Hoy traigo otra receta de repostería navideña: galletas de jengibre cortadas en forma de hombrecillo de jengibre (gingerbread man), que es una de las formas más típicas de hacerlas para Navidad. Aunque por su forma puedan parecernos unas galletas infantiles lo cierto es que son unas galletas muy ricas de sabor por la mezcla de especias que llevan.
Las galletas de jengibre (gingerbread cookies) se preparan con una masa en la que se utiliza miel o melaza además de azúcar y se aromatizan con jengibre y otras especias.
Existen panes y galletas de especias en la mayoría de los países del norte de Europa, con gran variedad de formas que van desde las galletas propiamente dichas a bizcochos más blando y esponjosos. Aun así las galletas de jengibre se han popularizado por la influencia americana, donde son muy típicas.
En Estados Unidos las galletas de jengibre son muy populares como galletas de invierno y en especial durante la época navideña. Es muy popular elaborar durante el adviento casitas con masa de galletas de jengibre en las que las pieza se unen y se decoran empleando glaseado. Es también habitual hacerlas con formas navideñas para colgar como adornos en el árbol. Una de las formas más populares para las galletas de jengibre es la de hombrecillo de jengibre (gingerbread man), que es la que he empleado en esta ocasión.
Existe incluso una Historia del hombre de jengibre. Puede encontrarse aquí. En este enlace de la BBC puede encontrarse otra historia del hombre de jengibre con dibujos que se pueden imprimir para colorear. Están los dos en inglés. Hay también una canción del hombre de jengibre
Las recetas americanas habitualmente dan las medidas para los sólidos (harina, azúcar) empleando como medidas las tazas. A mí es un sistema que me desconcierta un poco, sobre todo para la harina, porque dependiendo de lo apelmazada o suelta que esté en un mismo volumen podemos meter distinta cantidad de harina. Debo de ser un poco cuadriculada, pero me gusta más cuando todo los sólidos van exprados en peso. Me da igual que sean gramos, onzas o cualquier otra unidad con tal de que se pueda poner en la báscula. Una vez encontré una receta de las galletas que indicaba los ingredientes en tazas, gramos y onzas, así que indico las tres mediadas para que cada uno emplee la que le resulta más cómoda.
- 20 galletas aproximadamente (con un molde de hombrecillo de jengibre de 10 cm.).
- 170 gramos / 6 onzas / 3/4 tazas de mantequilla sin azúcar.
- 159 gramos / 5 5/8 onzas / 3/4 tazas de azúcar moreno de caña.
- 255 gramos / 9 onzas / 3/4 tazas de melaza. Si no encontramos melaza se puede emplear miel, aunque las galletas no tendrán eso color oscuro tan característico. En el Mercadona venden miel de caña, que sin ser melaza es lo más parecido que podemos encontrar con facilidad en el supermercado. Yo he empleado miel.
- 418 gramos / 14 3/4 onzas / 3 1/2 tazas de harina de reposteria.
- 1 cucharadita (5 gramos) de sal.
- 2 cucharaditas (unos 5 gramos) de canela.
- 2 cucharaditas (unos 10 gramos) de jengibre.
- 1/4 cucharadita de pimienta de jamaica (allspice) o de clavo en su lugar. Yo he puesto clavo.
- 1/4 cucharadita de nuez moscada.
- 1 huevo grande.
- 1 cucharadita (5 gramos) de levadura de repostería.
- 1/2 cucharadita (2 gramos) de bicarbonato sódico.
Comenzamos preparando las especias que no vienen en polvo ya. Moler en el mortero las cabezas de los calvos. Rallar la nuez moscada y el jengibre.
A continuación derretir la mantequilla en un cazo sobre el fuego o en el microondas. Si habéis visto otras entradas del blog os habréis dado cuenta de que me gusta usar el microondas para fundir la mantequilla o el chocolate. Poner la mantequilla en un recipiente que pueda ir al microondas (yo he empleado una taza de desayuno, porque al tener asa es muy cómoda). Programar medio minuto al 50% de temperatura. Al finalizar el tiempro comprobar como está. Habrá comenzado a fundirse, pero la mayor parte seguirá sólida aunque blandita. Programar medio minuto más. Al terminar la mía estaba casi fundida. Sólo quedaba algún pedacito pequeño sin fundir, que se terminó de deshacer al remover con una cucharilla para repartir bien el calor. Si vemos que aun le falta programamos otro 15 segundos.
Poner en un bol el azúcar, la melaza o la miel, la sal y las especias que teníamos preparadas. Añadir la mantequilla caliente y remover para mezclarlo bien.
Dejar enfríar la mezcla anterior. Cuando esté tibia añadir el huevo y mezclar bien.
Juntar en un bol la harina, la levadura de repostería y el bicarbonato. Añadir a la mezcla anterior. Yo suelo tamizarlo. Remover bien hasta que forme una masa homogénea. Se separará fácilmente de las paredes del bol. Todo el proceso de mezcla puede haderse simplemente con una cuchara de madera.
Dividir la masa en dos partes, envolver cada una por separado en papel de film y dejar en la nevera al menos una hora. Es mejor dejarlo toda la noche para poder trabajarlo con más facilidad. Yo suelo hacer la masa un día y preparar las galletas el día siguiente. En esta ocasión sólo he preparado galletas con la mitad de la masa. La otra mitad la he congelado para prepararla otro día.
Una vez que la masa se ha enfriado convenientemente vamos a dar forma a las galletas. Enharinar la encimera o la mesa de trabajo y poner sobre ella una porción de masa (sin el film, claro). Espolvorear más harina sobre la masa y sobre el rodillo. La masa de las galletas de jengibre es muy pegajosa. Es necesario asegurarse de que haya siempre harina entre la encimera y la masa. En otro caso se pegará a la encimera y no habrá forma de despegar las galletas de modo que mantengan la forma. También hay que mantener enharinado el rodillo y la superficie de la masa sobre la que lo deslizamos para evitar que se pegue. Yo alguna vez he intentado extender la masa sobre el papel de horno que utilizo, que más que antiadherente parece que repele las masas, pero también se pega. La única forma para poder extenderlo bien es emplear harina y un poco de paciencia. En muchos recetas pone que es una receta ideal para hacer con niños, supongo que será la forma de las galletas. A mí no me parece muy adecuada para esto por lo pegajosa que resulta y lo mucho que se pega a la mesa y al rodillo. Casi sería mejor dejar la participación de los niños para decorarlas.
Cubrir la bandeja de horno con papel de hornear.
Extender la masa con un rodillo hasta que tenga entre 3 y 5 milímitros de grosor. Yo la he dejado un poco fina. Si se deja más fina serán mas crujientes.
Una vez extendida la masa cortar las galletas con un cortapastas de la forma que se desee. Yo en esta ocasión he empleado uno con forma de hombre de jengibre (gingerbread man), que es muy típico en estas fechas, pero pueden cortarse con cualquier forma que se desee. Si la masa se pega mucho al cortapastas se puede poner también un poco de harina. Este es mi cortapastas. Tiene unos 10 centímetros de altura.
Según se vayan cortando las galletas colocarlas sobre la bandeja de horno forrada. Si no vamos a decorarlas con glaseado se pueden marcar los ojos, la boca y los botones de la chaqueta con un objeto punzante. Si vamos a hornear las galletas para colgarlas en el árbol hacemos ahora un agujerito en la parte superior por el que se pasará un hilo o un alambre.
No hay que juntarlas demasiado al colocarlas sobre la bandeja porque crecerán un poquito al hornearse.
Cuando ya no podamos cortar más galletas recoger la masa que ha quedado entre las figuras, juntarla y volver a extenderla para seguir cortando galletas. Repetimos hasta que se acabe la masa.
Con una de las dos mitades de la masa me han salido 20 hombrecillos (mi molde tiene unos 10 cm.) más dos galletitas cuadradas con los restos que no daban para un muñequito completo. No han cabido todas en la bandeja, de modo que he tenido que poner otra fuente justo debajo de la bandeja con las restantes.
Si queremos se puede meter la bandeja con las galletas media hora a la nevera para enfriar la masa y que reaccione mejor al calor del horno.
Precalentar el horno a 180 ºC.
Hornear las galletas en la parte central del horno con calor arriba y abajo durante 12 ó 14 minutos, hasta que comiencen a dorarse los bordes. Hay que tener en cuenta que si usamos miel en vez de melaza las galletas no van a adquirir ese color tan oscuro característico de estas galletas. Pasado ese tiempo estarán todavía blanditas, porque estas galletas se endurecen al enfriarse.
Sacar la bandeja del horno y dejar que se enfríen las galletas sobre ella. Se irán poniendo más firmes según se enfríen. Cuando estén firmes pasar las galletas a una rejilla para que se enfríen completamente.
Es muy típico decorarlas. Se puede usar glasa real, glaseados de colores o lo que más nos guste. Yo las he dejado tal y como están, que también quedan muy ricas.
Aquí tenemos un hombrecillo de jengibre.
Y aquí tiene otro amigito para que no se aburra.
Y por fin toda una fila de hombres de jengibre.
Se conservan durante muchos días en perfecto estado en una lata hermética.
Me encantan los hombrecillos de jengibre!!! te han salido todos muy guapos
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