Estamos ahora en plena temporada de fresón y me gusta aprovecharla al máximo. Además de comer muchas fresas al natural las empleo también en numerosos postres. Estas semanas estaba yo buscando algún bizcocho que llevara fresas cuando en el New York Times Cooking vi dos recetas de bizcocho de fresas, justo lo que estaba buscando. De la fusión de las dos recetas surgió este bizccocho de fresas, un bizcocho con buttermilk y aceite de oliva, tierno y esponjoso, con trocitos de fresa en la masa y una crujiente costra de azúcar.
Para preparar este bizcocho de fresas se emplea buttermilk. El buttermilk es originalmente suero de mantequilla, el líquido que se obtiene al batir la nata para transformarla en mantequilla, aunque parte de lo que se vende en la actualidad con este nombre es más bien leche fermentada. En algunos países del norte de Europa ha sido popular como bebida desde épocas remotas, aunque su sabor un poco agrio no siempre resulta agradable para los que no están acostumbrados.
El buttermilk se usa con frecuencia en la elaboración de bizcochos y otros productos de bollería, ya que consigue preparaciones muy esponjosas. En las recetas de repostería americanas por ejemplo es un ingrediente muy frecuente.
En España no es un producto habitual y no es frecuente encontrarlo en los supermercados. ¿Qué podemos hacer entonces cuando encontremos una receta que emplea buttermilk? Fabricar nuestros propio buttermilk casero, o al menos un sucedáneo que da buen resultado en las recetas.
Es muy sencillo elaborar en casa un sustituto del buttermilk mezclando un taza de leche (unos 250 ml.) con una cucharada de zumo de limón o de vinagre y dejándolo reposar unos 10 minutos. El ácido cortará la leche, que enseguida se volverá un poco más espesa, como si fuera un yogur muy líquido. A mí personalmente me gusta más prepararlo con vinagre, al ser más fuerte que el limón me parece que el efecto es mejor. Si lo de añadir vinagre a un bizcocho os parece raro y poco apetecible no os preocupareis, tras reaccionar con la leche no queda ni rastro del sabor a vinagre.
El resultado de usar buttermilk en este bizcocho es una miga muy esponjosa y ligera. A esto también ayuda el hecho de que se emplee aceite en vez de mantequilla, que proporciona una miga más suave y ligera. Para preparar bizcochos suele ser aconsejable una aceite suave, para evitar que su sabor sea muy dominante en el bizcocho. Van muy bien el de girasol o uno de oliva suave.
En todos los bizcochos que como este llevan tropezones el gran problema a la hora de hornearlos es conseguir que se distribuyan por toda la masa, evitando que acaben en el fondo del bizcocho. La receta original separa una cucharada de harina de la masa y la emplea para espolvorear las fresas cortadas en láminas finas antes de añadir a la masa. Es el procedimiento que se emplea habitualmente en el plum cake. A mí la verdad es que en esta ocasión no me ha funcionado en absoluto. A pesar de que la masa parecía bastante densa y de que las fresas estaban cortadas en láminas finas para que no pesaran mucho han acabado todas en el fondo. Casi parecía un bizcocho con dos capas, una de fresas en el fondo y el bizcocho sobre ellas.
- 8 personas (un molde redondo de 20-22 centríemtros de diámetro).
- 250-275 gramos de fresas.
- 225 gramos de harina.
- 125 ml. de aceite.
- 175 gramos de azúcar.
- 175 ml. de buttermilk (Se puede preparar con leche y una cucharada de vinagre, ver indicaciones en la receta).
- 2 huevos.
- La ralladura de un limón.
- 2 cucharaditas de postre de levadura de repostería (unos 10 gramos).
- 3/4 de cucharadita de sal.
- 2 cucharadas soperas de azúcar para decorar.
Si vamos a preparar el buttermilk casero poner en un bol 175 ml. de leche y añadir una cucharada de vinagre. Remover bien.
Dejar reposar 5 minutos. Veremos que espesa ligeramente.
Lavar las fresas bajo el grifo de agua fría.
Secarlas con cuidado con papel de cocina.
Eliminar el pedúndulo. Partirlas en cuartos y a continuación en láminas finas. Reservar.
Preparar el molde que vamos a usar untándolo con aceite y espolvoreando con harina, sacudiéndolo bien a continuación para eliminar el exceso de harina. A mí me gusta cubrir el fondo con papel antiadherente, a pesar de que este molde es una maravilla y no se pega nada.
Poner en un bol los huevos y el azúcar y batir hasta que esté espumoso.
Añadir el aceite y batir hasta que se integre.
Incorporar el buttermilk y la ralladura de limón y continuar batiendo hasta que esté bien mezclado.
Poner en otro recipiente la harina, reservando una cucharada para mezclar con las fresas. Añadir la sal y la levadura. Mezclar bien.
Añadir la mezcla de harina a la primera preparación. Es aconsejable emplear un tamiz o un colador para eliminar los grumos y que quede bien aireda.
Mezclar bien hasta que no quede harina suelta.
Poner las fresas troceadas en un bol seco. Añadir la cucharada de harina que hemos reservado y mezclar para que cubra todas las fresas. Se supone que al envolver las fresas en harina, al igual que se hace en el plum cake, los tropezones no se irán al fondo del molde, pero a mí reconozco que no me ha funcionado en absoluto, las fresas se han ido al fondo, y eso que la masa en principio parecía lo bastante densa como para aguantar el peso.
Añadir las fresas a la masa del bizcocho y mezclar ligeramente para que distribuyan por toda la masa. Es importante mezclar muy poco, una par de vueltas para que se repartan un poco nada más, porque en otro caso acaban todas en el fondo.
Verter la masa en el molde que tenemos preparado.
Repartir las dos cucharadas de azúcar por la superficie del bizcocho.
Mientras se prepara la masa precalentar el horno a 180 grados.
Poner el molde con el bizcocho en la parte central del horno.
El tiempo de horneado dependerá del tamaño del molde. En un molde de 22 cm. necesitará unos 55 minutos. En uno de 20 cm. como el mío necesitará algo más al quedar un poco más alto, ha necesitado 65. Lo mejor es comprobar como está a los 50-60 minutos, dependiendo del tamaño, insertando un palillo en la parte central. Si sale seco está listo, en caso contrario se hornea 5 minutos más y se vuelve a probar.
Sacar el bizcocho del horno y dejar enfriar 10 minutos sobre una rejilla.
Desmoldar y dejar el bizcocho sobre la rejilla hasta que se enfríe completamente.
Un bizcocho exquisito!.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡¡Muchas gracias!!
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