Los miguelitos o miguelitos de La Roda son unos pastelitos cuadrados de hojaldre relleno de crema pastelera y cubiertos de azúcar glass, típicos de La Roda, en Albacete, un bocado delicioso del que podremos preparar fácilmente una versión casera.
Los miguelitos fueron creados a principios de los años 60 por Manuel Blanco López. La versión que se ha hecho famosa fue creada poco después por Roque Andrés Navarro, cuya familia continúa vendiendo los miguelitos en la popular confitería la Moderna, en el citado pueblo de La Roda. Al aumentar la popularidad de los miguelitos se han creado nuevas versiones con distintos rellenos e incluso cubiertas de chocolate, pero sin duda la original rellena de crema pastelera sigue siendo la más exitosa.
Los miguelitos son rectángulos de hojaldre rellenos de crema pastelera que se pintan con un almíbar ligero y se decoran con azúcar glass. Una combinación, hojaldre y crema pastelera, muy habitual en repostería, porque lo cierto es que es una combinación infalible que funciona de maravilla. Con un hojaldre casero es un auténtico lujo, pero con un buen hojaldre comprado queda también muy apañado con un esfuerzo mínimo.
Para preparar los miguelitos el hojaldre se corta en cuadrados. Con una plancha de hojaldre rectangular, que suele tener uno 30 centímetros de lado, salen 16 piezas de unos 7,5 centímetros de lado, que es un tamaño muy apropiado para un bocado para acompañar el café.
Los cuadrados de hojaldre se hornean hasta que se hinchan y quedan doraditos. Una vez que se enfrían se abren por la mitad como si fueran un panecillo. No se apilan varias capas de hojaldre entre las que se coloca la crema pastelera, como en el caso de los milhojas, sino que están formados por una sola capa de hojaldre que se abre. Con un cuchillo de sierra de los de cortar pan se abren fenomenal.
El segundo componente fundamental de los miguelitos es la crema pastelera, un básico de la cocina que forma parte de numerosas recetas de repostería. Para este receta he aromatizado la crema pastelera con cáscara de limón y un palito de canela, pero se puede aromatizar también con vainilla, yo habitualmente tengo azúcar vainllado casero y es comodísimo para aromatizar todos los postres.
Para rellenar los miguelitos la crema pastelera tiene que estar fría, si la empleamos caliente se humedecen rápidamente. Yo prefiero prepararla el día anterior, así tiene tiempo de enfriarse completamente.
Los miguelitos caseros recién preparados estás de lujo, pero al llevar crema según pasa el rato se van humedeciendo y pierden un poco el crujiente, aunque siguen estando ricos. Yo recomiendo rellenarlos poco antes de servir. Si están horneados y abiertos y la crema pastelera lista se montan en un periquete.
- 16 miguelitos.
- Una plancha de hojaldre rectangular (30x30 centímetros).
- Medio litro de leche.
- 3 yemas de huevo.
- 40 gramos de almidón de maíz (maicena).
- 100 gramos de azúcar.
- Las cáscara de un limón.
- Un palito de canela.
- Una cucharada de miel.
- Azúcar glass para espolvorear.
En primer lugar vamos a preparar la crema pastelera. A mi me gusta prepararla el día anterior para que le dé tiempo a enfriarse bien y asentarse.
Reservar un vasito de leche más o menos y poner el resto a hervir en un cazo junto con la cáscara de limón y el palito de canela.
Poner en un bol las yemas y el azúcar.
Batir bien.
Poner en otro recipiente la leche que hemos reservado y la maicena.
Remover hasta que la maicena se disuelva completamente y no quede grumos.
Añadir al primer bol con las yemas y el azúcar y mezclar bien hasta obtener una crema homogénea.
Cuando la leche comience a hervir apartar del fuego. Retirar la cáscara de limón y la canela.
Verter poco a poco la leche caliente sobre el tazón con las yemas, removiendo constantemente para evitar que se cuajen.
No hace falta verte toda la leche, con añadir algo más de la mitad es suficiente.
Volcar el contenido del bol con las yemas y la leche de nuevo en el cazo y volver a poner al fuego.
Remover sin cesar con unas varillas o una cuchara de madera hasta que espese.
Hay que remover constantemente y no dejarlo que llegue a hervir (es más fácil si lo hacemos a fuego medio) para evitar que se formen grumos. Si a pesar de todo se forman grumos lo apartamos del fuego y batimos enérgicamente con las varillas hasta que desaparezcan (si no funciona siempre podemos usar la batidora).
Cuando espese apartar del fuego y verter en un bol limpio.
Cubrir con film de cocina que colocaremos en contacto con la crema para evitar que se forme una película más gruesa en la superficie.
Cuando se enfríe un poco ponerla en la nevera hasta la hora de usarla.
Extender el hojaldre sobre la encimera, sobre una hoja de papel antiadherente. Sirve la que normalmente envuelve el hojaldre.
Dividir el hojaldre en 16 cuadrados (4 filas de 4 cuadrados). Mi plancha tiene unos 30 centímetros por lo que cada cuadrado tiene unos siete centímetros y medio de lado.
Con cuidado de no deformarlos mover los cuadrados de hojaldre para separarlos un poco y evitar que se peguen en el horno.
Colocar el papel con los cuadritos de hojaldre sobre una bandeja de horno.
Precalentar el horno a 200 grados.
Colocar la bandeja con el hojaldre en la parte central.
Hornear durante unos 25 minutos, hasta que hayan subido y empiecen a dorarse.
Sacar la bandeja del horno y dejar enfriar sobre una rejilla.
Cuando se enfríen abrir los cuadrados de hojaldre por la mitad, como si se tratara de un panecillo. Se hace muy bien con el cuchillo de sierra.
Sacar la crema pastelera de la nevera y removerla bien.
Para rellenar los miguelitos se puede poner la crema pastelera en una manga pastelera con una boquilla un poco ancha o se puede hacer simplemente poniendo cucharadas de crema.
Poner una porción de crema pastelera en la parte inferior de cada miguelito.
Tapar con la parte superior, como si se tratara de un bocadillo.
Calentar la miel con un poquito de agua (una cucharada o así) y remover bien para que se disuelva completamente.
Pintar la superficie de cada miguelito con la miel diluida.
Cuando se seque la miel espolvorear con azúcar glass en abundancia.
Pasar los miguelitos con cuidado a una fuente de servir.
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