Alcachofas braseadas

Me encantan las alcachofas, ya sé que lo digo muchas veces, pero es que son mi verdura preferida. Yo soy feliz cuando a en otoño las alcachofas comienzan a aparecer en el supermercado y mientras dura su temporada hasta bien entrada la primavera es rara la semana que no comemos algún día. Me gustan cocinadas de cualquier forma, pero estas alcachofas braseadas me parecen una forma muy sencilla de prepararlas. Se pueden servir como primer plato de verdura, pero me gustan especialmente como acompañamiento de carnes y pescados.

La parte más tediosa de las recetas con alcachofas es la limpieza inicial para eliminar las hojas exteriores y los extremos de las hojas que son demasiado duros para comer. Es una tarea sencilla, pero lo cierto es que si tenemos que limpiar una docena de alcachofas lleva un ratillo. Pero bueno, están tan ricas que merece la pena.

Una vez que se limpian y se parten las alcachofas se oxidan y se ponen negras rápidamente. No afecta a su sabor, pero estéticamente pierden un poco. Para evitar que se oscurezcan según las vamos limpiando y partiendo se ponen en un recipiente lleno de agua al que habremos añadido unas ramas de perejil fresco o un gajo de limón (o las dos cosas). Justo antes de añadir al guiso se escurren bien para eliminar la mayor cantidad posible de agua.

En las recetas de alcachofas suelo emplear 2-3 piezas por persona, dependiendo de la receta. Cuando las sirvo como plato principal de verdura suelo emplear 3 alcachofas por ración. Si las voy a poner como guarnición normalmente uso alcachofas por persona.

Preparadas de esta forma aguantan muy bien el recalentado, por lo que se pueden preparar con antelación y van muy bien para el tupper, ahora que vamos volviendo a la oficina.

Estas alcachofas braseadas me parecen estupendas como plato de verdura o como guarnición. A mí cuando sobran me gustan mucho también con huevo. Las pongo bien escurridas en la sartén con una gotita de aceite y añado el huevo, ya sea batido para hacerlos revueltos o entero para que cuaje en la sartén. Queda una cena estupenda.

Ingredientes

• 4 personas.

• 8-12 alcachofas.
• 3 dientes de ajo.
• 150 ml. de vino blanco.
• Perejil fresco.
• Sal y pimienta negra molida.
• Aceite de oliva virgen extra.

Preparación

En primer lugar vamos a preparar las alcachofas.

Eliminar las hojas exteriores de las alcachofas, que son demasiado duras para comer. Vamos arrancando las hojas todo alrededor hasta que comiencen a aparecer las hojas de color más pálido, que son ya más tiernas para comer.

Cortar las puntas de las alcachofas (unos 2 dedos).

Cortar el tallo. Cuando preparo un plato de alcachofas en el que quiero que se mantengan de pie corto el pie al ras del corazón, pero en recetas como esta en las que parto las alcachofas dejo 2 o 3 dedos de tallo y lo pelo con el pelaverduras.

Partir cada alcachofa en cuartos y después cada cuarto en dos mitades.

Según vamos limpiando las alcachofas las ponemos en un recipiente con agua en el que habremos puesto unas ramas de perejil fresco o un gajo de limón. Esto evita que las alcachofas se oxiden y se pongan negras.

Pelar los dientes de ajo y laminarlos.

Poner al fuego una cazuela en la que quepan las alcachofas sin amontonarse demasiado. Añadir aceite de modo que quede cubierto el fondo.

Cuando el aceite comience a calentarse añadir los ajos laminados y esperar que que cojan un poco de color. No dejar que se tuesten mucho porque amargan.

Escurrir bien las alcachofas y añadir a la cazuela.

Poner sal y pimienta negra molida al gusto.

Dejar que las alcachofas se doren un poco, removiéndolas con frecuencia para que se hagan por todos los lados. Necesitarán unos 10 minutos.

Añadir el vino blanco y dejar un par de minutos a fuego vivo para que se evapore el alcohol.

Añadir un poco de agua, un vasito o vasito y medio, como mucho la misma cantidad que de vino.

Poner también un poco de perejil picado.

En cuanto el líquido empiece a borbotear bajar el fuego a media potencia.

Tapar la cazuela y dejar que se hagan las alcachofas hasta que estén tiernas, moviéndolas un poco de vez en cuando. Necesitarán 15-20 minutos. Tienen que quedar bastante secas, pero si durante la cocción vemos que se ha evaporado demasiado líquido se puede añadir un poquito más de agua. Para ver si están tiernas pinchar con un cuchillo en la parte del corazón de la alcachofa, si entra con facilidad están listas.