Me encanta probar nuevas recetas, sobre todo aquellas que me obligan a aprender nuevas técnicas y a mejorar mis conocimientos de cocina, pero resulta agradable volver a las recetas caseras de siempre, como estas patatas con sepia o patatas con choco, como dicen por el sur. Es un guiso clásico muy típico del sur de España, especialmente de la zona de Cádiz y Huelva, una receta casera sencilla, un plato de cuchara reconfortante de esos que siempre apetecen.
La receta original de patatas con sepia se prepara obviamente con sepia, como si propio nombre indica. Es un producto fácil de encontrar en el mercado todo el año, pero se puede sustituir con buen resultado por calamar o incluso por anillas de calamar, en este caso se pierde un poco de sabor pero el plato sigue siendo muy resultón.
Me gusta añadir al sofrito de este tipo de guisos un par de pimientos choriceros, aunque su presencia no sea habitual en las versiones originales del guiso. Creo que es un ingrediente que le da un sabor fantástico a muchos sofritos.
- 4 personas.
- Una sepia grande o dos medianas (unos 600-700 gramos de sepia).
- 800 gramos de patatas (3 patatas hermosas).
- Una cebolla.
- Dos dientes de ajo.
- Medio pimiento verde.
- Un tomate mediano.
- Dos pimientos choriceros.
- Un vasito (100 ml.) de vino blanco.
- Una hoja de laurel.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
Lavar los pimientos choriceros para eliminar el polvillo que tienen algunas veces y ponerlos en remojo en agua caliente para que se hidrate bien al menos un par de horas antes de preparar el guiso.
Limpiar la sepia y partirla en trozos de bocado. Tened en cuenta que al cocer merma, por lo que no hay que hacer trozos demasiado pequeños.
Pelar las patatas, lavarlas bajo el grifo y partirlas en trozos. Como en todos los guisos lo que haremos será cascar o chascar las patatas, sin hacer el corte completo con el cuchillo. El corte rugoso que queda al romper la patata permite que se libere el almidón durante la cocción, lo que hará que el caldo quede más espeso. Reservar.
Partir la cebolla y el pimiento verde en cuadritos pequeños.
Pelar los ajos y picarlos muy menudos.
Pelar el tomate y trocearlo.
Poner al fuego la cazuela en la que vamos a preparar el guiso con un chorro de aceite en el fondo.
Cuando se caliente añadir la cebolla, el pimiento verde y el ajo picado. Añadir un pellizco de sal.
Bajar el fuego y dejar que se poche lentamente, hasta que la cebolla esté transparente, llevará unos 10 minutos. Si lo hacemos a fuego muy lento necesitaremos 5 minutos más, pero el sabor del sofrito queda fabuloso.
Añadir el tomate troceado y dejar que se cocine unos 10 minutos más. Con el canto de la cuchara vamos deshaciendo el tomate mientras se cocina.
Mientras que se hace el sofrito sacar la carne de los pimientos choriceros.
Para ello sacar los pimientos del remojo, escurríendolos bien y abrirlos por la mitad. Retirar el pedúnculo y todas las semillas.
Colocarlos sobre la tabla de partir con la piel hacia abajo. Con un cuchillo afilado, a mí me parece más cómodo si es pequeño, colocado casi en horizontal separar la carne de la piel.
Trocear la carne y añadirla al sofrito.
Añadir el vino blanco, subir el fuego y dejar cocer un par de minutos para que se evapore el alcohol.
Añadir un vaso de agua y esperar a que dé el primer hervor.
En este punto si se quiere se puede triturar la salsa para que no tenga tropezones.
Añadir la sepia, las patatas y una hoja de laurel.
Añadir agua de modo que quede cubierto, más o menos un centímetro por encima de las patatas.
Tapar y cocer a fuego lento hasta que las patatas y la sepia estén tiernas. Necesitará unos 30-35 minutos.
Apartar del fuego y dejar reposar 10 minutos.
Repartir en 4 platos soperos y servir bien caliente.
Comentarios
Publicar un comentario