Berenjenas fritas con miel

Las berenjenas fritas con miel son un entrante muy típico en muchos bares en Andalucía. Yo, aunque empleo las berenjenas en muchas recetas, no conocía esta forma de presentarlas hasta que la vi en varios blogs. La probé y me gustó mucho el contraste entre el dulzor de la miel y el sabor de las berenjenas, así que la he repetido varias veces desde entonces. Me parecen deliciosas como aperitivo o como guarnición de cualquier plato de carne.

Para freír las berenjenas podemos emplear diversas técnicas. Simplemente enharinada, que sería la opción más sencilla, rebozadas con harina y huevo como la merluza o cubiertas con una más sofisticada masa Orly. La tempura japonesa es otra buena opción en este caso.

Yo suelo prepararlas simplemente enharinadas. Es lo más sencillo y la berenjena queda deliciosa, con la verdura blandita rodeada con una fina capa de harina tostada más crujiente.

En la receta original se emplea miel de caña. Estrictamente hablando la miel de caña no es miel, si entendemos como tal el producto que elaboran las abejas a partir de polen de flores. Es en realidad melaza obtenida a partir de la caña de azúcar, aunque por su parecido en textura y sabor a la miel reciba este nombre: miel de caña. La caña de azúcar era muy frecuente en el litoral andaluz, especialmente en las provincias de Málaga y Granada.

Si no tenemos miel de caña podemos sustituirlo por miel normal. Yo he empleado miel de azahar. Si queremos emplear miel de caña para hacer la receta auténtica podemos encontrarlo en Mercadona, junto al resto de las mieles. Es de la marca miel de caña Nuestra Señora del Carmen y está producida por una fábrica malagueña.

Ingredientes

• 4 personas.

• 1 berenjena.
• Harina.
• Sal.
• Aceite de oliva virgen extra.
• Miel de caña (aunque la receta original emplea miel de caña yo he puesto miel normal, en mi caso una suave de azahar).

Preparación

Pelar la berenjena. La piel de la berenjena se puede comer perfectamente después de cocinada, pero yo la berenjena, al contrario que los calabacines, suelo pelarla.

Cortar la berenjena de la forma que se prefiera. Yo ya he cortado en rodajas, pero queda también muy bien cortada en bastones, casi como si fueren patatas fritas.

Espolvorear las rodajas de berenjena con un poco de sal y ponerlas en un colador. Dejar reposar al menos media hora para que suelte el líquido amargo que contiene.

Pasado el tiempo de reposo aclarar bien las berenjenas bajo el chorro de agua fría para eliminar la sal y el líquido ácido que han desprendido. Secarlas un poco con papel de cocina.

Poner en una sartén aceite de oliva suficiente para cubrir las berenjenas.

Poner harina en un plato.

Pasar las rodajas de berenjena por la harina de forma que queden impregnadas las dos caras. Sacudir para eliminar el exceso de harina.

Cuando el aceite esté bien caliente pero sin humear ir poniendo las berenjenas en la sartén por tandas hasta que estén doraditas por los dos lados (darles la vuelta a media cocción). Sacar las rodajas y ponerlas en un plato cubierto con papel de cocina para que suelten el exceso de aceite.

Pasarlas a un plato de servir y regar con un chorro de miel.