Los huevos rotos o huevos estrellados son de esos platos que siempre nos sacan de un apuro cuando queremos preparar algo rápido y sencillo para la comida o la cena. Se tardan poco a preparar, son sencillos de hacer, solo usan ingredientes que siempre tenemos en casa y además no creo que haya mucha gente a quien no le gusten unos huevos fritos con patatas. En la versión más tradicional de los huevos rotos los huevos se colocan sobre las patatas fritas y se cortan en cuatro antes de servir, dejando que la yema empape las patatas. Receta humilde y sencilla convertida en plato de culto por Lucio en su restaurante Casa Lucio es siempre una buena elección. Y si además lo acompañamos de un poco de jamón se convierte en un lujo de plato.
Siempre me ha hecho gracia que cuando queremos decir que alguien no sabe nada de nada se use la expresión "no sabe ni freír un huevo". Para freír un huevo tampoco es que haga falta un master, pero tampoco es una tarea tan trivial, hace falta cierta pericia, sobre todo hacerlo bien. A mi me gusta freírlos con mucha aceite, que es la forma más clásico y como aprendí a hacerlos viendo a mi madre, pero también se pueden hacer poniendo solo unas cucharadas de aceite en la sartén. En cualquier caso el aceite tendrá que estar bien caliente. Los gustos y preferencias respecto al grado de cuajado de la clara y sobre todo la yema son muy variadas, pero para esta receta conviene que la yema quede bastante líquida, para que pueda empapar las patatas. Para conseguirlo es conveniente no excedernos con el tiempo en la sartén, en cuanto veamos que la clara está cuajada los sacaremos.
Las patatas para los huevos rotos se cortan habitualmente en bastones. El grosor depende de los gustos. Las patatas deberían quedar bien fritas y un poco doraditas pero lo ideal es que la capa exterior no quede muy crujiente, para que empape bien la yema del huevo. Yo reconozco que las patatas fritas me gustan siempre muy crujientes, de hecho prefiero cortes finos que permiten que se doren mejor, y las suelo dejar crujientes incluso en recetas como esta.
Los huevos y las patatas no manchan el aceite al freír, por lo que aunque necesitan aceite en abundancia si tenemos un poco de cuidado con la temperatura para que no se queme se puede reutilizar sin problema el aceite varias veces.
Uno de los acompañamientos habituales de los huevos rotos es el jamón, que se coloca alrededor de los huevos. Ingrediente opcional en la receta que siempre está rico y no sobra nunca. Con un jamón ibérico bien cortado a cuchillo es un auténtico lujo, pero con un jamón serrano obtendremos también un plato riquísimo.
Otro acompañamiento imprescindible para los huevos rotos y que no puede faltar nunca es el pan, que nos permita rebañar hasta la última gota de yema que escurra entre las patatas.
- 4 personas.
- 8 huevos.
- 2 patatas más bien grandes.
- Jamón, cantidad al gusto (opcional).
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
Pelar las patatas. Lavarlas con agua fría y secarlas.
Cortar las patatas en tiras alargadas.
A mi me gusta poner un poquito de sal a las patatas antes de freírlas, no solemos añadir sal a la comida en la mesa casi nunca. Espolvorear las patatas con un pellizco de sal y moverlas un poco para que se impregnen todas.
Poner al fuego una sartén con aceite de oliva en abundancia. Para que se frían bien las patatas se necesita una sartén espaciosa para que no queden muy amontonadas y mucho aceite de oliva.
Esperar a que el aceite esté bien caliente para añadir las patatas. Una forma sencilla de comprobar la temperatura del aceite es poner un bastón de patata cuando creamos que ya está lista, si se empiezan a formar burbujas rápidamente alrededor de la patata el aceite ya ha alcanzado la temperatura adecuada, en caso contrario dejamos que se caliente un poco más.
Añadir las patatas a la sartén.
Freír a fuego vivo unos 10 minutos. Para hacer unos huevos rotos canónicos las patatas no deberían quedar muy crujientes, ya que así absorberán mejor la yema. A nosotros sin embargo nos gustan bien crujientes, la yema que no absorban las patatas la rebañamos con pan.
Sacar las patatas de la sartén con una espumadera, escurriendo bien el aceite. Ponerlas en una fuente o repartirlas en 4 platos llanos.
Si no hemos puestos sal al principio es el momento de salarlas con moderación.
Retirar un poco de aceite si hay mucha cantidad para freír los huevos.
Cascar los huevos y echarlos en el aceite bien caliente. Yo los hago de uno en uno. Freírlos hasta que la clara esté bien cuajada, pero sin pasarlos demasiado para que la yema se mantenga líquida.
Sacar los huevos de la sartén y colocarlos sobre las patatas.
Poner el jamón alrededor del los huevos si se desea. También se puede servir aparte.
Servir inmediatamente.
Comentarios
Publicar un comentario