Para acompañar el desayuno me gustan las galletas sencillas, especialmente si son un poco integrales, ya que suelen ser más rústicas y absorben muy bien el líquido cuando las mojas en el café con leche calentito. Estas galletas de espelta con sésamo y miel surgieron precisamente con ese fin, como galletas de diario para el desayuno, mezcla de varias recetas que había visto. Elaboradas con harina de espelta integral, miel, aceite de oliva y semillas de sésamo son unas galletas sencillas y no muy dulces, con una textura un poco rústica, perfectas para el desayuno o para cuando nos apetezca algo dulce.
La espelta es una variedad de trigo muy antigua. Aunque tiene un alto contenido de proteína su gluten es de baja calidad, lo que hace que los panes elaborados con espelta sean por lo general más pesados y densos que los elaborados con otras variedades de trigo. Esto, que es un problema al usar la harina de espelta para hacer pan, tiene mucha menos importancia cuando la usamos para hacer galletas, ya que en repostería en general se usan harinas con poco fuerza. A mi personalmente me gusta el sabor de la espelta y me parece que salen unas galletas y bizcochos integrales muy ricos.
Las masas de espelta resultan bastante peculiares por el tipo de gluten que tienen. Cuando se amasan a mano para hacer pan la sensación es bastante extraña. Al amasar da la impresión de que la masa no logra cohesionarse, se queda siempre un poco deslavazada, al no desarrollarse el gluten. Pero a cambio suelen ser masar agradables de trabajar, porque al contrario de lo que sucede con otras masas rebeldes (estoy pensando en masas con mucho centeno por ejemplo) no se pega ni a las manos ni a la encimera. Al preparar la masa para las galletas sucede algo parecido, la masa da la sensación de no cohesionarse, de que cada trocito va por libre, son masas que siempre van a resultar más toscas que las de harina de trigo, especialmente cuando son integrales como en este caso.
Las harinas integrales suelen variar mucho en cuanto al agua que pueden absorber, es buena idea reservar al principio un poco de aceite (unos 20 ml) y esperar a ver cómo absorbe la masa el líquido antes de añadir el resto.
El sabor de la harina de espelta me resulta muy agradable, pero estas galletas podrían elaborarse también con harina de trigo integral.
Me gusta dejar reposar la masa un rato en la nevera antes de formar las galletas. Este reposo no es tan imprescindible como en el caso de las galletas de mantequilla, a las que el frío permite que se endurezca la mantequilla y mantengan mejor la forma, pero el reposo ayuda a que se hidrate mejor la harina.
Son unas galletas con aspecto rústico. Las formo siempre con las manos. Primero se hacen bolitas de unos 25 gramos haciéndolas rodas entre las palmas y luego se aplastan un poco para aplanarlas ligeramente. No he intentado nunca extender la masa para cortarla con un cortador de galletas, con la textura que tiene me da la sensación de que no van a aguantar bien la forma.
Por sus ingredientes estas galletas podrían calificarse de "saludables", pero no nos engañemos, las galletas son siempre galletas. Evidentemente siempre será mejor una galleta hecha con harinas integrales, miel y aceite de oliva que la mayoría de galletas comerciales hechas con harinas y azúcares súper refinados y grasas de procedencia dudosa, pero siguen siendo galletas y por lo tanto deberían consumirse siempre con moderación.
- 20 galletas.
- 250 gramos de harina de espelta integral.
- 100 ml. de aceite de oliva virgen extra (unos 85 gramos).
- 1 huevo.
- 70 gramos de miel.
- 2 cucharadas de semilla de sésamo.
- 1/2 cucharadita de canela (opcional).
- Un pellizco de sal.
- Semillas de sésamo para espolvorear las galletas.
Poner en un bol la harina de espelta.
Añadir el huevo ligeramente batido, la miel, el aceite, un pellizco de sal, la canela si se usa y 2 cucharadas de semillas de sésamo.
Mezclar bien hasta conseguir una masa homogénea. Se hace muy bien con dos tenedores y un poco de paciencia.
Se puede poner la masa una hora en la nevera para que se enfríe. No es imprescindible como en el caso de las masas con mantequilla, pero se maneja mejor fría.
Poner una hoja de papel de horno o un silpat sobre una bandeja de horno.
Formar bolas de masa de unos 25 gramos haciéndolas rodar entre las palmas y colocarlas en la bandeja, bastante separadas entre sí. Salen 20 galletas de 25 gramos.
Aplastar las galletas para aplanarlas un poco. Tienen que quedar gorditas. Se pude hacer con los dedos o con la base de un vaso.
Espolvorear las galletas con una semillas de sésamo.
Mientras que formamos las galletas precalentar el horno a 180 grados.
Colocar la bandeja en la parte central del horno.
Hornear durante 12 minutos, hasta que se doren ligeramente.
Sacar la bandeja del horno y dejar enfriar sobre una rejilla.
No mover las galletas mientras están calientes porque se desmoronan en seguida. Hay que dejar que se enfríen completamente entes de tocarlas o moverlas. Cuando se enfríen se volverán más resistentes.
Dejar enfriar completamente antes de comerlas.
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