El lemon curd es una crema dulce originada en Inglaterra. Es una crema espesa y suave, aterciopelada, dulce pero con el punto ácido del limón. Es una especie de crema inglesa o crema pastelera hecha con limón en vez de con leche. Como en el caso de la crema inglesa o la crema pastelera al ponerla al fuego los huevos ayudan a cuajar la crema, de ahí su nombre, que podría traducirse algo así como cuajado de limón o limón cuajado (curd significa cuajar).
Originalmente se usaba para extenderla sobre los scones, pero resulta perfecta para untar todo tipo de tostadas y bollos y como relleno de tartas y pasteles.
La pasada Semana Santa unos amigos de mi padre que tienen un limonero en el jardín le regalaron unos limones. Enormes (alguno tenía tamaño de naranja), rugosos, desiguales, nada que ver con los del supermercado.
Cuando los vi lo primero que se me pasó por la cabeza fue el lemon curd. Lo que tenía claro es que quería aprovecharlos completos. No quería meterlos en la nevera para irlos usando cuando los necesitara y encontrarme un día con que se habían estropeado.
Como los limones no han sido tratadas estoy secando las cáscaras de los que no usé en el lemond curd para tenerla siempre a mano cuando necesite ralladura de limón. Más adelante publicaré la forma de hacerlo.
El lemon curd es muy sencillo de preparar, con ingredientes que normalmente tenemos en casa.
- El zumo y la ralladura de 4 limones (unos 200 ml. de zumo).
- 200 gramos de azúcar.
- 100 gramos de mantequilla.
- 3 huevos enteros más una yema.
Vamos a preparar el lemon curd al baño María. Tarda un poquito más a hacerse pero al cuajarse de forma más lenta la textura es más suave. Comenzamos poniendo al fuego una cazuela llena de agua hasta la mitad. Dentro de esta cazuela tendremos que poner el recipiente con los ingredientes del lemon curd para cocinarlo al baño María.
Ponemos en un cazo el zumo de los cuatro limones, la ralladura de los mismo (hay que tener cuidado de poner sólo la parte amarilla sin coger nada de lo blanco, ya que amarga), el azúcar y la mantequilla cortada en trozos. Este cazo tendrá que caber dentro del recipiente con agua que hemos puesto al fuego.
Cuando comience a hervir el agua del recipiente que hemos puesto a calentar bajamos el fuego para que hierva muy suavemente. Ponemos la cazuela con los ingredientes dentro de la cazuela con agua y esperamos a que se derrita la mantequilla removiendo un poco para que se disuelva el azúcar. El agua de la cazuela tiene que hervir muy suavemente y no debería llegar más arriba de la mitad de cazo para evitar que salpique y se meta agua en la crema.
Mientras se derrite la mantequilla batimos ligeramente los huevos y la yema.
Una vez que la mantequilla se ha derretido añadimos la mezcla de huevos al cazo.
Inmediatamente comenzamos a remover el lemon curd con unas varillas para evitar que el huevo se cuaje de forma poco uniforme. Continuamos removiendo la mezcla mientras va espesando. Necesitaremos unos 10 minutos al fuego. Cuando adquiera la consistencia de unas natillas espesas lo retiramos del fuego. Hay que tener en cuenta que al enfriarse espesará un poco más, por lo que es conveniente retirarlo del fuego un poco antes de que alcance la consistencia requerida.
Si vamos a emplearlo como relleno de algún postre dejamos que se enfríe antes de usarlo. Si lo vamos a emplear para extender sobre tostadas y bollos lo ponemos inmediatamente en frascos limpios que cierren herméticamente para guardarlo en la nevera. Con esta cantidad han salido dos tarros de mermelada llenos.
Si queremos que se conserve más tiempo podemos esterilizar los tarros uando la olla a presión.
El lemon curd tiene este atractivo color amarillo.
Ahora ya sólo nos queda disfrutarlo sobre unas ricas tostadas.
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