Patatas Hasselback

Las patatas hasselback son una forma muy original y vistosa de cocinar unas patatas asadas para emplearlas de guarnición en platos de carne y pescado. Las patatas se cortan en rodajas finas pero sin llegar a separarlas del todo de la patata, de modo que quede toda unida como si fuera un acordeón o un libro. Después se rellenan los cortes cómo más nos guste.

Comenzaron a servirse en el restaurante del hotel Hasselback, en Estocolmo, donde se hicieron muy populares. Las originales se rellenan con queso y pan rallado, aunque podemos variarlas a nuestro gusto, rellenándolas como más nos apetezca en cada momento o mejor combine con el plato que vamos a servir.

Las he rellenado con un sencillo majado de ajo y perejil, que les da muy buen sabor y combina muy bien con carnes a la plancha o asadas.

La primera vez que ves las patatas Hasselback llaman la atención por su sorprendente forma de acordeón. Piensas ¡Ohh, quué bonitas" y te da la sensación de que debe ser complicado cortarlas para que queden con esa forma tan peculiar, pero nada más lejos de la realidad. Lo mejor de estas patatas es que son sencillísimas de hacer. Lo tienen todo para ser una guarnición perfecta: están muy buenas, como podemos cambiar lo que ponemos en los cortes combinan con todo, son muy sencillas de hacer y además tienen una presentación muy vistosa. Quedan realmente bonitas en la mesa. ¿qué más podemos pedir?

Ingredientes

• 4 patatas de tamaño mediano y que tengan una forma redondeada y bonita.
• 3 dientes de ajo.
• Perejil picado.
• Aceite de oliva virgen extra.
• Sal y pimienta negra molida.

Preparación

Lavar bien las patatas para eliminar todos los restos de tierra, ya que las vamos a cocinar con piel.

Hay que cortar cada patata en rodajas de unos 3 milímetros pero sin llegar al final, de forma que quede toda la patata unida como si fuera una especie de acordeón.

La forma más fácil de laminar la patata es poner sobre la tabla algún tipo de tope que nos impida cortarla hasta el final.

Una posibilidad es insertar una brocheta de extremo a extremo, cerca de la piel. Una vez cortada la patata sacamos la brocheta.

Otra forma muy fácil de hacerlo, a mí es la que más me gusta, es poner a los dos lados de la patata algún objeto de poca altura que haga tope para no cortar hasta el final. Se puedeb usar los mangos de dos cuchillos de mesa con poca altura puestos a los los lados de las patatas, aunque a mi lo que más cómodo me resulta es emplear las pinzas de cocina abiertas, colocando la patata entre los dos brazos. Me parece una solución fantástica. Con la pinza se mantiene todo en su sitio y no corremos el peligro de que se nos muevan los topes. Es muy cómodo para partir. Quedaría como se ve en la foto.

Si empleamos patatitas pequeñas (en este caso necesitaremos varias por persona) también es muy cómodo si se ponen sobre una cuchara sopera para partirlas. El borde de la cuchara impedirá que la cortemos hasta el final.

Cortar la patata en rodajas de unos 3 milímetros de ancho hasta que lleguemos a los topes. Los topes nos impedirán cortar hasta el final la patata y de esta forma todas las láminas quedarán unidas, tal y como se ve en la imagen de la patata cortada.

Lavar de nuevo las patatas una vez cortadas. Así se eliminará algo de almidón y se separarán mejor las rodajas.

Poner un chorro de aceite en la fuente en la que vamos a asar las patatas.

Colocar las patatas en la fuente. Untar la superficie con un poco de aceite y salpimentarlas.

Poner la fuente en el horno precalentado a 190 C.

Las patatas se hornean de 50 minutos a una hora, regándolas de vez en cuando con el aceite de la bandeja.

Majar en el mortero los dientes de ajo y perejil junto con un poco de sal para que no salte. Añadir dos cucharadas de aceite de oliva y mezclar bien.

Cuando falten 15 minutos para acabar el tiempo de horneado de las patatas distribuir la majada sobre las patatas, procurando que entre en todos los cortes y que todas las rodajas queden bien untadas.

Continuar horneando hasta que estén bien hechas.

Servir las patatas regadas con el resto de la salsa de la fuente.