La alcachofa es mi verdura preferida, como creo que queda claro por las numerosas recetas con alcachofas que hay en el blog. Me parecen una delicia. Para mí una de las pocas cosas positivas del inviernos es que la alcachofa fresca llegue a las fruterías.
Esta receta es sin duda la más sencilla que podemos preparar con alcachofas, basta meterlas al horno y esperar a que se hagan.
A mí me gusta asarlas enteras, sin cortar las puntas, que siempre son duras y no se comen. Luego a la hora de comer vamos separado con los dedos las hojas una a una y mordisqueando la parte inferior que está blandita, desechando las puntas duras. Al llegar al centro todo el corazón está blandito. A mí me parece una forma muy simpática de comer las alcachofas, pero claro, a mí me gusta chuperretear las hojas para sacarles todo el jugo. Si nos resulta más cómodo se pueden cortar las puntas antes de hornear y así hay que retirar muchas menos hojas al comer.
Las alcachofas están muy buenas simplemente como salen del horno, pero si nos parece que quedan muy sosas se pueden aliñar con un chorrito de aceite o con una vinagreta, que podemos poner por encima o servir aparte para ir mojando las hojas.
- 4 ó 6 alcachofas frescas.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal y pimienta negra.
Eliminar el tallo de las alcachofas con un cuchillo. Procurar dejar la base recta para que las alcachofas se sujeten de pie en la fuente. Si se quiere se pueden cortar también las puntas con un cuchillo, pero a mí me gusta dejarlas enteras.
Lavar las alcachofas bajo el grifo y secarlas.
Poner un chorro de aceite en una fuente de horno.
Colocar las alcachofas de pie en la fuente.
Rociar las alcachofas con un chorrito de aceite. Yo lo que suelo hacer es pintarlas con ayuda de un pincel de silicona con el aceite de la bandeja. Así quedan bien cubiertas sin necesidad de usar mucho aceite. Salpimentar al gusto.
Meter la fuente en la parte central del horno precalentado a 180 grados con calor arriba y abajo.
Hornear durante 50 minutos minutos hasta que al pinchar en la base con un palillo este entre con facilidad.
Para servirlas se pueden comer tal y como salen del horno o rociarlas con un chorrito de aceite una vez puestas en los platos. También quedan muy bien con una vinagreta en la que podemos ir mojando las hojas según las separamos.
Para comerlas vamos separando las hojas con los dedos y vamos comiendo la parte que estaba unida a la alcachofa, que estará tierna, hasta llegar al corazón, que se come entero.
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