El término curry se aplica a todo un conjunto de platos de la cocina india que se caracterizan por el empleo de salsas con una gran abundancia de hierbas y especias y que normalmente suelen tener un toque picante y que pueden usarse para cocinar verduras, carne, pescado, pollo o mariscos. A Europa llegaron en el siglo XVII como parte de la cocina anglo-india, aunque más suavizados en sabor que los originales. El término curry es un alglicismo derivado de la palabra tamil kari, salsa. El curry es el guiso completo, no sólo el conjunto de especias ya preparadas que normalmente empleamos para cocinarlo. Uno de los curries más populares es este curry de pollo o pollo al curry
El conjunto de especias que forman parte de un curry es muy variado. La mayoría de ellos incluyen cilantro, comino y cúrcuma, que es lo que le da su habitual color amarillo fuerte, pero el resto de ingredientes depende mucho de la región y de los alimentos que se cocinan en el curry. Así por ejemplo en la India los curries de Korma suelen llevar coco, el de Vindalu, el más picante, normalmente lleva chile, mientras que el de Madras sería el más dulzón, con canela, anís estrellado o comino. Es también habitual el uso de clavo, cardamomo o macis.
El polvo de curry, eso que nosotros normalmente llamamos curry a secas, es básicamente un producto occidental que se popularizó en el siglo XVIII cuando los soldados y funcionarios del imperio británico de vuelta desde la India se traían las especias ya preparadas para hacer curry. Es un formato comodísimo, pero si somos muy aficionados a este tipo de platos podemos preparar nuestra propia combinación de especias mezclando en el mortero las especias que nos gusten y en la proporción que nos guste.
Este curry de pollo está preparado únicamente con pechuga. Es muy práctico al no tener hueso (especialmente si las hago para llevar en el tupper al trabajo), pero se puede preparar con cualquier otra parte del pollos, como los contramuslos, o perfectamente con un pollo competo troceado, como hago habitualmente con otros guisos. La misma receta nos puede servir para otras carnes, no sólo pollo. Queda muy bien también con de cerdo.
Para acompañar este curry de pollo nada mejor que un arroz blanco. Me gusta emplear arroz basmati. Mejor dicho, el que se encuentra en el super etiquetado como basmati, porque el basmati de verdad es bastante más caro. Es más aromático que el arroz redondo que empleamos habitualmente para paellas y queda más suelto y con mejor textura cuando se prepara simplemente cocido. El de grano largo resulta también muy adecuado para este uso. En caso de disponer sólo de arroz redondo puede emplearse también sin problemas.
Además del arroz es buena idea preparar una buena barra de pan, para poder untar bien toda la salsa.
En la receta se añade leche de coco para la salsa. Es fácil de encontrar en cualquier supermercado un poco grande, pero si no tenéis o no os apetece usarla se puede sustituir por nata de cocina o incluso por un buen caldo de pollo.
La cantidad de polvo de curry a usar depende de lo fuerte que nos guste. Con dos cucharaditas colmadas queda sabroso pero no muy fuerte. Con tres ya queda más contundente. Si os gusta todavía más picante se pueden añadir un par de guindillas mientras se caliente el aceite, que retiraremos antes de triturar la salsa.
- 4 personas.
- 2 pechugas de pollo enteras (unos 800 gramos).
- Una cebolla mediana.
- Un tomate.
- 3 dientes de ajo.
- 250 ml. de leche de coco. Si no tienes se puede sustituir por nata de cocinar.
- 2-3 cucharaditas de polvo de curry, según nos guste de fuerte.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal y pimienta negra molida.
- 300 gramos de arroz, preferiblemente Basmati o largo.
Eliminar los restos de grasa que puedan tener las pechugas y cortarlas en cubos de unos 2 cm. de lado. No es necesario que sean muy regulares.
Salpimentar los datos de pechuga. Tened en cuenta que muchos curries ya llevan pimienta.
Picar la cebolla. Si no vamos a pasar la salsa por la batidora partirla en cuadritos pequeños. Si la vamos a triturar no importa que los trozos sean un poco más irregulares.
Pelar los ajos y partirlos en trocitos pequeños.
Pelar el tomate y partirlos en trozos pequeños.
Poner al fuego una cazuela baja con el fondo cubierto de aceite de oliva.
Cuando el aceite se caliente añadir los trozos de pollos y cocinar hasta que se doren. Sacarlos a un plato.
Poner la cebolla en el mismo aceite y bajar el fuego. Añadir el ajo un par de minutos después.
Cocinar la cebolla hasta que se ponga transparente, unos 6-8 minutos.
Añadir el tomate y seguir cocinando el sofrito hasta que el tomate se vea hecho.
Incorporar a la cazuela el agua de coco y el curry.
Pasar la salsa por la batidora si gusta que quede con una textura muy lisa y sin tropezones. Volver a poner la salsa triturada en la cazuela.
Incorporar de nuevo el pollo. Añadir un poco de agua para que quede bastante cubierto. Los curries son platos con bastante salsa.
Cocer a fuego suave durante 35 minutos.
Poner al fuego una cazuela con agua en abundancia para cocer el arroz.
Cuando hierba a borbotones incorporar el arroz.
Cocer durante 15 minutos. Si es basmati cocerlo a fuego suave.
Escurrir bien el arroz para eliminar todo el agua.
Se puede servir el arroz simplemente en montoncitos al lado de la salsa, pero queda muy fino si se le da forma de flan y además es superfácil.
Untar una taza de desayuno o una flanera con una gota de aceite.
Rellenarla con la cuarta parte del arroz cocido. Aplastar un poco con el dorso de la cuchara .
Volcar la taza sobre un plato de servir, colocándolo en un lado, de modo que nos quede el centro libre para poner el pollo.
Repetir el proceso para formar otros 3 flanes de arroz.
Repartir el pollo en los 4 platos en los que hemos puesto el arroz y cubrir bien con la salsa.
Servir caliente.
Qué buenooo!! He descubierto tu blog y me gusta mucho, así que me quedo un ratito por aquí....
ResponderEliminarTengo una duda, en los ingredientes pones leche de coco y en la descripción pones agua de coco. Entiendo que es leche de coco ;-)