- 1/2 kilo de patatas.
- 1 kilo de mejillones.
- Media cebolla mediana.
- Medio pimiento verde.
- 2 dientes de ajo.
- 1 hoja de laurel.
- 100 ml de vino blanco.
- 1 puntita de pimentón.
- Sal.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Perejil fresco picado.
Limpiar los mejillones bajo el grifo raspando con un cuchillo para eliminar todos los restos que tienen adheridos a la concha.
A mí me gusta cocer los mejillones aparte y añadirlos al guiso junto con el caldo de cocción una vez que se han abierto. De esta forma nos aseguramos de que nada de tierra llega al guiso.
Poner lo mejillones limpios en una cazuela con un dedo de agua. Poner la cazuela al fuego vivo.
Según se vayan abriendo los mejillones sacarlos de la cazuela e irlos poniendo en un plato.
Picar muy finos los dos dientes de ajo. Picar en daditos pequeños la cebolla y el pimiento verde.
Poner una cazuela al fuego con el fondo cubierto de aceite. Cuando el aceite esté caliente añadir las verduras cortadas. Cocinar a fuego media hasta que estén cocinadas.
Bajar el fuego y añadir el pimentón, removiendo para que se cocine por igual. Tener cuidado para que no se queme.
Añadir el vino blanco. Dejar cocer durante 5 minutos para que se evapore el alcohol. Añadir agua y la hoja laurel y perejil fresco picado. Incorporar el caldo de cocer los mejillones tras colarlo a través de una gasa fina. De momento no se añade sal, ya que los mejillones suelen tener bastante sal.
Pelar las patatas y partirlas en trozos. No cortar completamente con el cuchillo. Desprender el final del trozo de la patata cascándolo, de forma que no todas las superficies queden lisas. Esto permitirá que salga el almidón y el caldo quede más grueso.
Añadir las patatas al caldo y cocinar durante unos 20 minutos hasta que las patatas estén tiernas.
Cuando falten 10 minutos para acabar la cocción añadir los mejillones con sus conchas.
Rectificar de sal si fuera necesario.
Retirar la hoja de laurel y servir muy caliente.
Comentarios
Publicar un comentario