Mejillones a la belga

Mejillones a la belga

Los mejillones a la belga, moules-frites o moules et frites en su nombre original, son unos de los platos más representativos de la cocina belga (no faltan en ningún restaurante) y también son muy habituales en el norte de Francia. El nombre original del plato, moules-frites, literalmente mejillones-patatas fritas hace referencia a la costumbre de servir estos mejillones acompañados siempre de patatas fritas. Es una receta muy simple, con los mejillones abiertos al vapor con vino blanco, pero deliciosa, como casi todas las recetas de mejillones.

Mejillones a la belga

En Bélgica este plato se sirve muchas veces como plato principal y se suele servir directamente en el recipiente en el que se ha preparado, calculando una generosa ración de entre un kilo y kilo y medio de mejillón con cáscara por persona. Yo habitualmente los sirvo como aperitivo y en este caso calculo un kilo para dos personas más o menos.

La salsita que queda de cocer los mejillones está riquísima. Se sirven los mejillones con ella y se puede ir recogiendo del plato usando los mejillones a modo de cuchara.

Mejillones a la belga

La receta habitualmente lleva un poco de nata. Se puede suprimir si queremos un plato más ligero y los mejillones siguen estando igual de buenos. El limón por otro lado no suele ser habitual en esta receta, pero a mí me parece que pega tan bien con los mejillones que no me resisto a ponerlo.

Mejillones a la belga

Ingredientes
  • 4 personas.
  • 2 Kg. de mejillones.
  • 1 puerro.
  • 2 pencas de apio.
  • 150 ml. de vino blanco.
  • 4 cucharadas de aceite de oliva o de mantequilla.
  • 4 cucharadas de nata de cocina (opcional).
  • Pimienta negra molida.
  • Perejil picado.
  • Un limón (opcional).
  • Patatas fritas para acompañar.

Mejillones a la belga
Preparación
Mejillones a la belga

Limpiar bien los mejillones eliminando las barbas y restos que puedan tener adheridos a las conchas. Se hace muy bien raspando con un cuchillo y el estropajo. Aclararlos abundantemente con agua fría.

Retirar los dos extremos del puerro y la primera capa. cortar a rodajas.

Eliminar las hebras más duras del apio y partirlo en trocitos.

Poner al fuego una cazuela con el aceite o la mantequilla. Yo uso siempre aceite.

Cuando se caliente añadir el puerro y el apio troceados y pochar hasta que se ablanden.

Añadir el vino, la nata y un poco de pimienta negra molida. No pongo nunca sal porque los mejillones suelen estar sabrositos.

Cuando comience a borbotear añadir los mejillones limpios y el limón partido en cuartos. Tapar la cazuela hasta que los mejillones comiencen a abrirse, unos 3 o 4 minutos.

Vamos sacando los mejillones de la cazuela según se vayan abriendo para que no se cuezan en exceso.

Si algún mejillón no se abre lo desechamos porque no está bueno.

Filtrar el líquido de cocción por un colador muy fino (yo uso uno de tela) para eliminar cualquier resto de arenilla que hayan podido soltar los mejillones.

Servir los mejillones espolvoreados de perejil picado y cubiertos del líquido de cocción, acompañados de patatas fritas como es tradicional o con el acompañamiento que prefiramos.

Mejillones a la belga

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