Espinacas a la crema - Espinacas con bechamel

Las espinacas no suelen ser una de las verduras más populares, pero preparada de esta forma a la crema, con bechamel, están buenísimas. Si además les ponemos un poco de queso por encima y gratinamos unos minutos en el horno tendremos un plato riquísimo al que no podrán resistirse ni los menos amantes de las verduras.

Esta receta de espinacas a la crema puede usarse como base para preparar unas croquetas de espinacas. Bastaría con poner la masa en una fuente más bien plana y dejarla unas horas en la nevera hasta que se asiente. Luego se formarían las croquetas, se pasan por harina, huevo y pan rallado y se fríen en abundante aceite caliente.

Para preparar recetas con espinacas me gusta emplear las espinacas frescas que vendan en bolsas junto a las ensaladas. Me parecen más sabrosas que las congeladas y me gusta más su textura, tierna pero más consistente. Además son tan tiernas que en la mayoría de las recetas no es necesario cocerlas previamente, basta con rehogarlas hasta que pierden todo el agua, lo que nos ahorrará tiempo y esfuerzo. Yo de hecho incluso las empleo crudas para añadirla a alguna ensalada.

Ingredientes

• 4 personas.

• 500 gramos de espinacas. A mí me gusta más usar las frescas que venden en bolsas junto a las ensaladas, pero se pueden emplear congeladas.
• 60 ml. de aceite de oliva virgen extra.
• 50 gramos de harina.
• 500 ml. de leche.
• Sal, pimienta y nuez moscada.

Preparación

Si las espinacas son frescas yo no suelo cocerlas. Las rehogo un poquito más y con eso quedan perfectamente cocidas. Me gusta más como queda la textura. Queda más entera pero muy tierna y menos acuosa, ya que al cocerlas siempre queda algo de agua entre las hojas por muy bien que se escurran. Si son congeladas o si simplemente nos gusta más cocerlas aunque sean frescas el primer paso sería cocer las espinacas durante 10 minutos en agua hirviendo. Escurrirlas muy bien para eliminar toda el agua acumulada entre las hojas.

Poner el aceite a calentar en una sartén amplia.

Añadir las espinacas y rehogarlas bien. Si son frescas y están crudas al principio se forma un buen montón de espinacas sobre la sartén que parece que no va a caber de ninguna manera, pero al entrar en contacto con el calor las espinacas pierden rápidamente el agua que contienen, reduciendo muchísimo su volumen en un momento.

Dar vueltas constantemente con una cuchara de madera para que se hagan por igual. En el caso de las espinacas frescas rehogarlas hasta que hayan pasado todas a tener un color verde oscuro que indica que están bien cocinadas.

Espolvorear la harina sobre las espinacas. Remover bien con una cuchara de madera para que la harina se impregne en el aceite. Cocinar durante un par de minutos para que se fría bien la harina, pero sin tomar color, exactamente igual que cuando se comienza a preparar el roux de una bechamel.

Añadir poco a poco la leche, removiendo constantemente con una cuchara de madera para que no haga grumos.

Añadir sal, pimienta negra molida y nuez moscada al gusto.

Dejar cocer a fuego suave durante unos 10 minutos. Espesará poco a poco.

Repartir en 4 platos hondos o fuentecitas individuales.

Queda muy bien si se espolvorea con queso rallado y se gratina unos minutos con el grill. En este caso se reparte en fuentes que puedan ir al horno o se puede poner todo en una única fuente de horno y repartirlo después de gratinarlo.