Tortilla de patata y calabacín

Las tortillas son planos muy versátiles que nos permiten organizar rápidamente una comida o cena. En verano son las estrellas de las comidas campestres y son perfectas también para dejarlas preparadas con antelación y tenerlas listas cuando volvamos a casa. La tortilla de patata clásica es imbatible, pero me encanta preparar también otras variedades. Ahora en verano con el calabacín en plena temporada nos gusta mucho esta tortilla de patata y calabacín. El calabacín le da un sabor y una textura muy suaves y agradables.

En mi casa en general pertenecemos al grupo de los que prefieren la tortilla de patata sin cebolla, por lo que habitualmente preparo la tortilla de patata y todas sus variaciones sin cebolla, aunque tengo que reconocer que una tortilla con su cebolla bien caramelizada está también muy rica. Si a vosotros os gusta la tortilla con cebolla se puede incorporara perfectamente a esta receta, partiéndo media cebolla en cuadritos pequeñitos o en juliana y pochándola bien junto con las patatas.

Una de las grandes ventajas de estas tortillas es que están igual de ricas calentitas recién hechas, cuando las dejamos enfriar o al día siguiente. Eso las convierte en platos muy versátiles y sobre todo muy cómodos, porque igual sirven para preparar una comida sin muchas complicaciones, para llevarlas al campo o para dejar preparada una comida o cena con antelación. Y además sirve igual para comer con plato y cubiertos o para preparar un buen bocata. Si la tenemos en la nevera conviene sacarla con un poco de antelación para que se atempere un poco, resulta mucho más apetecible. A mí desde siempre como más me gusta es fría y mejor. ¿Cómo os gusta a vosotros?

Para acompañar la tortilla únicamente necesitamos un buen trozo de pan.

Ingredientes

• 4-6 personas.

• 2 patatas medianas (unos 500 gramos).
• Un calabacín mediano (400-500 gramos).
• 5 huevos grandes (usar 6 huevos si son medianos).
• Aceite de oliva virgen extra.
• Sal.

Preparación

Pelar las patatas y lavarlas bien bajo el grifo. Secarlas.

Partir las patatas. A mí para la tortilla de patatas me gusta partirlas en láminas finas. Hace mucho tiempo las partía a cuchillo, como siempre había visto hacerlo a mi madre, pero luego empecé a hacerlo con una mandolina y es es muy cómodo, se hace rapidísimo.

Poner al fuego una sartén con aceite en abundancia para freír las patatas.

Cuando se caliente el aceite añadir las patatas y freír hasta que estén blanditas pero sin dorarse. Si bajamos un poco la temperatura tardarán un poquito más a hacerse pero se pocharán con una textura estupenda. Mientras se fríen me gusta moverlas un poco y les voy dando la vuelta para evitar que las que están en el fondo se doren demasiado.

Mientras que se fríen las patatas lavar el calabacín, secarlo y eliminar los extremos. Yo no pelo el calabacín. Una vez cocinada la piel queda blandita y con una textura agradable de comer. Y en el caso de esta tortilla los trocitos de piel quedan además vistosos.

Partirlo en rodajas finitas. Yo lo hago también con la mandolita. Si se prefiere también se puede partir en cuadritos pequeños.

Cuando las patatas estén fritas escurrirlas bien y pasarlas a un plato. Yo desde hace un tiempo al sacarlas de la sartén las pongo en un colador que dejo un rato sobre un plato hondo para que suelten bien todo el aceite.

Quitar casi todo el aceite de la sartén, dejando únicamente el suficiente para cubrir el fondo.

Volver a poner la sartén al fuego y añadir las rodajas de calabacín.

Bajar un poco el fuego y dejar que se hagan hasta que estén blanditas, moviéndolas con frecuencia para que se cocinen todas por igual.

Cascar los huevos en un bol. Añadir sal (yo por costumbre, o manía, no añado nada de sal al resto de ingredientes, solo al huevo) y batir bien.

Añadir las patatas bien escurridas.

Cuando el calabacín está blandito sacarlo de la sartén y pasarlo al bol con el huevo.

Mezclar bien para que se distribuyan por igual las patatas y el calabacín y se impregne todo bien de huevo.

Poner al fuego la sartén en la que vayamos a preparar la tortilla con un chorro de aceite en el fondo. Para esta tortilla he empleado una sartén de hierro de 24 centímetros.

Cuando se caliente añadir la mezcla de huevos, patata y calabacín y moverla un poco para que se distribuya por igual.

Bajar un poco el fuego para que se vaya cuajando sin que la base se queme.

Cuando la parte inferior esté cuajada damos la vuelta a la tortilla con ayuda de un plato. Venden también unas tapas muy cómodas para dar la vuelta a las tortilla. Al tener un pomo para agarrarlas la operación resulta más sencilla. Además como suelen ser de plástico o de metal finito pesan menos que un plato, lo que siempre viene bien, sobre todo si la tortilla es hermosa, ya que al final suma bastante peso entre la tortilla y la sartén.

Dejar caer la tortilla en la sartén por el otro lado y dejar que se termine de hacer hasta que esté cuajada a nuestro gusto.

Pasar la tortilla a un plato o fuente.