Tarta de limón con leche condensada

Tarta de limón con leche condensada

Hace unas semanas estaba revisando unos cuadernos de mi madre y apareció entre las páginas un recorte de revista con esta tarta de limón con leche condensada. Es una tarta formada por capas de galleta alternadas con una crema de leche condensada con limón y que no necesita horno, una tarta que es todo un clásico que lleva años apareciendo en los botes de leche condensada y en diversos recetarios. No recuerdo que mi madre la llegara a preparar nunca, pero al no necesitar horno y con el sabor a limón me pareció una opción fantástica para el verano y la verdad es que es fue todo un éxito, está buenísima, es rápida y sencilla de montar y no necesita horno, lo que es genial en los meses de calor, no es de extrañar que se haya convertido en todo un clásico.

Tarta de limón con leche condensada

Esta tarta de limón con leche condensada alterna capas de crema de leche condensada y limón con galletas.

Para preparar la tarta se emplean galletas simples, tipo María o galletas tostadas de desayuno. La elección de un tipo de galleta u otro dependerá principalmente de qué forma, redonda o rectangular, nos resulte más cómoda a la hora de formar las capas. A mi me gusta usar tostadas para este tipo de tartas porque la forma rectangular permite hacer capas más continuas, como si estuviéramos poniendo baldosas, pero con las María redondas si vamos alternando la posición de las galletas en cada capa se consigue un corte algo más irregular que también queda muy atractivo.

Tarta de limón con leche condensada

Las galletas se ponen directamente entre las capas de crema, no se bañan primero en ningún líquido, que suele ser lo habitual en las tartas que llevan capas de galleta, y eso facilita mucho la tarea de montar la tarta, cuando se mojan en líquido se desmenuzan con facilidad, al estar secas y duras son más cómodas de manejar.

La tarta necesita varias horas de reposo en la nevera para que la crema se asiente y coja cuerpo. Este largo reposo permite que las galletas se hidraten y cuando sirvamos la tarta la capa de galletas estará blandita y suave.

Tarta de limón con leche condensada

El elemento estrella de la tarta es una crema a base de leche condensada, nata y leche con una generosa cantidad de zumo y ralladura de limón. Es una crema que está buenísima, pero por los ingredientes ya os podéis hacer una idea de que no va a ser precisamente ligera.

La crema no lleva nada de azúcar, como es frecuente en las recetas con leche condensada, es suficiente con el azúcar que lleva esta.

Cuando vi la receta de la crema pensé que la tarta quedaría un poco blanda incluso después del reposo en la nevera. Me daba un poco de miedo que se desmoronara al desmoldar y decidí añadir un poco de gelatina a la crema para darle un poco más de consistencia. La gelatina no forma parte de la receta original pero creo que le va bien.

Al pensar en la consistencia que tendría la crema no había tenido en cuenta el efecto del limón. Al añadir zumo de limón a la mezcla de leche condensada, leche y nata la crema se corta y se vuelve más espesa, permitiendo que tenga suficiente consistencia como para que la tarta no sea demasiado blanda y se desmorone. Es el mismo principio que se emplea en el posset, al cortar la nata con zumo de limón adquiere una textura de crema mucho más consistente. No obstante la gelatina hace que sea mucho más sencillo desmoldar, cortar y servir la tarta. Lleva la cantidad justa para ganar consistencia pero manteniendo la textura suave y cremosa original.

Tarta de limón con leche condensada

Para conseguir un intenso sabor a limón se añaden a la crema tanto zumo como ralladura de limón. La receta lleva 150 ml. de zumo de limón, que corresponde al zumo de dos limones y medio o tres limones, dependiendo del tamaño. Aunque no venía en la receta original le he añadido también la ralladura de dos limones, para aumentar la intensidad del sabor. A mi me gusta mucho el sabor a limón y creo que con estas cantidades queda genial, pero si preferís que quede más suave se puede quitar parte de la ralladura de limón. No es aconsejable reducir la cantidad de zumo de limón porque además de sabor ayudará a cuajar la crema. Si a pesar de todo preferís reducirlo un poco para que quede más suave (imprescindible usar gelatina en ese caso) se debe compensar añadiendo la misma cantidad de leche.

Tarta de limón con leche condensada

Las recetas clásicas suelen montar la tarta en un molde redondo. Para estas cantidades se usa uno de 20 centímetros de diámetro. Aquí tendríamos dos opciones. La primera sería montar la tarta dentro del molde completo. A la hora de servir se retira el aro y nos quedaría la tarta sobre la base del molde. Normalmente habría que separar la tarta de la base para pasarla a un plato de servir, pero ya he comentado en alguna ocasión que no lo hago nunca, paso la tarta a la fuente con la base del molde, me da miedo que se rompa al levantarla, con la base queda un poco menos fino pero nos evitamos el riesgo.

Como la tarta no necesita horno otra opción sería montarla con el aro colocado directamente sobre el plato de servir. Así al retirar el aro ya tenemos la tarta en el plato y sin la base. Una vez que coloquemos dentro del aro la primera capa de crema queda bastante estable y evita que el aro se mueva. La crema es lo suficientemente espesa como para no gotear por el espacio entre el aro y el plato.

En los dos casos puede ser buena idea cubrir el lateral con una tira de papel antiadherente para asegurarnos que la crema no se pegue.

Tarta de limón con leche condensada

Otra opción es emplear un molde alargado. Yo soy muy partidaria del formato alargado para este tipo de tartas. Al ser rectangular es mucho más sencillo formar las capas de galletas y son muy cómodos para partir.

He empleado un molde de silicona que tiene una capacidad de unos 1,2 litros y ha quedado lleno hasta el borde con 4 capas de galletas.

Mi molde es de silicona y sé por experiencia que este tipo de preparaciones no se pegan y se desmoldan bien, por lo que me he limitado a engrasarlo con una gotita de aceite, pero si os da miedo que no se desmolde bien se puede forrar el molde con film de cocina, procurando extenderlo bien para que no queden arrugas que se marcarán en la tarta.

Con independencia del molde que usemos me parece buena idea probar cómo encajan las galletas con el molde vacío, sin nada de crema, así es más sencillo probar varias distribuciones.

Tarta de limón con leche condensada

He formado la tarta con 4 capas de galletas. Me parece que queda muy equilibrada la cantidad de crema y galleta, pero admitiría sin problema una capa más de galleta.

Las tarta comienza y acaba con una capa de crema de limón. Se puede calcular a ojo la cantidad de crema de cada capa, pero para que queden bastante igualadas yo he preferido medirlas. Salen unos 925 gramos de crema. Si ponemos 4 capas de galleta vamos a necesitar 5 capas de crema, por lo que cada una tendrá unos 185 gramos.

Tarta de limón con leche condensada

La tarta es muy rápida de preparar, en 45 minutos está lista, pero necesitará al menos 6 horas en la nevera para que se enfríe bien y coja la consistencia adecuada. Yo, como suelo hacer en estos casos, la preparé el día anterior y la dejé toda la noche en la nevera.

Tarta de limón con leche condensada

Con las cantidades de la receta salen unas 10 raciones. La tarta es consistente y conviene hacer porciones no muy grandes.

La tarta está riquísima, pero de presentación es un poco sosa, nada que no se pueda arreglar decorándola con unas rodajas de limón. Se pueden poner también unas rosetas de nata montada, pero personalmente creo que ya llena bastante como para añadirle más nata.

Tarta de limón con leche condensada

Ingredientes
  • 10-12 personas.
  • 370 gramos de leche condensada (1 lata pequeña).
  • 200 ml. de nata para montar (mínimo 35% de materia grasa).
  • 175 ml. de leche.
  • 150 ml. de zumo de limón (2-3 limones).
  • La ralladura de dos limones.
  • Galletas tipo María, tostada o similares. He usado 24 galletas rectangulares.
  • 4 hojas de gelatina neutra (opcional).
  • Nata montado o rodajas de limón para adornar la tarta (opcional).

Tarta de limón con leche condensada
Preparación
Tarta de limón con leche condensada

En primer lugar vamos a preparar el molde.

Si se usa un molde rectangular es aconsejable forrarlo con film de cocina para desmoldarlo con facilidad. Para que el film se pegue bien al molde y no se formen arrugas podemos untar el molde con un poco de aceite con ayuda de un pincel, de esta forma será más sencillo extender bien el film y que se quede pegado. Mi molde es de silicona y sé que este tipo de preparaciones no se pegan y se desmoldan bien, en este caso bastaría con untarlo con una gotita de aceite.

Si usamos un molde redondo podemos poner una tira de papel en el lateral para ayudar a desmoldar sin que se pegue.

Ver en la introducción los detalles sobre los tamaños de los moldes.

Reservar.

Si se usa la gelatina ponerla a remojo en agua fría de modo que quede completamente cubierta. El tiempo de remojo necesario dependerá de la marca (consultad las instrucciones en el envase), pero en general es suficiente con 5-10 minutos.

Separar 50 ml. de leche más o menos y calentarlos en el microondas.

Escurrir la gelatina apretándola en el puño para eliminar el exceso de agua y añadirla a la leche caliente.

Remover bien hasta que la gelatina se disuelva completamente.

Añadir al resto de la leche.

Poner en un bol la nata, la leche condensada y la leche.

Batir bien con unas varillas hasta que esté bien mezclado y tengamos una crema espesa de textura suave.

Añadir la ralladura de limón y el zumo de limón.

Al añadir el zumo de limón la mezcla da la sensación de que se corta.

Continuar batiendo hasta que la crema sea de nuevo homogénea o con textura lisa, será más espesa que antes de añadir el limón.

Una vez que tenemos la crema lista vamos a comenzar a montar la tarta.

Vamos a intercalar capas de galleta y de crema.

Yo he usado 4 capas de galletas, por lo que como se empieza y acaba con crema tendremos 5 capas de crema.

La cantidad de crema de cada capa se puede poner a ojo, pero yo ya sabéis que soy un poco cuadriculada y me gusta medirlo todo.

Hay unos 925 gramos de crema, por lo que cada capa tendrá unos 185 gramos. Si el molde se va ensanchando (pasará en la mayoría de los rectangulares) podemos poner un poco menos de cantidad en las primeras capas y aumentar la cantidad en las últimas, que serán más anchas, pero más o menos se necesitará esa cantidad por capa.

Poner una cada de crema en el molde (unos 185 gramos). Alisarla con el dorso de una cuchara o una espátula de cocina.

Colocar una capa de galletas sobre la crema. Si quedan huecos se pueden rellenar con trozos de galleta. A mi me gusta empezar a colocar las galletas enteras por los dos extremos y poner los trocitos en el centro, me parece que el resultado queda mejor.

Lo ideal es que la galleta no llegue hasta el borde del molde, para que no se vea demasiado en el lateral al desmoldar.

En mi molde en la primera capa caben justas 5 galletas puestas a lo largo.

Colocar otra capa de crema y alisarla bien, intentando que quede toda de la misma altura. Yo tengo cierta tendencia a dejarlo más alto por el centro que en los extremos.

Añadir otra capa de galletas (2ª) , crema (3ª), galletas (3ª), crema (4ª) y galletas (4ª).

A medida que vamos añadiendo capas en los moldes rectangulares podemos necesitar añadir alguna galleta extra. Yo en la tercera capa he tenido que poner media galleta partida extra y en la última capa como es bastante más ancha he optado por poner las galletas en sentido perpendicular al resto de capas.

Tarta de limón con leche condensada - Capa de galletas

Añadir la última capa de crema y alisar bien la superficie.

Cubrir con film de cocina y dejar en la nevera al menos 6 horas para que se asiente y coja cuerpo. A mi mi gusta dejarla toda la noche.

Para servir si usamos un molde rectangular volcar la tarta en un plato y eliminar el film de cocina si lo hemos usado. En el caso del molde redondo retirar el aro y pasar a un plato de servir (yo suelo pasarlas con la base del molde).

Si se desea se puede decorar con montoncitos de nata montada o rodajas de limón.

Tarta de limón con leche condensada

Partir en cuñas o rebanadas.

Tarta de limón con leche condensada

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