El otro día revisando algunas recetas del blog me di cuenta de que todavía no había publicado mis albóndigas con tomate. Es un fallo imperdonable ya que estas albóndigas han sido un clásico en mi casa desde que tengo memoria y que me dispongo a subsanar ya mismo.
Las albóndigas de carne en cualquiera de sus variantes suelen ser siempre un éxito y gustar a todo el mundo, porque además de ricas son muy fáciles de comer. Para los que como yo os llevéis el tupper al trabajo son un también un plato muy cómodo. Con la salsa aguantan muy bien el recalentado en el micro y son fáciles de comer. Además es un plato que congela muy bien, con lo que se puede hacer una buena cantidad y congelar varias raciones.
Para preparar las albóndigas (y en genera casi siempre que uso carne picada) me gusta emplear una mezcla de ternera y cerdo al 50%, pero no es imprescindible usar esta proporción para prepararlas. Podéis el emplear la mezcla de carne que más os guste, variando la proporción de cerdo y ternera a vuestro criterio o, por qué no, empleando sólo una de los dos tipos de carne.
Es frecuente añadir a las albóndigas un poco de miga de pan empapada en leche para ayudar a ligar la masa. Yo no suelo ponerlo. Mi madre no lo ponía nunca (no le gustaba demasiado la leche, la verdad) y como nos gusta como salían las albóndigas de casa yo tampoco lo pongo. En la receta de todos modos lo incluyo como opcional.
- 4 personas.
- 750 gramos de carne picada. Yo uso mezclada cerdo y ternera al 50%.
- 2 huevos.
- Perejil.
- Miga de pan (opcional).
- Leche (opcional).
- Sal y pimienta negra molida.
- 250 ml de tomate frito.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Harina.
Si empleamos miga de pan ponerla a remojo con la leche.
Poner en un bol la carne picada.
Añadir los 2 huevos batidos, perejil picado, sal y pimienta negra molida.
Escurrir la miga de pan (si se usa) y añadirla a la carne.
Mezclar bien hasta obtener una masa uniforme.
Parar formar las albóndigas yo uso un vaso pequeño (de los de vino). Me parece lo más cómodo.
Poner un poco de harina en el vaso. Añadir un poco de carne picada (hasta media vasito o así).
Con la mano tapar bien la boca del vaso y agitarlo arriba y abajo hasta que se forme una pelotita con la carne. Si no hay suficiente harina no se formará bien la albóndiga ya que se pega al vaso. En este caso añadir un poco más de harina sobre la carne y volver a agitar.
Depositar la albóndiga formada en un plato. Como va cubierta de harina no se pegará, pero si se quiere se puede espolvorear un poco de harina en el plato antes de poner las albóndigas para asegurarnos de que no se pegan.
Continuar con el mismo procedimiento hasta terminar con toda la carne.
Poner al fuego una sartén con aceite suficiente para que las albóndigas queden cubiertas a la mitad. A mí me gusta usar una sartén no muy grande.
Cuando el aceite se caliente freír las albóndigas en varias tandas hasta que estén bien doraditas por todos los lados. No poner muchas cada vez para evitar que se toquen entre sí y se deformen.
Poner un poco de aceite en el fondo de la cazuela en la que vamos a cocer las albóndigas en la salsa. Mejor usar una baja y amplia. No poner mucho aceite, lo imprescindible para que cubra el fondo.
Sacar las albóndigas de la sartén y ponerlas en la cazuela.
Echar el tomate frito sobre las albóndigas y añadir agua para que queden casi cubiertas.
Dejar cocer a fuego medio durante unos 45 minutos.
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