Esta lasaña de calabacín es un plato un pelín entretenido de preparar, pero está tan rico que merece la pena. Capas de calabacín horneado intercaladas con un jugoso relleno de carne picada con tomate y una capa de queso ricotta o requesón que se funden en el horno, coronado todo por una capa de queso crujiente y dorado. Una receta deliciosa que acompañada de una ensalada ligera será un plato único perfecto.
Esta lasaña de calabacín no es una lasaña en la que se cambia la pasta por calabacín o una moussaka preparada con calabacín en vez de berenjena, es una idea un poco distinta. Para mi se parece más a los calabacines a la parmesana, pero enriquecidos con una capa de carne.
En ese caso el calabacín será el ingrediente principal que empleemos para formar las capas de la lasaña y como en los casos anteriores intercalaremos entre ellas un jugoso relleno de carne picada. Pero en este caso además sobre la carne picada colocaremos una capa de ricotta (o de requesón, que será lo que encontremos con facilidad en el supermercado) que le dará un punto extra de jugosidad y sabor. Sobre la última capa, en vez de la habitual bechamel, salsa de tomate y queso, mucho queso, que formará una capa que se fundirá y dorará en el horno. Irresistible.
El calabacín es la base de esta receta. Se corta en tiras finas, de entre 3 y 5 milímetros. Podemos cortar rodajas o cortar tiras a lo largo del calabacín. Yo prefiero cortar tiras largas, es más fácil montar las capas y el conjunto queda más estable para hornearlo y partirlo. Con una mandolina se hace fenomenal, incluso cuando los calabacines no son demasiado rectos.
El calabacín es una verdura con un contenido en agua muy elevado, lo que la hace muy ligera, pero en platos como este en los que forma capas con otros alimentos y se cocina en el horno esa elevada cantidad de agua es un problema, porque en el horno soltará parte del agua y nos aguará un poco la receta. ¿Qué podemos hacer para evitarlo? Simplemente intentar que suelte todo el agua posible antes de emplearlo para montar la lasaña. Primeo vamos a espolvorear con un poco de sal el calabacín cortado y lo dejaremos reposar al menos media hora. Veremos que pasado ese tiempo el calabacín habrá soltado bastante agua, que retiraremos antes de usarlo. Después vamos a cocinar a medias el calabacín antes de montar la lasaña. Se podría hacer en una sartén, pero lo más cómodo y rápido es hacerlo en el horno. Simplemente las extendemos en una sola cada sobre una bandeja de horno cubierta con papel antiadherente y horneamos 15 minutos. Al sacarlo del horno veremos que el volumen del calabacín ha disminuido notablemente al evaporarse buena parte del agua que contiene.
La receta emplea entre tres cuartos y un kilo de calabacín. Parece mucho, pero en los dos procesos anteriores va a perder mucho agua y disminuye notablemente su volumen.
Entre las capas de calabacín se coloca un relleno de carne picada con una buena cantidad de salsa de tomate para que quede bien jugoso. Yo empleo habitualmente carne de ternera y cerdo mezcladas al 50%, pero podéis emplear la proporción de cada una que más os guste, o emplear perfectamente solo un tipo de carne. También puede emplearse sin problemas carne picada de pollo o pavo.
Sobre la carne picada se extiende una capa de ricotta, que puede sustituirse por requesón, que es similar y más sencillo de encontrar en el supermercado. Con el requesón la lasaña queda muy jugosa y muy rica. Hay varias alternativas al requesón, aunque todas ellas van a hacer que el plato sea más pesado. Una opción sería sustituirlo por mozarella partida en trocitos, queda muy bien pero debemos tener en cuenta que su contenido en grasa es bastante mayor que el del requesón. Otra opción es poner una capa de bechamel. Yo reconozco que intento resistirme a poner bechamel en esta lasaña para hacerla un poco diferente, pero alguna vez he sucumbido a la tentación de añadir una capa finita y queda también estupenda.
Sobre la última capa se coloca una generosa cantidad de queso que se fundirá y dorará en el horno. Podemos usar el que más nos guste, con la única condición de que funda bien. Habitualmente pongo trocitos de mozarella y espolvoreo con parmesano, pero otras veces lo cubro con una generosa capa de Emmental y queda también fantástica.
Una vez que hemos montado todas las capas de calabacín, carne y queso la lasaña se hornea hasta que la verdura está tierna y todos los sabores se fundan.
Terminaremos con unos minutos bajo el gratinador para obtener una superficie dorada y crujiente.
- 6 personas.
- 2 calabacines medianos (750 gramos - 1 kilo).
- 600 gramos de carne picada. Yo uso ternera y cerdo al 50%.
- 200-250 gramos de ricotta o requesón.
- Un huevo.
- 250 gramos de salsa de tomate.
- 100 ml. de vino blanco.
- Albahaca, preferiblemente fresca, pero sirve seca.
- Queso rallado: Mozarella, emmental, parmesano, ...
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
- Pimienta negra molida.
Partir el calabacín en láminas más bien finas, de entre 3 y 5 milímetros. Yo prefiero cortarlo a lo largo, para formar tiras largas, me parece más cómodo para montar la lasaña, pero puede cortarse también en rodajas. Se hace muy bien con una mandolina, si no con un cuchillo afilado y un poco de paciencia.
Salar ligeramente el calabacín por los dos lados, colocarlo en un plato y dejarlo reposar una media hora para que suelte parte del agua que contiene.
Mientras reposa el calabacín vamos a preparar el relleno de carne.
Poner al fuego una sartén amplia con el fondo cubierto de aceite.
Cuando se caliente añadir la carne. Poner sal y pimienta negra al gusto.
Cocinar hasta que veamos qué está cocinada por todos los lados, removiendo con frecuencia para que se haga por igual y rompiendo las pelotas de carne que se queden pegadas con el canto de la cuchara de madera.
Cuando la carne está casi cocinada añadir el vino blanco, subir el fuego y dejar hervir un par de minutos para que se evapore el alcohol.
Añadir unos 150-200 gramos de salsa de tomate y albahaca picada al gusto.
Cocinar 5 minutos más.
Apartar del fuego y dejar enfriar antes de usarla para montar la lasaña. Se podría usar caliente, pero a mi me parece más cómodo que esté fría.
Escurrir el agua que hayan soltado los calabacines.
Secar las rodajas con papel de cocina y colocarlas en una bandeja de horno cubierta con papel antiadherente.
Pincelar las tiras de calabacín con una gotita de aceite.
Precalentar el horno a 190 grados.
Colocar la bandeja con el calabacín en el horno, yo suelo colocarla un nivel por encima del central.
Hornear el calabacín durante 10 minutos, dar la vuelta a las láminas y hornear 5 minutos más.
Sacar del horno y reservar.
Batir en un bol el huevo como para tortilla.
Escurrir el requesón, desmenuzarlo y añadirlo al huevo.
Añadir albahaca picada al gusto.
Remover bien con un tenedor para que se mezcle todo bien.
Una vez que ya tenemos todos los componentes vamos a montar la lasaña.
Poner 3 o 4 cucharada de salsa de tomate en el fondo de la fuente en la que vamos a montar la lasaña y repartirlo por todo el fondo. No hacer falta poner una cantidad grande, lo suficiente para que el fondo quede cubierto y no se pegue el calabacín.
Poner una primera capa de tiras de calabacín horneadas. Como se ve en las fotos no llego a cubrir la fuente completa.
Colocar la mitad de la carne picada sobre el calabacín, distribuyéndola bien que que quede más o menos con la misma altura toda la capa.
Repartir la mitad de la mezcla de requesón con huevo sobre la carne.
Colocar una nueva capa de calabacín. Yo en esta capa mezclé tiras y rodajas.
Añadir la otra mitad de la carne sobre la capa de calabacín.
Continuar con la segunda mitad del requisón.
Colocar por último la tercera cada de calabacín. Yo habitualmente reservo los trozos con mejor aspecto para esta última capa.
Poner 3 o 4 cucharadas de tomate sobre el calabacín.
Cubrir el calabacín con queso. Yo he usado mozarella partida en trocitos y parmesano, pero puede usarse el queso que más nos guste, sirve cualquiera que funda bien.
Poner la fuente con la lasaña en la parte media del horno precalentado a 190 grados.
Hornear durante 40-45 minutos, los últimos 5 con el grill conectado para que se dore.
Sacar del horno y dejar reposar un par de minutos antes de partir y servir.
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