Bizcocho de ricotta y limón

Este bizcocho de ricotta y limón es una receta tradicional italiana, un bizcocho sencillo con una buena cantidad de ricotta en la masa, también puede usarse requesón, y un fresco sabor a limón. Aunque la presencia de la ricotta nos pueda hacer pensar en una tarta de queso o cheesecake se trata de un bizcocho, con una textura un poco más densa de lo habitual, pero al cortarlo se reconoce claramente como bizcocho, con una miga hueca y aireada, perfecto para la merienda o para acompañar el café.

La ricotta o el requesón no pueden considerarse estrictamente como un queso, sino que son un derivado lácteo obtenido tras fermentar y cocer el suero lácteo sobrante al elaborar el queso. Con este proceso se obtiene una pasta con un sabor suave, color blanco y una textura bastante granulosa, que puede comerse tal cual (queda un postre sencillo y rico simplemente acompañado de nueces y miel) o emplearse en numerosas recetas.

En los bizcochos que llevan mantequilla es necesario sacar la mantequilla de la nevera con bastante antelación para que esté blandita y se pueda batir bien. Ojo, si vemos que está dura no debemos ponerla nunca en el microondas o similar, ya que lo que conseguiremos en este caso será que se funda en vez de ablandarse, y la textura resultante no nos sirve para preparar el bizcocho.

Es importante que el resto de ingredientes estén también a temperatura ambiente, especialmente los huevos y el requesón, por lo que conviene sacarlos un rato antes de la nevera. Si añadimos los huevos fríos de la nevera a la mezcla de mantequilla y azúcar batidas la mantequilla se solidificará parcialmente por el contraste de temperaturas y la mezcla se corta, presentando un aspecto poco uniforme. Se puede solucionar fácilmente batiendo más rato la mezcla hasta que vuelve a presentar un aspecto homogéneo, pero si tenemos la precaución de sacar los huevos de la nevera un rato antes nos evitaremos este problema.

El requesón se puede batir perfectamente con las varillas eléctricas. Yo lo he troceado un poco con el cuchillo y lo he añadido así al bol. Al principio cuando empieza a desmenuzarse parece que la mezcla es un poco grumosa, pero poco a poco va presentando un aspecto más suave.

El único secreto para que este bizcocho quede ligero es batir bien la mezcla después de incorporar la ricotta o el requesón, hasta que esté bien cremoso. Cuando está bien batido adquiere un aspecto casi como de mousse, más densa y espesa, pero con ese aspecto aireado que tienen las mousses. Ese aspecto de mousse se mantiene un poco en la masa final después de añadir la harina. La masa final es densa, pero sigue manteniendo un poco ese aspecto de mousse.

A pesar de llevar una buena cantidad de requesón el resultado tiene textura de bizcocho, no de tarta de queso. Un bizcocho un poquito más denso que los habituales, pero con la miga seca y hueca de un bizcocho.

Este bizcocho de ricotta es un bizcocho poco dulce, de hecho creo que es de los bizcochos con menos azúcar que he preparado. A mi me parece que queda bien de sabor así, ya que al no haber un exceso de azúcar se percibe bien el sabor del limón y el requesón, pero si lo preferís un poco más dulce se puede aumentar la cantidad de azúcar hasta los 150 gramos.

Ingredientes

• 8 personas (un molde redondo de 20-20 centímetros).

• 200 gramos de harina de todo uso.
• 100 gramos de azúcar.
• 110 gramos de mantequilla a temperatura ambiente.
• 3 huevos.
• 250 gramos de ricotta o requesón.
• El zumo y la ralladura de un limón.
• 10 gramos de levadura de repostería (polvos de hornear).
• Un pellizco de sal.
• Mantequilla y harina para el molde.
• Azúcar glass para espolvorear (opcional).

Preparación

Vamos a empezar preparando el molde. Usaremos un molde redondo desmontable de 20-22 centímetros de diámetro.

A mi me gusta forrar la base siempre con un círculo de papel antiadherente, para asegurarme de que no se pega.

Untar con mantequilla el papel que hemos puesto en el fondo y las paredes. Espolvorear con harina, moverlo bien para que se quede pegada a fondo y paredes y sacudir el exceso.

Poner en un bol amplio la mantequilla y el azúcar. La mantequilla se sacará de la nevera un rato antes para que esté blandita.

Batir bien con unas varillas hasta que esté cremoso.

Añadir la ricotta o el requesón un poco desmenuzados y batir bien hasta que esté cremoso, nos llevará entre 3 y 5 minutos.

Incorporar los huevos de uno en uno, esperando hasta que esté bien integrado para añadir el siguiente.

Añadir la ralladura y el zumo de limón y batir hasta que se mezcle.

Poner en otro bol la harina, la levadura de repostería y un pellizco de sal. Remover un poco para que se mezclen bien.

Incorporar la harina al primer bol, preferentemente a través de un tamiz.

Mezclar hasta que no quede harina suelta, pero sin trabajar demasiado la mezcla, sólo lo necesario para que no se vea harina.

Verter la masa en el molde que teníamos preparado y alisar la superficie. La masa es muy espesa y tiene una textura un poco peculiar, casi como si fuera una mousse muy espesa.

Mientras preparamos la masa del bizcocho precalentar el horno a 180 grados.

Poner el molde con el bizcocho en la parte central del horno.

Hornear hasta que al pinchar con un palillo en el centro salga limpio y seco. En el molde de 20 centímetros necesitará entre 45-50 minutos, en uno de 22 un poquito menos (recomendaría comprobar como está a los 40 minutos), al quedar más planito.

Sacar el molde del horno y dejar enfriar 10 minutos sobre una rejilla.

Desmoldar el bizcocho y dejar sobre una rejilla hasta que se enfríe completamente.

Espolvorear la superficie con azúcar glass antes de servir.

Servir cortado en cuñas.