Los sorbetes son helados con una consistencia más ligera preparados normalmente con purés o zumos de frutas y un almíbar. Al no llevar grasa y mucha menos azúcar que los helados tradicionales son menos cremosos y es más fácil que formen cristales al congelar. A cambio su ligereza los hace muy refrescante.
Para evitar que se congele formando un bloque si lo preparamos sin heladera será necesario batirlos varias veces hasta que esté completamente congelado.
- Medio litro de sorbete.
- 500 gramos de sandía, pesada sin piel ni pepitas.
- 2 cucharadas de zumo de limón.
- 60 gramos de azúcar.
- 125 ml. de agua.
- Un pellizco de sal.
Retirar la cáscara y las pepitas de la sandía y partirla en trozos. Si se emplea sandía sin pepitas nos evitamos el trabajo de retirarlas, pero en general la sandía con pepitas es más sabrosa. Reservar.
Poner en un cazo al fuego el agua y el azúcar. Calentarlo hasta que comience a hervir, removiendo lo imprescindible para que se disuelva el azúcar. Cuando comience a hervir bajar un poco el fuego y dejar cocer durante 3 minutos, hasta obtener un almíbar ligero. Retirar del fuego y dejar que se enfríe un poco.
Poner en el vaso de la batidora la sandía en trozos, un pellizco de sal, el zumo de limón y el almíbar templado.
Triturar hasta que no quede ningún trocito de sandía.
Pasar la mezcla a un recipiente con tapa que pueda ir al congelador.
Poner el recipiente con el puré de sandía en la nevera.
Cuando esté completamente frío pasarlo al congelador.
Hasta que se congele totalmente es conveniente removerlo bien con un tenedor de vez en cuando para evitar que se congele como un bloque de hielo.
Excelente forma utilizar la sandia
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