Esta mousse de yogur es un postre muy sencillo de preparar. Es además muy suave y ligero, por lo que es un postre muy adecuado para servir después de una comida copiosa. Para alegrar la presentación de la mousse me gusta servirla con alguna salsa de frutas que tenga un color intenso. Como estamos en plena temporada de fresas en esta ocasión he empleado un coulis de fresas para cubrir las mousses.
Podemos sustituir las fresas por otras frutas para adaptarlo a nuestras preferencias o a las frutas disponibles en la temporada: kiwi, mago, etc., preferiblemente frutas con un color intenso que contraste con el blanco de la mousse. A mí me gusta que la salsa sea bastante líquida, como el coulis. Así al ir comiendo la mousse va cayendo el coulis y siempre cogemos fruta junto con la mousse. Si preferimos que la capa de frutas no fluya podemos añadir gelatina o agar-agar al puré de frutas de modo que se solidifique en la nevera. Hay que tener en cuenta en este caso que las frutas tropicales como el kiwi o el mango no permiten que la gelatina cuaje, por lo que con ellas habría que usar agar-agar.
He servido la mousse en copas de helado. Salen 4 raciones generosas, aunque es un postre ligero y no cansa comerlo. Si lo vamos a servir después de una comida copiosa podemos dividirlo en 6 o incluso 8 raciones más pequeñas. Yo suelo guardar los tarritos de yogur de cristal para servir raciones pequeñas de postres de cucharas. Quedan monos y como se llenan completamente no da la sensación de que hayamos sido rácanos con la cantidad de postre.
La mousse lleva un poco de gelatina para estabilizar la nata. Así evitamos que pierda volumen según pasan las horas y se puede preparar el postre con varias horas de antelación o incluso el día de antes y dejarlo en la nevera bien tapado hasta la hora de servir sin que pierda si textura esponjosa. Esto resulta muy cómo para no tener que preocuparnos del postre a última hora. Si vamos a servirlo recién hecho podemos prescindir de la gelatina y de la leche que se emplea para disolverla.
- 4 personas.
- 4 yogures naturales (500 gramos de yogur).
- 200 ml de nata de montar (mínimo 35% de materia grasa).
- 120 gramos de azúcar.
- 2 hojas de gelatina neutra.
- 50 ml. de leche.
- 150 gramos de fresas.
- 75 gramos de azúcar.
- 75 ml. de agua.
Meter la nata a la nevera unas horas antes de preparar la mousse. Cuanto más fría esté mejor se montará.
Poner las hojas de gelatina en remojo en agua fría para que se hidraten. Necesitarán al menos 5 minutos para ablandarse.
Poner en un bol los yogures junto con la mitad del azúcar (60 gramos). Batir bien hasta que esté muy cremoso.
Calentar la leche (para esta cantidad con unos pocos segundos en el micro es suficiente). Estrujar la gelatina con el puño para eliminar el exceso de agua y añadirla a la leche caliente. Remover bien para que se disuelva completamente.
Añadir la leche con la gelatina al yogur batido y remover para mezclarlo homogéneamente.
Poner la nata en un bol y añadir el resto del azúcar (60 gramos). Montar la nata con ayuda de unas varillas manuales o eléctircas hasta que esté bien firme.
Añadir el yogur batido a la nata y mezclar con movimientos envolventes y sin batir para evitar que se baje la nata.
Repartir en los recipientes en los que vayamos a servir la mousse. En copas grandes de helado como las de la foto salen cuatro raciones generosas, pero para servirlo después de una comida copiosa podemos repartirla en 6 o 8 raciones más pequeñas.
Poner las mousses en la nevera al menos un par de horas antes de servir para que cuaje un poco la gelatina.
Para preparar el coulis de fresas poner en un cazo al fuego al azúcar y el agua. Dejar cocer a fuego medio durante unos 10 minutos hasta que se forme un almíbar.
Mientras tanto lavar las fresa, eliminar el pedúnculo y ponerlas en el vaso de la batidora partidas por la mitad (o en cuartos si son grandes).
Echar el almíbar sobre las fresas cortadas y dejar reposar 5 minutos.
Triturar con la batidora hasta obtener un puré fino. Pasar por un colador si se quiere para eliminar los cuquitos (el coulis queda también genial si no se quitan) y guardar en la nevera en un tarro bien cerrado hasta el momento de servir.
En el momento de servir añadir una capa de coulis sobre cada mousse. A mí me gusta que sea bastante generosa. Si nos sobre algo de coulis lo podemos sacar a la mesa en una salsera para que quien quiera se sirva más.
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