Cookies de chocolate

Las cookies de chocolate (Chocolate chip cookies) son unas galletas americanas de forma redondeada llenas de trocitos de chocolate, a las que a veces se añade también frutos secos, con los bordes crujientes y la parte central más blandita. Son unas galletas sencillas de preparar y muy, muy ricas, porque aunque su forma más rústica pueda llevarnos a confusión en el fondo son unas riquísimas galletas de mantequilla con trocitos de chocolate.

Las cookies de chocolate son una galletas muy popular. La mayoría de las recetas actuales son versiones de la que inventó Ruth Graves Wakefield en 1938, cuando añadió trocitos de chocolate Nestlé a la masa de galletas, aunque recetas similares existían con anterioridad. En aquella época Ruth regentaba el restaurante Toll House Inn en Whitman, Massachusetts, por lo que su versión fue conocida como the Toll House chocolate chip cookies. La receta que yo suelo usar es similar pero no es exactamente la original.

Son unas galletas sencillas de preparar, pero tardé años a decidirme a hacerlas porque hay tantas recetas en la red y sobre todo tantos artículos con los mejores trucos y consejos para hacer las "mejores" cookies del mundo que me resultaba imposible decidirme por una, me daba la sensación de que no iban a quedar bien porque había que tener muchas cosas en cuenta, pero la realidad es que son unas galletas muy fáciles de preparar, además como su forma es un poco rústica siempre quedan bonitas.

La base de las cookies de chocolate es una masa de galleta con mucha mantequilla, por eso están tan buenas. Una galleta de mantequilla con trocitos de chocolate que se funden en el horno, la verdad es que es imposible que el resultado no esté rico.

Es una galleta bastante dulce, con una generosa cantidad de azúcar. Habitualmente se usan tanto azúcar blanquilla como moreno. ¿Por qué los dos tipos de azúcar? Porque cada una de ellas nos da un efecto distinto. El azúcar blanco proporciona estructura a los dulces horneados, y hace que crezcan de forma adecuada en el horno. Por su parte el azúcar moreno al contener melaza aporta a las galletas una textura más húmeda y un sabroso toque de caramelo.

Para preparar estas galletas podemos emplear cualquier tipo de chocolate. Es muy cómodo usar pepitas de chocolate compradas, pero también podemos emplear nuestra tableta de chocolate preferida y picarla hasta obtener trocitos pequeños. Esos nos permite más variedad en la elección del chocolate, salvo en sitio muy especializados lo habitual es encontrar una sola variedad de pepitas de chocolate, mientras que disponemos de una amplia variedad de tabletas de chocolate que podemos ir variando y combinando a nuestro gusto.

La mayoría de las recetas recomiendan dejar reposar la masa en la nevera al menos una par de horas. Unas recetas dejan reposar la masa en bloque y otras las galletas ya formadas, pero la mayoría recomiendan refrigerarlas antes de hornear.

Este reposo tiene una doble función. Yo pongo siempre la masa en bloque en la nevera al menos dos horas. En general me gusta que las masas con mucha mantequilla estén frían ante de formarlas, se trabajan mucho mejor, porque al estar frías se pegan mucho menos. La masa fría también hace que las galletas se expandan menos en el horno, y queden un poco más gorditas en el centro, con lo que los bordes se tostarán un poco pero el centro quedará más blandito. Si la masa entra al horno del tiempo las galletas se expanden más y quedarán más grandes y más finas. ¿Esto es malo? Depende de como te gusten las galletas, si te gustan crujientes es perfecto, pero si como yo prefieres que queden un poco más blanditas es mejor que la masa esté fría.

Para formar las cookies se hacen bolas de masa que colocan sobre la bandeja. Al calentarse la mantequilla de la masa en el horno se aplanarán hasta adquirir su característica forma de disco. Si diéramos forma de disco desde el inicio acabarían quedando muy planas, al partir de una pelotita conseguimos que queden más gorditas.

El tamaño de la cookie depende de nuestros gustos, pero en general son galletas grandecitas. Las de las fotos tienen entre 45 y 50 gramos. Para dosificar la masa es muy cómodo emplear una cuchara de hacer bolas de helado. Salen porciones de tamaño muy similar y además ya están muy redondeadas, basta darles un par de vueltas entre las palmas. Eso sí, hay que tener cuidado con el tamaño de la cuchara. Yo siempre había tenido la sensación de que mi cuchara era pequeña, pero en la cazoleta rasada entran casi 50 gramos de masa, que ya es una ración generosa para una galleta.

Para que las cookies queden perfectas debemos evitar hornearlas en exceso. Como es habitual en masas de galleta que llevan mucha mantequilla cuando ha transcurrido el tiempo de horneado indicado la galleta está muy blanda al tacto y da la sensación de que está todavía sin hacer, por lo que es fácil caer en la tentación de dejarlas más rato en el horno. Aunque nos parezca que están muy blandas si los bordes han comenzado a dorarse ligeramente hay que sacarlas del horno. Al enfriarse irán cogiendo cuerpo poco a poco y adquiriendo su textura crujiente. No las mováis recién sacadas del horno porque se romperán, dejadlas reposar sobre la bandeja al menos 5 minutos hasta que se enfríen un poco. Si las horneamos más de lo debido esperando que dejen de estar blandas al enfriarse quedarán demasiado duras.

Con las cantidades de la receta salen 15 galletas de entre 45 y 50 gramos. Se conservan en muy buen estado casi una semana en una caja metálica que cierre bien.

Ingredientes

• 15 cookies de 45-50 gramos.

• 8 cucharadas (113 gramos) de mantequilla.
• 1,5 tazas (180 gramos) de harina.
• 1/2 taza (100 gramos) de azúcar blanquilla.
• 1/2 taza (100 gramos) de azúcar moreno.
• Un huevo.
• 1/4 cucharadita de sal.
• 1/2 cucharadita de bicarbonato.
• 1/4 cucharadita de levadura de repostería.
• 175-200 gramos de chips de chocolate.
• Una cucharadita de extracto de vainilla (yo pongo azucar vainillado en vez de extracto).

Preparación

Para preparar la masa de las cookies la mantequilla tiene que estar blandita, por lo que la sacaremos de la nevera con bastante antelación para que se atempere.

Poner en un bol la mantequilla ablandada, el azúcar blanco y el azúcar moreno.

Batir con unas varillas, mejor si son eléctricas, hasta obtener una mezcla muy cremosa.

Añadir el huevo, que deberá estar a temperatura ambiente para evitar que con el el frío se corte la mantequilla y se formen grumitos que nos nos costará un buen rato deshacer batiendo.

Batir bien hasta que esté completamente integrado con la mezcla de mantequilla y azúcar.

Poner en otro recipiente la harina, la sal, la levadura y el bicarbonato.

Remover bien para que se mezcle de manera uniforme.

Añadir la harina al primer bol y mezclar con una espátula o una lengua de cocina hasta que no quede harina suelta.

Incorporar las pepitas de chocolate. Yo dejo unas poquitas para ponerlas en las bolas de masa si parece que tienen pocas.

Mezclar bien con la lengua de cocina hasta que estén repartidas de forma homogénea.

Una vez que está lista la masa podemos formar las galletas inmediatamente o podemos poner la masa en la nevera al menos un par de hora. Con la masa fría las galletas quedarán más gorditas y se extenderán menos en el horno, además de que se trabaja mejor. A mi me gusta enfriar la masa un par de horas.

Cubrir una bandeja de horno con papel antiadherente o un silpat.

Para formas las galletas haremos bolas de masa. El tamaño es libre, pero suelen ser galletas grandecitas. Si tenemos una cuchara de helado no muy grande es muy cómoda para coger porciones de masa, que además quedan ya casi redonditas. Hay que tener un poco de cuidado con el tamaño de la cuchara, la mía siempre me ha parecido pequeña pero con la masa rasada en cazoleta caben 45-50 gramos de masa, que ya es un tamaño respetable.

Formar bolas de unos 45-50 gramos de masa.

Colocarlas sobre la bandeja, dejando bastante espacio entre ellas, porque se aplanan y extienden bastante en el horno. Yo las suelo hornear de seis en seis, mientras se hace una tanda voy dando forma a las siguientes.

Si alguna bola parece que tiene pocas pepitas le clavo alguna de las que dejo apartadas.

Mientras formamos las galletas precalentar el horno a 180 grados.

Colocar la bandeja con las galletas en la parte central del horno.

Hornear durante 12-13 minutos, hasta que empiecen a dorarse por el borde. La galleta seguirá estando muy blandita al tacto, a mi siempre me parece que todavía necesitan más cocción, pero acabarán de endurecerse fuera del horno, si horneamos más rato se quedarán duras.

Sacar la bandeja del horno y dejar reposar 5 minutos sobre una rejilla antes de retirar las galletas de la bandeja.

Si queremos que queden perfectamente redonditas (aunque son monísimas con sus imperfecciones) en cuanto pasen un par de minutos podemos emplear un aro de emplatar para redondearlas del todo. Simplemente ponemos el aro alrededor de cada galleta y las golpeamos con suavidad para que giren y se vayan redondeando al chocar con el aro.

Pasados los 5 minutos si vemos que ya están más firmes se pueden pasar a una rejilla.

Continuar horneando el resto de galletas de la misma forma.