Huevos encapotados

Los huevos encapotados o huevos a la villeroy se preparan envolviendo en bechamel unos huevos fritos que posteriormente se empanan y fríen. Un plato principal muy rico, con un empanado crujiente y una capa de cremosa bechamel que esconden en su interior un delicioso corazón de yema líquida.

Los huevos encapotados (o huevos saturados de bechamel que dice Tía Alia) son la receta elegida para el reto salado de Tía Alia de este mes de febrero.

Preparados con un huevo de gallina los huevos encapotados tienen un tamaño generoso, sobre todo si como hago yo se recubren de una espesa capa de bechamel (me apasiona la bechamel) y son por sí solos un buen plato principal. Acompañados de una ensalada pueden constituir perfectamente un plato único para una comida o una cena informales.

Si queremos hacerlos de menor tamaño para servir por ejemplo de aperitivo pueden prepararse empleando unos diminutos huevos de codorniz, que se encuentran fácilmente en la mayoría de los supermercados.

Ingredientes

• 4 personas.

• 75 gramos de mantequilla para la bechamel.
• 75 gramos de harina para la bechamel.
• 750 ml. de leche para la bechamel.
• Sal, pimienta negra y nuez moscada.
• 4 huevos.
• Harina.
• 1 huevo para rebozar.
• Pan rallado.
• Aceite de oliva virgen extra para freír.

Preparación

En primer lugar vamos a preparar la bechamel.

Poner al fuego una sartén con la mantequilla.

Cuando se funda añadir la harina. Remover bien con una cuchara de madera o unas varillas para mezclarla con la mantequilla. Dejar que se haga durante un par de minutos sin que tome color.

Añadir la leche poco a poco sin dejar de remover para evitar que se formen grumos.

Una vez que hayamos añadido toda la leche poner sal, pimienta y nuez moscada al gusto. Dejar cocer unos 10 minutos a fuego muy suave, removiendo con frecuencia para que se nos quede muy lisa y sin grumos.

Poner sobre la encimera una lámina de papel del horno. Podemos colocarlo sobre una bandeja, que nos facilitará trasladar más tarde los huevos.

Formar sobre el papel de horno 4 círculos de masa bechamel, un poco más grandes que el tamaño de los huevos fritos.

Dejar que se enfríe un poco antes de poner los huevos.

A continuación vamos a freír los huevos.

Poner al fuego una sartén con aceite en abundancia. Cuando esté caliente vamos friendo los cuatro huevos de uno en uno, procurando que la yema quede líquida, ya que una de las cosas más atractivas de este plato es que al abrirlo aparezca la yema sin cuajar. Para evitar cuajar la yema procuraremos no echar demasiado aceite caliente sobre ella con la espumadera. Es conveniente que los huevos sean muy frescos, ya que cuanto más fresco es un huevo más recogidito se queda en la sartén al freirlo y en este caso nos interesa que no se desparramen mucho. Yo en vez de cascarlos directamente en la sartén los rompo en una tacita de té y luego los pongo con cuidado en la sartén.

Según vamos sacando los huevos de la sartén los escurrimos bien y los colocamos sobre los círculos de bechamel. Si algún huevo se sale un poco ponemos un poco más de bechamel bajo él. Si el huevo se nos ha desparramado mucho en la sartén podemos recortar un poquito los bordes de la clara (yo pongo los recortes sobre el resto de la clara).

Una vez que tenemos los cuatro huevos sobre las bases repartimos el resto de bechamel sobre los huevos, de modo que el huevo frito quede bien encerrado en la bechamel.

Poner un rato en la nevera los montones de bechamel. A la hora de freírlos se manejarán mucho mejor si están bien fríos, ya que la bechamel es más consistente.

Para empanar los huevos encapotados poner sobre la encimera un plato con harina, otro con pan rallado y un tercer plato con el huevo restante batido.

Poner al fuego una sartén con aceite suficiente para freír los huevos encapotados. Yo los he hecho de uno en uno, así con la sartén freír los huevos (es de 18 cm.) ha sido suficiente.

Sacar los huevos de la nevera. Con cuidado cogemos cada huevo y lo pasamos primero por harina, a continuación por el huevo batido y por último por el pan rallado, procurando que quede bien cubierto.

Con cuidado poner el huevo en la sartén con el aceite bien caliente. Dejar que se haga hasta que esté bien doradito. Al primero le he dado la vuelta empleando dos espumaderas para que se dorara por los dos lados, pero al resto simplemente les he ido echando aceite caliente por encima con la espumadera, sin darles la vuelta, y se han quedado igual de bien. Como el huevo del interior ya está cocinado no necesitan freírse durante mucho rato, sólo lo necesario para dorarse y que la behamel se vuelva a poner cremosa después del reposo en la nevera.

Una vez que estén bien dorados sacar el huevo de la sartén y colocarlos sobre los platos de servir.

Al cortarlos derramarán su corazón de yema líquida.