El salmón es un pescado que al tenerun sabor muy marcado no necesita de necesita de grandes preparaciones para resaltarlo. A mí al ser un pescado bastante graso tampoco me gusta acompañarlo de salsas o guarniciones muy pesadas. Me gusta más en preparaciones sencillas, hecho a la plancha o al horno y acompañado de unas verduras. Preparado a la plancha me encanta, pero el salmón al horno además de quedar muy sico y ser igual de fácil de preparar tiene una gran ventaja sobre la plancha, y es que la cocina no huele luego a pescado, que es algo innevitable con el salmón a la planca por mucho que pongamos la campana extractora a toda potencia.
Para condimentar el salmón suelo usar eneldo, una hierba que le va muy bien de sabor y que se usa mucho en la cocina nórdica, donde el salmón es una de las grandes estrellas. Si no se tiene se puede sustituir por nuestro habitual perejil.
- 4 rodajas o 4 lomos de salmón.
- cebolla.
- 100 ml. de vino blanco.
- Eneldo picado (si no tenemos se puede usar perejil).
- Sal y pimienta negra molida.
- Aceite de oliva virgen extra.
Lavar el salmón y secarlo con papel de cocina.
Cubrir el fondo de una fuente resistente al horno con un chorro de aceite de oliva.
Partir la cebolla en gajos finos y distribuir por toda la superficie de la fuente.
Salpimentar el salmón y colocarlo sobre la cebolla.
Espolvorar un poco de eneldo o de perejil picado sobre el salmón y regar con el vino blanco.
Precalentar el horno a 190 ºC.
Hornear el salmón en la parte media durante 20 o 25 minutos, dependiendo del grosor de las piezas.
Servir cada rodaja de salmón con la cebolla y regado con la salsa que quede en la fuente.
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