Las leches vegetales son una opción perfecta cuando cuando por algún motivo no podemos tomar leche de vaca. O simplemente si no deseamos consumir productos animales, no nos gusta o deseamos tomar algo más ligero. Tenemos a nuestra disposición una amplia variedad de leches vegetales elaboradas con diversos frutos secos (la clásica de almendras u otras menos habituales con avellanas o nueces), legumbres (soja) o cereales como la avena y el arroz. En casa podemos elaborar fácilmente muchas de estas variedades con un resultado fantástioc, obteniendo leches vegetales de gran calidad con mucho menos azúcar añadido, más producto principal y con un precio mucho más reducido. Hoy os traigo una de mis preferidas, la leche de avena.
La avena es un cereal con unas cualidades muy beneficiosas, ya que contiene abundantes vitaminas y minerales, mucha fibra y glúcidos de digestión más lenta que los del trigo. En España tradicionalmente no ha sido nunca uno de los cereales más populares, pero es fácil encontrarlo en herbolarios y en cualquier supermercado un poco grande. Puede consumirse crudo, por ejemplo añadiéndole leche o yogur, como a los cereales de desayuno, o cocido, como en el clásico podridge británico o en multitud de bizcochos, panes y galletas de los que forma parte.
Para preparar nuestra bebida de avena necesitamos cuatro ingredientes, además del agua, claro:
- Avena
- La avena es lógicamente el ingrediente principal de la leche de avena. Tenemos disponibles dos variedades distintas de avena. En la primera de las variedades los granos de avena están enteros, en su forma natural. A esta variedad los angloparlantes la denominan old style, al viejo estilo, ya que es la forma en la que tradicionalmente se han presentado los copos de avena. En el segundo tipo los copos de avena están un poco más triturados. En inglés se denominan quick, rápida, porque al estar partida tarda menos en cocerse. En España muchas veces está etiquetada como suave. A mí me gusta más la variedad clásica, pero para la leche de avena podrían emplearse indistintamente cualquiera de las dos variedades.
- Sal
- La sal intensifica el sabor de la avena, por lo que salvo que tengamos problemas de hipertensión es recomendable añadir un pellizco de sal a la leche de avena.
- Algo para endulzar
- Si queremos endulzar un poco la leche de avena tenemos varias posibilidades. La opción más habitual es añadir una cucharada de azúcar o miel aunque también podemos emplear una opción un pelín más exótica añadiendo en su lugar algunas frutas desecadas. Con 4 o 5 dátiles queda perfecto. Al tener tanta azúcar cumplen perfectamente con la función de endulzar la bebida y añaden un matiz muy agradable.
- Canela, vainilla, ... para dar más sabor
- Por último también podemos añadir algún elemento que añada más matices al sabor. Una puntita de extracto de vainilla o un poco de canela en rama nos servirán perfectamene. En el caso de la canela bastará con triturar junto con la avena un trocito de alrededor de un centrímetro. No os preocupeis por los restos del palito de canela, desaparecerán al filtrar el líquido.
Las leche vegetales se conservan perfectamente 2 o 3 días en el frigorífico, en una botella cerrada. Al reposar parte del producto sólido se precipita al fondo de la botella. Basta agitar bien la botella antes de beberlo para que vuelva a recuperar su aspecto original.
- Un litro de leche de avena.
- 100 gramos de copos de avena.
- 1 litro de agua.
- Un trocito de palito de canela de 1 cm. de longitud.
- Un pellizco de sal.
- Una cucharada de azúcar, de miel o un par de dátiles (opcional).
Poner los copos de avena en un recipiente y añadir agua suficiente de modo que los cubra y llegue un par de dedos por encima de los copos. Dejar reposar toda la noche para que se hidraten bien. En verano si hace mucho calor pongo el recipiente en la nevera, en otro caso lo dejo en la encimera a temperatura ambiente.
Escurrir bien los copos de avena para eliminar el agua del remojo y ponerlos en un recipiente para triturarlos, teniendo en cuenta que vamos a añadir un litro de agua.
Añadir el litro de agua (se puede añadir primero sólo parte del agua para triturar e ir añadiendo el resto poco a poco), un pellizo de sal, el palito de canela y el ingrediente que empleemos para endulzar.
Triturar bien hasta que quede reducido a una papilla.
Pasar el líquido obtenido a otro recipiente a través de un colador fino sobre el que habremos puesto una estameña o tela fina.
Repetir el filtrado 2 o 3 veces más para eliminar la mayor cantidad de residuos posibles.
El residuo sólido que obtenemos se denomina okara y puede emplearse en la elaboración de otras recetas, como galletas y bizcochos. Estrictamene hablando okara sería el residuo que queda al elaborar la leche de soja, pero por extensión se usa el mismo término para otras leches vegetales.
Poner el líquido resultante en una botella y guardar en la nevera hasta el momento de servir.
Me gusta mucho como introduces las recetas,los comentarios tuyos y tu estilo,no es sólo las fórmulas y además muy bien explicadas y buenas sin florituras
ResponderEliminarGracias
Excelente receta, perfecta para las personas intolerantes a la lactosa.
ResponderEliminar