo en las recetas americanas lo que se denomina chocolate pudding o pudding de chocolate es una crema espesa, una especie de natillas de chocolate. Un postre con una textura suave y aterciopelada, más denso que unas natillas, y mucho, mucho, sabor a cholocate.
Un postre perfecto si como yo perteneces al club de fans de chocolate. Y que además es sencillo y rápido de preparar.
La receta que he preparado está basada en la que aparece en Joy the baking. He rebajado un poco la cantidad de azúcar (a pesar de ser muy golosa me parece que muchas recetas americanas tienen demasiada azúcar) y he empleado sólo leche en vez de una mezcla de leche y nata como en la receta original. Creo que el postre ya es bastante contundente y rico sin necesidad de añadirle la nata.
Este chocolate pudding es bastante más denso que unas natillas o una crema pastelera. Eso se debe a la presencia del cacao en polvo, que tiene una alta proporción de almidón que se añade al que ponemos con la maicena.
El postre es bastante contundente y llena mucho. Con las cantidades de la receta salen 4 raciones generosas. Si vamos a servirlo después de una comida abundante sería preferible distribuirlo en 6 raciones más pequeñas para que no resulte muy pesado.
El postre también puede prepararse sin yemas de huevo. La textura es un poco menos suave pero quedaría un pelín más ligero y espesaría igual debido al almidón de la maicena y el cacao. En Smitten kitchen se puede encontrar una receta sin yemas.
- 4-6 personas.
- 100 gramos de azúcar (yo he puesto azúcar vainillado).
- 30 gramos de almidón de maíz (maicena).
- 25 gramos de cacao puro en polvo. He puesto del de Valor, el de la lata (no sirve el Cola-cao y productos similares).
- 1/4 de cucharadita de sal.
- 500 ml. de leche. Si se prefiere se puede emplear 400 ml. de leche y 100 ml. de nata de montar.
- 3 yemas de huevos grandes.
- 1 cucharadita de extracto de vainilla (yo la he suprimido al poner el azúcar vainillado).
- 90 gramos de chocolate de cobertura (he empleado Nestlé postres).
- 15 gramos de mantequilla a temperatura ambiente.
En primer lugar picar el chocolate para que se funda fácilmente. El Nestlé postres por ejemplo se funde muy fácilmente y es suficiente con partir cada barrita en dos o tres pedazos, pero hay otros que se funden peor y en este caso es conveniente picarlo con un cuchillo en trozos pequeños. Reservar.
Poner en bol el azúcar, la sal. la maicena y el cacao en polvo (si tiene grumos tamizarlo). Remover para que se mezcle.
Añadir las yemas y 125 ml. de la leche y batir bien hasta que se forme una pasta.
Poner el resto de la leche en un cazo al fuego, mejor si es de fondo grueso. Si vamos a emplear nata ponerla también al fuego con la leche. Dejarla al fuego justo hasta que comience a hervir. Retirarla en cuanto hierva para que no se salga.
Verter poco a poco la leche sobre el recipiente con el resto de los ingredientes sin dejar de remover con unas varillas o una cuchara de madera para que no se cuajen las yemas con el calor. Puede ser útil poner un paño de cocina doblado debajo del bol para evitar que se mueva al remover sin sujetarlo.
Echar de nuevo la mezcla en el cazo y volver a ponerlo a fuego. Ponerlo a media potencia o incluso un poco más bajo. Remover continuamente para evitar que se pegue y se formen grumos. No olvidar el fondo y las esquinas del cazo. Cocinar hasta que comience a espesar y tenga la consistencia de unas natillas más bien espesas. Necesitará unos 5 minutos. Retirar del fuego. Hay que tener en cuenta que al enfriar espesará bastante, por lo que no se debe dejar en el fuego hasta que alcance totalmente la consistencia que nos guste.
Una vez fuera del fuego añadir el extracto de vainilla, la mantequilla partida en trocitos y el chocolate picado. Remover suavemente hasta que el chocolate y la mantequilla estén completamente fundidos y la mezcla sea muy cremosa.
Distribuir en cuatro recipientes individuales (también puede pasarse toda la mezcla a un bol y distribuirla justo a la hora de servir).
Puede servirse templado, justo después de hacerlo, o bien frío de la nevera. A mí me gusta más esta segunda opción.
Al enfriarse tiende a formarse como una telilla en la superficie, como en todas las natillas y cremas de este tipo. Si no nos gusta que se forme basta con tapar los recipientes con la crema con papel de de film de modo que quede en contacto con la crema para impedir que se forme esa capa. Si no nos molesta simplemente los tapamos con papel de film y los ponemos en la nevera al menos un par de horas para que se enfríen.
Si los vamos a servir fríos pueden prepararse perfectamente el día anterior.
Para servir se pueden decorar con un poco de nata montada, aunque para mí gusto están muy ricos sin nada añadido.
Aguantan bien en la nevera durante 3 días.
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