La panna cotta es un postre italiano elaborado con nata cocida (panna cotta significa precisamente eso, nata cocida) y espesado con gelatina. Se suele preparar en moldes individuales y su forma recuerda muchas veces a un flan, aunque su textura es mucho más cremosa y densa. A la receta básica preparada únicamente con nata se pueden añadir multitud de ingredientes para crear distintas versiones: chocolate, café, frutas. Con cualquier ingrediente que elijamos siempre se cumplirán dos cosas: es un postre delicioso, especialmente por su textura tan cremosa, y es probablemente el postre más sencillo que podamos preparar. Me encanta esta versión de panna cotta al café. Es como un café con leche pero sólido y con una textura super cremosa.
La panna cotta se puede servir desmoldada en un plato, como si fuera un flan, o directamente en el mismo recipiente en el que la cuajamos. Esta segunda opción además de ser muy cómodo puede ser muy vistosa si elegimos un recipiente mono. Yo normalmente suelo desmoldar las panna cottas, pero en el caso de la panna cotta de café me gusta prepararla y servirlas en tazas de café. Las de expresso son muy pequeñitas, pero cualquiera poco más grande vale, las de las fotos son de unos 150 ml. Me parece graciosa la idea de servir un postre de café en una taza de café.
Para decorar la panna cotta de café se pueden añadir justo antes de servir unas virutas de chocolate o un poco de cacao en polvo. Los sabores del chocolate y el café combinan muy bien, la verdad. Sola, sin ningún añadido, queda también estupenda.
Me gusta preparar esta panna cotta con café expresso, pero se puede preparar perfectamente con café soluble. Para prepararlo con café soluble simplemente habría que poner 2 cuacharaditas de café soluble a calentar junto con la leche y la nata y añadir 125 ml. más de leche, empleando 250 ml. en total.
- 4 personas.
- 250 ml. de nata (mínimo 35% de materia grasa).
- 125 ml. de café expresso.
- 125 ml. de leche.
- 75 gramos de azúcar.
- 3 hojas de gelatina.
- Virutas de chocolate o cacao en polvo para decorar (opcional).
Poner las hojas de gelatina a remojo en agua fría para que se hidraten. Se hace muy bien en un plato sopero o un tazón amplio. Es conveniente consultar las instrucciones del envase, pero en la mayoría de las marcas con 5 minutos es suficiente.
Preparar el café expresso. Reservar.
Poner la nata y la leche a calentar en un cazo, removiendo constantemente para que no hierva. Lo tendremos al fuego unos 10 minutos.
Retirar del fuego y añadir el azúcar y el café, mezclando bien hasta que el azúcar esté completamente disuelto.
Escurrir la gelatina apretándola con el puño y añadir al cazo. Remover bien hasta que se disuelva.
Verter la mezcla en 4 moldes. Si vamos a desmoldar la panna cotta al café es conveniente untar antes los moldes con una gotita de aceite suave. Si no la vamos a desmoldar no es necesario.
Cuando se enfríe tapar los moldes con papel de film y poner en la nevera hasta que solidifique, al menos unas 3 horas, aunque a mí me gusta dejarla toda la noche.
Para servir si la vamos a desmoldar pasar un cuchillo alrededor de cada molde, volcarlo sobre un plato y agitar sujetando el plato y el molde hasta que se desprenda.
Antes de servir decorar si se desea con unas virutas de chocolate o un poco de cacao en polvo. También se puede coronar con un copete de nata.
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